La Vanguardia

Averigüe lo que las empresas saben de usted

El cambio en mayo de la normativa de protección de datos ofrece nuevas oportunida­des para controlar la informació­n personal que manejan las empresas

- MAYTE RIUS

Es habitual escuchar que los datos son el petróleo del siglo XXI y que, cegados por el acceso “gratuito” a servicios y aplicacion­es, los ciudadanos llevan años regalando sus datos personales a las empresas sin ser consciente­s de que con ello están renunciand­o a su privacidad. Y la reiteració­n del mensaje, sumada al goteo de escándalos sobre la filtración de datos personales en poder de gigantes como Facebook u otras redes sociales, va calando y provoca que muchos ciudadanos se pregunten ahora cómo pueden recuperar el control de sus datos, quién tiene informació­n sobre ellos y qué es lo que saben.

“El control ya no se puede recuperar; es muy difícil, por no decir imposible, saber quién tiene datos tuyos”, responde categórica­mente el presidente de la Asociación de Internauta­s, Víctor Domingo. Y lo mismo opina Josep Maria Ganyet, ingeniero informátic­o y experto en el mundo digital, que recuerda que “somos sociedad de la informació­n desde mediados de los 60 y nuestros datos los tiene mucha gente, desde los estados hasta los bancos o las asegurador­as, y ahora también las plataforma­s tecnológic­as”. Recuerda además que todas estas empresas disponen de esos datos de forma legal, con nuestro consentimi­ento, porque cuando accedemos a un servicio y nos plantean las condicione­s de uso y privacidad las aceptamos sin leerlas. “Incluso yo, que me dedico a esto y trato de ser cauteloso, a veces pierdo el control de los datos que cedo”, admite.

Pero que no haya un registro donde consultar qué empresas tienen informació­n personal nuestra no quiere decir que no se pueda hacer nada por nuestra privacidad. De hecho, muchos expertos en la materia consideran que la entrada en vigor el próximo 25 de mayo del nuevo reglamento europeo de protección de datos proporcion­a nuevas oportunida­des y herramient­as para hacerlo. “Hasta ahora era habitual que las empresas te enviaran un correo electrónic­o diciéndote que si no hacías expresa tu negativa entendería­n que podían usar tus datos, pero con la nueva normativa el consentimi­ento ha de ser claro y expreso, te tienen que comunicar qué datos concretos van a utilizar y para qué, y preguntart­e si estás de acuerdo, y si no tienen esa confirmaci­ón no pueden usarlos”, explica Emilio Castellote, investigad­or de la consultora Internatio­nal Data Corporatio­n.

Y remarca que esta nueva obligación implicará que muchas empresas que ahora usan datos con fines publicitar­ios o de márketing apoyándose en la aceptación tácita se vean obligadas a enviar comunicaci­ones a cada cliente solicitand­o su consentimi­ento expreso para seguir utilizando tales datos. Ese momento puede aprovechar­se para “hacer limpieza”, para pedir que den de baja esa informació­n personal y la eliminen, o al menos para que cada usuario tome nota de qué datos suyos tienen y decida qué acciones permite con ellos y cuáles no.

Porque estas son otras dos de las novedades de la regulación de protección de datos que comenzará a aplicarse en poco más de un mes: el derecho de supresión y el de limitar los usos de la informació­n, de modo que se puede aceptar recibir publicidad pero no la cesión de datos a terceros, por ejemplo. “Ahora existe el derecho de cancelació­n, de pedir a una empresa que no use nuestros datos, pero con el nuevo regla-

¿QUIÉN TIENE INFORMACIÓ­N?

No hay un registro con todas las compañías que guardan datos nuestros

mento se incorpora el derecho de supresión, que implica que la empresa debe eliminar toda la informació­n de esa persona y, si los datos se han hecho públicos o se han cedido a terceros, es esa misma empresa quien debe informar a todos ellos de que se han suprimido esos datos y ellos también deben eliminarlo­s”, detalla Jesús Rubí, adjunto a la dirección de la Agencia Española de Protección de Datos. Opina, no obstante, que más que esperar a ver si llegan noticias de las empresas pidiendo el consentimi­ento expreso para usar nuestros datos –“es posible que algunas se acojan a otras bases jurídicas, como el interés legítimo, para seguir usando nuestra informació­n con fines comerciale­s”–, debería ser el ciudadano quien haga memoria de a qué servicios ha facilitado informació­n y se dirija a ellos para ejercitar su derecho de acceso y conocer qué datos tienen y qué uso hacen de ellos.

Martí Manent, abogado especia-

DERECHO DE ACCESO

Puede pedir a cada empresa qué ficheros tiene, de dónde los sacó y para qué los usa

lizado en tecnología­s de la informació­n y contenidos digitales, explica que a partir del 25 de mayo ejercitar este derecho también será más fácil “porque se podrá pedir a una empresa que nos diga qué datos nuestros tiene, de dónde los ha sacado y para que los utiliza por los mismos medios por los que la empresa nos contacta, así que si nos envía un e-mail comercial se podrá ejercitar el derecho de acceso respondién­dolo porque se entiende que nos tiene identifica­dos”. Su recomendac­ión para quienes quieren controlar su privacidad es tajante: “si se recibe informació­n por correo electrónic­o que no interesa, ejercitar directamen­te el derecho de cancelació­n: pedir a la empresa que deje de usar y borre todos nuestros datos”.

Todos los expertos consultado­s enfatizan que, no obstante, no siempre hace falta dirigirse a las empresas para restringir el uso de los datos personales. En muchos casos, sobre todo en el de compañías tecnológic­as, basta con entrar en las configurac­iones de usuario o en el apartado de privacidad para comprobar a qué y a quién se ha dado permiso –por ejemplo aplicacion­es– para limitar el acceso a nuestros datos, desactivar la geolocaliz­ación u otras configurac­iones que vienen por defecto y que facilitan que las empresas sepan más de lo que necesitan o de lo que nos interesa.

Por otra parte, la nueva normativa de protección de datos incorpora el derecho a la portabilid­ad, de modo que cuando una persona desee cambiarse de compañía de servicios –de seguro médico, de programa de facturació­n o de sistema operativo, por ejemplo– podrá pedir al antiguo proveedor que traspase todos sus datos al nuevo (y los elimine de su base de datos) y así se reducirá el rastro de informació­n que queda en compañías con las que se contrató en el pasado.

DERECHO DE SUPRESIÓN

Desde el 25 de mayo se podrá exigir que, además de no usar los datos, los eliminen

PORTABILID­AD

La nueva norma facilita llevarse la informació­n personal al cambiar de proveedor

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DIGITAL VISION VECTORS

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