El lector expone
Cambiar la forma en la que nos comunicamos
La educación sigue siendo un esfuerzo por entender y mejorar el mundo. Un tesoro que asegura que no hay mente, ni actividad intelectual, sin un lenguaje previo.
Luther King decía que muchos de nuestros conflictos están asociados al miedo que nos tenemos. Una desconfianza que, a su vez, surge del desconocimiento de la vida. Lo peor es que tal ignorancia conduce a una deficiente comunicación que a menudo se vuelve dañina, ofensiva y absurda… Que acumula las heridas de una herida que infligimos a nuestra propia dignidad.
En estos tiempos que corren, la pacificación del lenguaje se hace muy necesaria. Por eso resulta tan importante atender a las palabras que utilizamos y cuidar mucho las formas de hablarnos. Lo que nos decimos puede tener el impacto de una bala. El lenguaje tiene una carga tan emocional que puede herir o matar. Tiene tanto poder que puede construir historias falsas simplemente nombrándolas de otra manera. Las expresiones violentas, por ejemplo, pueden incidir sobre las personas e incitarlas a pensar y luego a actuar de una manera u otra, las puede volver agresivas o resentidas. Existen grupos exacerbados que se alteran con misivas agitadoras… Son preocupantes las expresiones como enfrentar, combatir, apuntar, luchar, ganar, perder, amenazar, insistir en enemigos o
aliados.
Estar amenazando permanentemente a una criatura con castigarla en lugar de insistir en la norma no es lo que se espera... No es lo mismo padecer un conflicto político o social, que enfrentarnos a una amenaza secesionista o terrorista… Los mismos hechos, al nombrarlos de otra manera, adquieren significados diferentes.
Cambiar la forma en la que nos comunicamos es el primer paso para encarar las situaciones de manera creativa y respetuosa. Eso nos invita a entender el porqué de nuestras tensiones, nuestras miserias y nuestras discapacidades.
Un chiste ofensivo, por homófobo, por racista, por machista, no ayuda a seguir avanzando. Insultar a la madre de alguien que no nos cae bien es poner encima de las mujeres que nos han parido y nos han criado todo el dolor del mundo. FRANCESC REINA PERA
Badalona