La película cubana de Ron Perlman
El estadounidense actuó en ‘Sergio y Serguéi’ gracias al breve deshielo Obama-Castro
El veterano Ron Perlman está en Málaga para promocionar la divertida película cubana Sergio y Seguéi, de Ernesto Daranas. El actor protagonista de Hellboy I y II, ambas de Guillermo del Toro, no sólo actúa en la película sino que participa en su producción. Y esto es un hito que sólo el deshielo bilateral pactado entre Barack Obama y Raúl Castro en el momento de planificarse y rodarse la cinta hizo posible.
El largometraje cuenta la relación que un radioaficionado habanero entabla casualmente con el único tripulante ruso de la estación MIR, justo cuando la Unión Soviética se desintegra en 1991. La película se chotea tanto del celo represor de los funcionarios cubanos como de las miserias en Estados Unidos, y en la URSS en su momento final.
Perlman no sabe, pero lo duda mucho, si la película podía haberse hecho con “ese payaso” de Donald Trump ya en el poder. “Seguramente me habrían multado por participar en el proyecto y por ir y venir a la isla”, dice en entrevista a La Vanguardia. Tampoco tiene claro si podrá llegar a vender el filme en Estados Unidos, como es su intención y seguramente habría hecho sin problemas con el anterior mandatario. “Este hijo de puta de Trump está revirtiendo absolutamente todas las políticas de Obama en sus 8 años de mandato, sin importar si fueron buenas o malas. Porque lo hace ciegamente, con el fin de eliminar de la memoria al primer presidente negro de Estados Unidos”, dice.
Sergio y Serguei sí se estrenará pronto en Cuba –donde ganó el premio del público en el último Festival de Nuevo Cine Latinoamericano– así como en Europa.
Al margen de si puede llevarla la cinta a su país, Perlman piensa protagonizar un próximo largometraje cubano sobre los últimos días de Ernest Hemingway en Cuba. “Lo haré allí, con actores de allí. Y si Trump quiere detenerme, me da igual. Que me meta en la cárcel”, desafía.
El intérprete se dispone además a dirigir una película “pequeña” –un drama familiar–, que empezará a rodar en otoño. Y en la actualidad se postula simbólicamente como candidato a presidente de Estados Unidos bajo la premisa de que “falta una alternativa articulada que sirva de antídoto” a los desmanes que a su juicio está cometiendo Trump.