Fiesta mayor
Juan Diego Flórez
Intérpretes: Orquesta de Valencia Director: Riccardo Minasi
Lugar y fecha: Palau de la Música Catalana (17/IV/2018) Aunque las fiestas mayores suelen ser en verano, el 17 de abril fue la fiesta mayor del Palau. El retorno una vez más del gran tenor –del más grande tenor actual, podemos decir– convocó a todos sus fans a un recital literalmente fabuloso. Empezó con dos arias de Mozart, un compositor por el que Juan Diego no tiene tirada, aunque tiene una voz ideal para su repertorio, como se notó en la primera aria de Tamino, de La flauta mágica ,yenlamenos conocida aria del Re pastore “Si spande al sole”. Las piezas mozartianas iban emparedadas entre aberturas: la de La clemenza di Tito y Don Giovanni, que el director italiano que conducía la Orquesta de Valencia interpretó con una dinámica y velocidad quizás excesivas.
Después Juan Diego encaró dos arias del Orphée de Gluck (versión francesa, para tenor): la pieza ornamentadísima y poco gluckiana L’espoir renait dans mon âme y la celebérrima J'ai perdu mon Eurydice;
aparte del francés impecable del tenor, la elegancia del canto dejó a todo el mundo con la boca abierta. Después vino el capítulo donizettiano, donde el director pudo dejar vía libre a los fuegos artificiales de la orquesta (¿no decíamos que era fiesta mayor?) con uno bailable de L’assedio di Calais –quizás escuchado por primera vez en el Palau– pero las aguas devolvieron a su cauce con el recitativo y el aria “Tombe degl’avi miei - Fra poco a me ricovero”, de Lucia di Lammermoor. Tras el descanso hizo otras demostraciones de repertorio francés con Werther, “Pourquoi me réveiller”. Hubo un capítulo verdiano, y nos gustó que no se tocara la típica abertura de La forza del destino sino que se desenterrara la de Alzira: ópera poco afortunada, pero de abertura interesante. Oímos también “La primavera” de las Cuatro estaciones de Verdi. Y “Questa o quella” y “Parmi veder le lagrime” (Rigoletto) yel aria y cabaletta de Alfredo de La traviata, con agudos impecables del tenor. Como bis ofreció con guitarra San Martín y Cucurrucucú paloma,
con una exhibición de fiato girando 360º desde el asiento. Si hubiera sido por el público, aún estaríamos.