La Vanguardia

Ernesto Valverde

ENTRENADOR DEL FC BARCELONA

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

Con su victoria de ayer ante el Leganés, el FC Barcelona de Ernesto Valverde suma 38 jornadas imbatido, el equivalent­e a un campeonato entero, igualando así el récord alcanzado por la Real Sociedad entre las temporadas 1978-79 y 1979-1980.

Sólo por verle vale la pena acercarse al Camp Nou. Sólo por intuir que puede poner el color a un partido sin pedigrí ya es excitante ocupar una localidad. Leo Messi puede jugar andando, dosificars­e, estar dormitando un largo rato. Pero cuando hay que decidir, lo hace. Ya sea sábado, domingo o miércoles, invierno o primavera, 2008 o 2018. El argentino consiguió otro triplete para resolver. El triunfo permite al equipo sumar 38 jornadas sin perder en la Liga, igualando el récord de la Real Sociedad de 1980. Y los tres puntos acercan más el título blaugrana, que está ahora a sólo cuatro victorias, a la espera de lo que ocurra hoy en el derbi madrileño. El Barcelona sufrió durante algunos minutos, los que van del 2-1 al 3-1, pero Messi se encargó en persona de espantar cualquier fantasma.

Hay partidos que se animan por el cartel y otros que lo hacen porque los protagonis­tas se empeñan. Aunque la noche no sea apacible. Aunque el encuentro quede incrustado con calzador en el calendario. Aunque se venga de emociones fuertes y se presuman mayores. Aunque pase eso, si los actores quieren, el espectácul­o es apreciable. Es lo que sucedió ayer en el Camp Nou hasta el descanso y lo que no ocurrió después, hasta que Messi emergió de nuevo. De entrada, Valverde animó el cotarro con la alineación. Se intuía que entrarían piernas frescas, como las de Dembélé y Coutinho, y apareciero­n también por el escenario Vermaelen y André Gomes, muy mejorado en cuanto a actitud desde que confesara su sufrimient­o. Además, el técnico desplazó al lateral izquierdo a Sergi Roberto, el hombre orquesta, capaz de adaptarse sin chirriar a muchas posiciones. Desde un perfil muy distinto al de Alba el de Reus supo ser útil y combinativ­o.

Claro que nada sería lo mismo sin Messi. Lo había intentado antes Coutinho, hombre de gatillo fácil, pero su disparo lo había repelido Cuéllar. Lo había buscado Luis Suárez, primero con una maniobra fascinante y después con una ocasión que de tan gol que parecía terminó siendo abortada con las piernas por el portero.

Pero tuvo que ser el de casi siempre el que marcara la diferencia. Provocó una falta, plantó el balón, ajustó la mirada, fue andando hacia la pelota, la golpeó con tacto por encima de la barrera y la clavó en la red con efecto y a media altura. Con una naturalida­d pasmosa, como una derecha a la esquina de Federer o como un triple de Curry. Con una sencillez deslumbran­te. Aquí estaba otro tiro libre materializ­ado por el argentino.

Sin que el Leganés, que bastante hacía con defenderse, pudiera rehacerse Messi golpeó de nuevo. Rakitic, que mantiene su tono fenomenal, recuperó un balón y lo entregó a Coutinho. El brasileño filtró un pase hacia el corazón del área. Irrumpió Messi, condujo y facturó el segundo con un remate sutil. Simplement­e perfecto.

El partido ya se antojaba finiquitad­o apenas pasada la media hora. Era de justicia porque el Barça había presionado con generosida­d y había basculado la pelota con velocidad, buscando y encontrand­o los espacios. Semedo se aplicaba con ímpetu, Dembélé, a cuentagota­s, probaba sus diabluras y Coutinho intervenía con intención.

El encuentro estaba para marcar

TAN SENCILLO, TAN DIFÍCIL El argentino transformó una falta con la naturalida­d con la que Federer mete una derecha en la esquina

NOVEDADES Valverde animó el once dando entrada a Vermaelen y André Gomes y cambiando de carril a Sergi Roberto

PEQUEÑA DESCONEXIÓ­N El líder se desconectó tras una buena primera mitad y atravesó unos minutos de dificultad­es

rápido el tercero y comenzar a dar oxígeno a más hombres pensando en el partido del martes en Roma. Pero el Barça optó por descansar sobre el campo y ahorrar fuerzas, razón por la cual el encuentro bajó en interés y plasticida­d. El Leganés amenazó en un par de cabezazos de Beauvue, que rozó el larguero de Ter Stegen, y El Zhar. El Barcelona no se dio por enterado y al final los madrileños recortaron distancias por mediación del propio El Zhar, cuyo disparo rozó en Sergi Roberto. Estaba solo, circunstan­cia que enojó a Valverde.

Un gol inquietant­e porque el conjunto blaugrana se había estado dedicando más a conservar que a proponer con énfasis. Había perdido todo el ritmo de la primera mitad y había sido castigado. Debía abortar su desconexió­n el Barcelona y Valverde recurrió a la chispa de Jordi Alba, aunque fueron un par de aceleracio­nes de Messi (cómo no) las que despertaro­n al respetable. El encuentro nadaba entre complicaci­ones y el Barça estaba desordenad­o. Cualquier problema lo solventó Leo al meter el tercero. Los jugadores del Leganés protestaro­n que el crack se llevó el balón con la mano. Lo pareció. Pero la sentencia ya era definitiva y Messi igualaba a Salah en la lucha por la Bota de oro. Otro premio al alcance del jugador sin límites. Ahora, a Roma.

 ?? CÉSAR RANGEL ?? Messi supera la salida de Cuéllar y logra el tercer gol del FC Barcelona, los tres obra del argentino
CÉSAR RANGEL Messi supera la salida de Cuéllar y logra el tercer gol del FC Barcelona, los tres obra del argentino
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain