La Vanguardia

Un impuesto en duda

-

La OCDE se ha mostrado en contra del impuesto de patrimonio, pues considera que no sirve ni para recaudar dinero de manera efectiva ni para reducir las desigualda­des.

¿El impuesto sobre el patrimonio? La OCDE “no defiende su introducci­ón”. Es más, duda sobre su eficacia. Ni es una vía para que el Estado aumente su recaudació­n, ni un sistema que dé resultados para reducir las desigualda­des. Es lo que se desprende de un estudio sobre fiscalidad que la organizaci­ón dio a conocer la pasada semana.

En 1990, había doce países – sobre un total de 35–en el seno de la organizaci­ón que aplicaban este impuesto. En la actualidad, sólo quedan cuatro países: Francia, Suiza, Noruega y España. De acuerdo con los datos que maneja esta institució­n, la economía helvética es la que más recauda mediante el tributo sobre el patrimonio: un 1,03% del PIB.

Pero el porcentaje se desploma en España: un 0,18% (y un 0,54% del total de la recaudació­n fiscal). Las arcas de Hacienda ingresaron en el 2015 1.003 millones de euros (según últimos datos disponible­s publicados por la Agencia Tributaria en septiembre del 2017) como resultado de este impuesto. En total, un 7% más que en el 2014.

El importe medio por declarante fue de 6.137 euros, un 3% más que en el ejercicio fiscal anterior. Catalunya se lleva casi la mitad de la recaudació­n (en Madrid hay bonificaci­ones del 100%).

Los economista­s de la OCDE sí consideran que la desigualda­d de riqueza es superior a la desigualda­d de los ingresos. Aun así, introducir este impuesto no es útil, siempre que se tasen de forma apropiada los retornos sobre el capital y se prevea una carga impositiva sobre las sucesiones. En efecto, la organizaci­ón cree que con la elusión fiscal es fácil evadir el impuesto de patrimonio, de ahí sus escasos resultados.

Además, en su estudio alerta de que, en términos generales, “los sistemas tributario­s actuales benefician el ahorro de los hogares más ricos. Por ejemplo, los contribuye­ntes con recursos más modestos acostumbra­n a conservar una fracción más importante de sus bienes en las cuentas corrientes, que sufren gravámenes bastantes elevados, que los más ricos, que suelen colocar su riqueza en fondos de inversión, fondos de pensiones y acciones, que en cambio están sujetos a una fiscalidad más leve”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain