Vuestra basura, nuestros niños
La basura de Moscú levanta protestas en las ciudades cercanas tras la intoxicación de niños por gases
Hasta el pasado 18 de marzo toda Rusia estaba pendiente de las elecciones presidenciales... Toda no. En la ciudad de Volokolamsk, cerca de Moscú, a su población le preocupaba más el vertedero que se llena con los desperdicios de la megalópolis capitalina y del que, como en otras poblaciones con el mismo problema, los activistas llevan años pidiendo su cierre. Una fuga de metano que envió al médico a 67 niños el mes pasado aventó nuevas manifestaciones.
Miles de vecinos de Volokolamsk (20.000 habitantes) salieron a la calle el 21 de marzo. Varios cientos bloquearon la carretera que comunica la ciudad con el vertedero del pequeño pueblo de Yadrovo, a tan sólo seis kilómetros de la ciudad. Impidieron el paso de camiones y eso derivó en enfrentamientos con la policía.
A la población se acercaron el gobernador de la Provincia de Moscú, Andréi Vorobiov, uno de los hombres fuertes del partido gobernante Rusia Unida; y el máximo responsable político del distrito municipal de Volokolamsk, Evgueni Gavrílov. Se preocupaban tarde, cuando el daño estaba hecho, era la queja. Así que los políticos recibieron innumerables lanzamientos de bolas de nieve junto al hospital donde estaban atendiendo a los niños, con síntomas de náuseas y mareos. Les rodearon unas 200 personas, que gritaban “¡Vergüenza!”, “¡Asesino!” y pedían su dimisión.
La fuga de metano y sulfuro de hidrógeno afectó de manera especial a un colegio próximo a la planta. Durante todo el día estuvieron llevando niños al hospital, explicó Serguéi Yúkov a Radio Svoboda, uno de los padres de los afectados. Los responsables de sanidad local cifraban el número de atendidos en 67. Cinco de ellos tuvieron que quedarse ingresados.
Las alarmas ya se habían disparado varias semanas antes. El 7 de marzo se declaró situación de emergencia en Volokolamsk por una fuga en el vertedero. Los índices de sulfuro de hidrógeno se dispararon 2,5 veces por encima de la norma, mientras que el óxido de nitrógeno se multiplicaba por dos. Pero el gobierno de la Provincia de Moscú aseguró que no había peligro para la salud.
El vertedero de Yadrovo se convirtió en tema de campaña en la ciudad, a cien kilómetros al noroeste de Moscú. Uno de los candidatos a la presidencia de Rusia, la única mujer, Ksenia Sobchak, visitó Volokolamsk.
El 18 de marzo, día de elecciones presidenciales en las que Vladímir Putin fue reelegido para seis años más al frente del Kremlin, Volokolamsk se manifestó contra el vertedero. “Hasta Yadrovo se organizó una procesión de luto con coronas. Luego la gente votó en un cubo de basura. En las elecciones verdaderas no votaron”, dijo uno de los organizadores, Artiom Liubímov. La participación en las elecciones, una de las preocupaciones de las autoridades rusas ante la falta de rivales de peso contra Putin, alcanzó en el país el 67,54 %. “En Volokolamsk fue un diez por ciento menor”.
Las revueltas contra los vertederos en la Provincia de Moscú comenzaron el año pasado: los habitantes de las regiones afectadas exigen el cierre de estos polígonos y se niegan a que los residuos se incineren como alternativa. El 1 de abril unas 5.000 personas se manifestaron en Volokolamsk, se registraron choques con los antidisturbios y la policía realizó detenciones, uno de ellos Liubímov.
Además de Volokolamsk, a principios de marzo se manifestaron también los habitantes de de Klin, 85 kilómetros al noroeste de Moscú, que exigen el cierre del vertedero Alekxinski Karier. También ha habido protestas en Kolomna (100 kilómetros al sureste), Tuchkovo (58 kilómetros al oeste) y Dimítrov (65 kilómetros al norte).
Según Greenpeace Rusia, Moscú y la Provincia de Moscú generan el 20% de todos los residuos del país. En el 2015 publicó un informe llamado Anillo de basura alrededor de Moscú. El 90% de la basura generada en las dos entidades políticas más ricas de Rusia van a parar a los vertederos instalados en estas pequeñas ciudades.
Hoy Gavrílov está destituido y las autoridades han traído una empresa holandesa para controlar los gases del vertedero. Tarde e insuficiente, siguen quejándose los afectados.
Los activistas llevan años pidiendo el cierre del anillo de vertederos que rodea la capital rusa