Podemos se conjura para vencer en el 2019 “al desorden corrupto”
Podemos arranca con otra cara una larga campaña electoral ante los compromisos del próximo año. Llovía y hacía frío ayer en Madrid, pero entre los morados los rostros presagiaban primavera tras el invierno de sondeos que la formación de Pablo Iglesias parece haber dejado atrás. Iglesias lanzó un exhorto a su exnúmero dos, Íñigo Errejón –recién llegado de América Latina–, para que apure unas primarias madrileñas que lo conviertan en candidato a la presidencia de Madrid, que vive noqueada por el escándalo del máster inexistente –según la universidad– de Cristina Cifuentes.
“Frente al país del miedo y la excepcionalidad democrática, frente al desorden corrupto, sigue avanzando la España del 15-M, una España moderna, segura, fraterna y justa que no se construye desde los eslóganes, sino desde los hechos”, decía Iglesias citando el capital de las movilizaciones de las mujeres y los pensionistas, pero también los resultados de la gestión de los “ayuntamientos del cambio”, y convocando una “marea de jóvenes” a los que, dijo, quiere ver pronto en las calles.
Con Podemos en una tímida recuperación electoral tras fijar un suelo de cuatro millones de votos en los sondeos de diciembre por el impacto nacionalista de la crisis catalana, Iglesias tiene su diagnóstico: hay un intento de cierre reaccionario, “hoy los sectores oligárquicos confían su destino a la estrategia gatopardiana de cambiar algunas cosas para que en realidad nada cambie. Vemos cómo Ciudadanos no es solamente la muleta que sostiene la corrupción en España y en Madrid sino que es el proyecto de recambio de las élites”.
Era el cierre del encuentro En Marcha, celebrado ayer en la universidad complutense de Madrid y que reunía a cargos públicos, orgánicos y militantes de Podemos y sus confluencias procedentes de todo el país, en diversos talleres y mesas redondas que avanzaron en las estrategias de trabajo de cara a los compromisos electorales del año que viene. Fue un encuentro de rearme, ideado por Pablo Iglesias en enero, cuando Podemos atrevesaba sus horas más bajas en los demoscópico y en lo anímico.
La formación emprende la campaña dispuesta a ampliar su poder municipal y autonómico, a consolidar alianzas –hubo agradecimientos a todos los aliados, empezando por IU y Alberto Garzón–, y a asociarse con el PSOE donde y cuando se pueda. Por eso Iglesias prometió apoyar la moción de censura del socialista Ángel Gabilondo contra Cifuentes: una moción “de la dignidad”, dado que no se puede ganar. Pero invitó a Pedro Sánchez a lanzar una contra Rajoy en el Congreso, donde sí hay números. “El PSOE no es nuestro adversario. Ojalá algún día se aclaren y hagan algo. Mientras tanto, vamos a seguir trabajando para ser gobierno y cambiar las cosas. Nosotros no tenemos dudas de para quién trabajamos”.
Iglesias apoya la moción de Gabilondo y recuerda a Sánchez que hay números para echar a Rajoy