Iberdrola se replantea su continuidad en Gamesa
La cúpula de las dos compañías han mantenido una tensa reunión
La eléctrica Iberdrola y Siemens Gamesa siguen con las espadas en alto. Tras una dura junta, hace menos de un mes, en la que no se aceptaron las peticiones de la eléctrica, esta semana los máximos directivos intentaron acercar posturas, sin mucho éxito.
Se trató de una reunión muy tensa, según fuentes conocedoras de la misma, tras la cual la compañía que preside Ignacio Sánchez Galán va a replantearse su continuidad en el fabricante vasco de aerogeneradores.
Sánchez Galán pidió a su homologo, el presidente de Siemens, Joe Kaeser, la búsqueda a través de un cazatalentos de sustitutos para la presidenta de la compañía de renovables, Rosa García, y el consejero delegado, Markus Tacke. García, presidenta de Siemens España, fue nombrada presidenta de Siemens Gamesa en abril del año pasado, después de que Ignacio Martín San Vicente, presidente ejecutivo de Gamesa, manifestara su voluntad de resolver el contrato que le vinculaba con la sociedad, aunque se mantuvo como consejero delegado hasta que fue sustituido. En mayo de hace un año, se nombró a Markus Tacke consejero delegado. Este directivo, que está aprendiendo español y se ha trasladado a vivir a Bilbao, era antes de la fusión el consejero delegado de Siemens Wind Power, la división de energía eólica del grupo alemán.
Galán no ve con buenos ojos que la presidenta de Siemens España sea también la presidenta no ejecutiva de la fusionada, mientras que tampoco se muestra conforme con la gestión del día a día de Tacke.
Iberdrola, con un 8,07% del capital, lleva meses cuestionando –en público y en privado– la gestión de Siemens, que posee el 59%. Las acciones de Gamesa cerraron el pasado viernes a 13,70 euros, muy lejos de los 22 euros de hace un año, tras la fusión de los activos de las dos compañías. El nuevo equipo directivo ha revisado en dos ocasiones los beneficios a la baja y lanzó en febrero un plan estratégico en el que no se hace público cuando se espera entrar en beneficios. En el primer trimestre de su año fiscal (octubrediciembre 2017), la compañía tuvo pérdidas de 35 millones por los costes de reestructuración. Las dos líneas básicas de la nueva hoja de ruta de Siemens Gamesa son ahorros de costes por 2.000 millones de euros hasta el 2020 y un margen de ebit (resultado neto de explotación) de entre 8% y 10%, excluyendo los contratos a largo plazo y los costes de reestructuración y la integración. La compañía no concreta tampoco los costes de reestructuración y los recortes de plantilla. Todo, poco a poco, ha ido crispando a Iberdrola, que cada vez exige más explicaciones, pero con su baja presencia en el consejo no tiene fuerza para cambiar ningún punto que se acuerde o sacar adelante sus propuestas.
La gota que colmó el vaso fue que en la junta se votó en contra de las dos propuestas de Iberdrola: mantener la sede y el negocio onshore en la localidad vizcaína de Zamudio, así como acuerdos sociales para las operaciones vinculadas. El grupo alemán aseguró esta misma semana al lehendakari Iñigo Urkullu el compromiso de permanencia de la multinacional en el País Vasco e incluyó en la junta que un asesor externo, la consultora PwC, analizará las operaciones vinculadas. Una de cal y otra de arena.
Llegados a este punto, Iberdrola ha solicitado a la CNMV que analice si se está cumpliendo el pacto de accionistas y el proyecto industrial. En su día se eximió de lanzar una opa al grupo germano por dicho acuerdo, pero si se incumple se está estudiando a nivel jurídico si esto podría permitir a Iberdrola recuperar su dinero con la reventa de sus acciones a razón de 22 euros por acción, lo que equivale a unos 1.200 millones.
La compañía de aerogeneradores mantiene su compromiso de no irse del País Vasco