Malestar del Gobierno con la ministra alemana que opinó sobre Puigdemont
Rajoy recuerda que los gobiernos acatan y respetan a la justicia, no opinan
La euroorden implica que la extradición que pide uno de los países miembros la deciden los jueces de otro país. Es decir, que es cuestión de los jueces y los gobiernos no deben intervenir. Es el mensaje que el Gobierno y el PP trasladaron ayer como respuesta a las palabras de la ministra de Justicia alemana. Katarina Barley valoró positivamente la decisión del tribunal alemán que denegó la extradición de Puigdemont por rebelión y subrayó que si el Gobierno español no acredita la malversación de caudales públicos, el expresident será libre “en un país libre”. Unas palabras que el Gobierno de Mariano Rajoy ve totalmente inapropiadas y, en palabras del ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, “un tanto desafortunadas”.
La convención que el PP celebró en Sevilla volvió a estar marcada ayer por la política de Catalunya y por la polémica en torno al máster de Cristina Cifuentes. Tanto que el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, compareció ante los medios de comunicación para dar respuesta a la titular de Justicia alemana. Rajoy fue más prudente que Dastis e intentó quitar hierro al asunto, pero recordó a la ministra alemana que los gobiernos “respetan y acatan” las resoluciones judiciales “pero no opinan”.
Pero el Gobierno no llevará la polémica más allá. No habrá llamada de Rajoy a Angela Merkel, ni del titular de Justicia español, Rafael Catalá, a su homóloga Barley, aunque en fuentes del Ejecutivo no se descartan contactos entre embajadas para trasladar la posición del Gobierno español.
El Gobierno está molesto pero no preocupado, porque achacan las declaraciones de la ministra alemana a su “inexperiencia”. Perteneciente al Partido Socialdemócrata, está recién llegada al cargo en el Gobierno de coalición que Angela Merkel ha formado con el SPD.
El Ejecutivo español considera que la opinión de la ministra no representa la actitud que ha mantenido hasta ahora el gabinete de Angela Merkel y la que está seguro que mantendrá. Pero efectivamente abre una brecha en el apoyo férreo que el Gobierno español había conseguido en Europa hasta ahora.
En el Ejecutivo hay quien considera que las declaraciones de la titular de Justicia alemana “no son propias de países amigos”. El ministro de Justicia, Rafael Catalá, dijo, en este sentido, que los países deben acatar las resoluciones judiciales y añadió: Tanto las que nos gustan más como las que nos gustan menos”. El Gobierno español lo hará y respeta igual la decisión de la fiscalía alemana, favorable a las tesis del juez del Supremo español, como las que suponen un revés para sus intereses, como es la del tribunal regional de Schleswig-Holstein, que dejó en libertad
Incomodidad del PSOE con la ministra del SPD, aunque achacan sus palabras al fracaso diplomático de España
al expresident Carles Puigdemont el jueves. Estas decisiones se respetan, dijo Catalá, porque “es un proceso judicial con todas las garantías de un Estado de derecho como Alemania”.
Que la resolución del tribunal alemán no gustó en el PP lo dejó claro su portavoz en el Parlamento Europeo, Esteban González Pons, que subrayó que “si la euroorden no funciona, la zona Schengen y la eliminación de fronteras entre países no tiene sentido“. “Si la Unión Europea sirve para que unos estados cuestionen a otros, pierde su función”.
El hecho de que la ministra de Justicia alemana pertenezca al SPD marcó también la reacción del PSOE. Su secretario general, Pedro Sánchez, evitó pronunciarse al respecto, lo que evidenció la incomodidad de la dirección socialista con la ministra Katarina Barley, de su misma familia política, aunque algunos dirigentes subrayan el fracaso de la tarea diplomática del Gobierno en Europa”.