La Vanguardia

Ernesto de Hannover, casado con Carolina, sale con una condesa

La condesa Maria Madalena Bensaude es la actual accompañan­te del marido de Carolina

- BEGOÑA CORZO

De bodas salen bodas... Tal vez este no será el caso de Ernesto de Hannover, que sigue casado con Carolina de Mónaco y sin visos de divorcio a la vista, pero lo cierto es que el príncipe güelfo paseó a su nuevo amor en la reciente boda de su hijo Christian de Hannover y Alessandra de Osma en Perú. La alemana de origen portugués Maria Madalena Bensaude, una morena de larga cabellera de 51 años, es la última aristócrat­a en llegar al corazón del príncipe.

Ernesto y Carolina hacen vidas separadas desde hace nueve años y de forma recurrente aparecen rumores sobre un divorcio de la pareja. Papeles que Carolina no parece dispuesta a firmar, dicen que para no perder el tratamient­o de alteza real. Ernesto tampoco se lo recladicen ma. Los bienintenc­ionados que para compensarl­a por haber sopata, portado sus meteduras de comportami­entos inapropiad­os y desplantes, como el incidente diplomátic­o por orinar en la pared del pabellón turco de la Expo de Hannover, o cuando se lio a paraguazos contra un paparazzo o por el bochorno que tuvo que pasar Carolina aquel día lluvioso que, vencido por la resaca, le dio plantón en la boda de los reyes Felipe y Letizia. Claro que también podría ser que el príncipe no quiera pagar una costosa separación que dividiría el patrimonio Hannover, ya mermado con el divorcio de su primera esposa, Chantal Hochuli, hija de un magnate farmacéuti­co suizo con la que tuvo a Ernesto (34) y Christian (32).

Apenas hay fotografía­s del príncipe con su acompañant­e en la boda de su hijo mayor. Una presencia que también pasó inadvertid­a por el incidente –no está claro si una intoxicaci­ón alimentari­a o un achuchón en el páncreas– que sufrió el jefe de la casa Hannover durante el banquete nupcial. Tuvo que abandonarl­o acompañado por Christian de Hannover y Pierre Casiraghi camino de la clínica Delgado de Lima, donde permaneció hospitaliz­ado cerca de dos días.

Según la revista alemana Bunte, el príncipe y la condes Maria Madalena Bensaude se onocieron en Munich y no lle n munsaude cho tiempo de relación. nació en Lisboa y con años se caaf só con el conde T von

und zu Sandizell, propietari­o de un imponente castillo en la Alta Baviera. Tienen dos hijos y tras su divorcio, la aristócrat­a, ya afianzada en la alta sociedad alemana, se dedicó a viajar. Reside a caballo entre Sudamérica, Portugal, Munich y Berlín. Ambos comparamis­tades ten y se mueven en los mismos círculos de postín en Alemania. Habrá que ver qué opina Carolina de que Ernesto, que a sus 64 años parecía algo más sosegado y más disse creto, presente en público con una pareja sin estar divorprinc­esa ciados.

Por su parte, la de Mónaco, muy prudente, no acudió ni a la boda de Ernesto con Ekaterina Malysheva ni a la de Christian con Alessandra de Osma. Así se ahorró reencontra­rse con Chantal Hochuli, la ex del príncipe de Hannover que fue su gran amiga antes de que se enterara por la prensa de que Carolina la engañaba con su marido alrededor del mundo: Tailandia, Londres, Nueva York... Chantal puso fin a la humillació­n pública con un divorció por el que conservaba el título de alteza real, se quedaba con los niños y recibía unos 10 millones de dólares. Ernesto y Carolina celebraron el divorcio

Fotos en Tailandia con Myriam Aboussahde­n llevaron a la separación de Carolina; después llegó la stripper Simona

con unas vacaciones en Barbados y se casaron el 23 de enero de 1999, día del 42.º cumpleaños de la princesa. A los seis meses nacía la princesa Alexandra. Ernesto se integró en los saraos de Mónaco, hasta que diez años después se cansó y despareció del mapa.

En el 2010, fotografia­ron a Ernesto en una playa de Tailandia en actitud más que cariñosa con la joven marroquí Myriam Aboussahde­n, lo que acabó precipitan­do el final de un matrimonio ya deteriorad­o. Tras este affaire fue la joven rumana Simona, 34 años más joven que el príncipe, bailarina de club nocturno e imagen anunciante del Babilonia, el burdel más conocido de Viena, quien acompañó a Ernesto algún tiempo. Desde entonces, el noble alemán parecía desapareci­do... Hasta este nuevo desaire que reservaba para Carolina.

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Todos sus amores Arriba, la stripper Simona, la exmujer, Chantal Hochuli, y Carolina de Mónaco, con la diadema Hannover Aristócrat­as unidosLa nueva pareja de Ernesto de Hannover es la condesa por matrimonio Maria Madalena Bensaude

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