El Vaticano arresta a un exalto diplomático por pornografía infantil
Sin tregua en la guerra contra la lacra de los abusos en la Iglesia, la Santa Sede anunció ayer que la gendarmería vaticana ha detenido en su territorio a un sacerdote que tuvo un puesto de alto diplomático en Washington por presuntamente haberse descargado pornografía infantil. Se trata de Carlo Alberto Capella, un sacerdote italiano de 50 años que hasta el año pasado era consejero en la nunciatura (embajada) vaticana en la capital de EE.UU. Fue forzado a regresar a la Ciudad del Vaticano en septiembre, después de que el promotor de justicia de la Santa Sede decidiera abrir una investigación contra él.
La oficina de prensa del Vaticano explicó entonces que el Departamento de Estado estadounidense había comunicado el 21 de agosto por vía diplomática una posible violación de las leyes sobre imágenes pornográficas infantiles por parte de un miembro de la embajada en Washington. Según una fuente del Departamento de Estado contó a Afp, la Santa Sede primero interrogó al sacerdote, sin retirarle inmediatamente la inmunidad diplomática. Las informaciones estadounidenses llevaron al promotor de justicia del Vaticano a iniciar una investigación internacional.
El caso no se queda sólo en EE.UU. Después de que fuera enviado de regreso a Roma, la policía canadiense explicó que ellos ya habían emitido una orden de arresto contra el mismo Capella por consultar, poseer y distribuir pornografía infantil durante un viaje a este país en diciembre del 2016. El sacerdote se habría descargado estas imágenes desde el interior de una iglesia de Windsor, en Ontario. Antes de llegar a Wasghinton, Capella, que entró en el cuerpo diplomático en el 2004, había ocupado puestos en Hong Kong y en Italia.
Su detención se ha hecho por orden del juez instructor del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano, y actualmente se encuentra a disposición judicial en una celda de la gendarmería vaticana.
El arresto, el más importante de un diplomático desde el caso del arzobispo polaco Jozef Wesolowski en el 2013, se produce bajo las leyes promulgadas por el papa Francisco para endurecer los castigos contra los abusos, que castigan estos delitos con de uno a cinco años en prisión y una multa de entre 2.500 y 50.000 euros. La noticia llega en momentos de profundo malestar en la Iglesia después de que el Papa defendiera a un obispo chileno acusado de encubrir abusos sexuales.