La Urbana trampea con lo justo
La policía barcelonesa atiende todo tipo de circunstancias a pesar del déficit de efectivos
El déficit de agentes con el que debe afrontar el día a día la Guardia Urbana de Barcelona limita mucho su capacidad de maniobra y obliga a los agentes a hacer un esfuerzo extra para poder responder a los percances de toda la ciudad. La prefectura tiene que ingeniárselas o trampear con los recursos de los que dispone para abordar la gestión de la seguridad de una ciudad en plena ebullición. Con una plantilla limitada, el Ayuntamiento destina una gran parte de sus recursos a pagar horas extras entre sus agentes para tratar de llegar a todos los distritos de la ciudad. Los datos actualizados del 2017 indican que se pagaron 8,9 millones para abonar las 379.943 horas extras y prolongaciones de jornada que prestaron los agentes. Como muestra el gráfico, el pasado 31 de marzo, sábado de Semana Santa, la Guardia Urbana realizó 2.102 servicios con los 672 agentes que estaban activados aquel día, de los cuales 145 (el 21%) eran de refuerzo. Aun así, no siempre llegan a todo. En los últimos tiempos alguna comisaría quedó desierta en el turno de noche y tuvo que ser cubierta por guardias de otras comisarías.
Los recursos son justos –3.048 agentes sin la posibilidad de hacer una convocatoria extraordinaria hasta que los presupuestos generales del Estado lo contemplen– y tanto los grupos de la oposición en el Ayuntamiento como los sindicatos policiales claman al unísono sobre la necesidad imperiosa de un refuerzo adicional. Para llegar a entender la magnitud del problema basta con visualizar el gran número de servicios que debe atender la Urbana en un solo día. Detrás de la cara más visible de los guardias patrullando por las calles, desmantelan- do puntos de venta del top manta o realizando pruebas de alcoholemia, se esconden intervenciones más desconocidas para el gran público pero que son parte de su quehacer diario. A las intervenciones más habituales por hurtos, molestias por ruido o controles de tráfico se unieron otras circunstancias que en apariencia parecen remotas, pero que se multiplican día a día. Hubo trece intervenciones por violencia de género, cinco denuncias por desaparición, cinco actuaciones por pintar grafitis, asistieron a 39 personas que quedaron heridas, se produjo una explosión en un edificio y una fuga de gas en otro, acudieron a diez domicilios por robo, se hallaron dos artefactos explosivos sospechosos, se perdieron 18 animales y respondieron a cuatro incidencias con jabalíes. La lista es larga.
El sábado 31 de marzo, la policía realizó 2.102 servicios con 672 agentes, de los cuales un 21% eran de refuerzo