ETA entrega a Francia dos cajas con armas a una semana de su disolución
La banda comunica las coordenadas donde se encontraba el material y la munición
Un paso más de cara a la disolución definitiva de ETA que se espera para el próximo viernes 4 de mayo. La organización realizó ayer en Bayona una nueva entrega de armamento a las autoridades francesas, dos cajas cuyo contenido asciende a una veintena de armas cortas, abundante munición, medio millar de detonadores, dos temporizadores, 300 gramos de pentrita, 200 placas de matrículas y herramientas destinadas al robo de vehículos.
La organización siguió para la entrega la misma mecánica que la empleada hace unas semanas cuando, también en territorio francés, puso en manos de las fuerzas antiterroristas una granada. Al igual que entonces, el grupo de mediadores galos, denominados artesanos de la paz, trasladó ayer a la Fiscalía francesa las coordenadas donde se hallaba el material, una remesa que se corresponde con parte de aquel que la banda no pudo entregar en el acto de desarme de abril del año pasado, cuando traspasó a las autoridades 120 armas de fuego, tres toneladas de explosivos, munición y miles de detonadores distribuidos en ocho depósitos enterrados.
ETA está llevando a cabo estas entregas interpelada por los agentes internacionales que organizan el acto que servirá como preámbulo al anuncio de la disolución de la banda, un encuentro que se celebrará en Cambo-les-Bains y al que el Gobierno de Iñigo Urkullu no acudirá porque no comparte el “enfoque político y ético que se le quiecado re dar al acto”. Tampoco estará en él el Gobierno de Navarra, que ayer esgrimió los mismos argumentos que su homólogo vasco para declinar la invitación enviada por el Grupo Internacional de Contacto (GIC) y el Foro Social, organizadores del evento. “No participamos porque no sabemos cómo se desarrollará, qué contenidos tendrá y qué es lo que se va a escenificar allí”, indicó la portavoz navarra, María Solana.
El Ejecutivo vasco, por su parte, recela de la asunción del daño de ETA, más todavía desde el comuni- de la semana pasada en el que diferenciaba a la hora de pedir “perdón” entre las “víctimas colaterales” y las demás, una inquietud que ayer volvió a evidenciar Josu Erkoreka. “Si ETA no reconoce el daño injusto causado, quedará en el tejado de la izquierda abertzale hacerlo en el futuro”, subrayó el portavoz del Gabinete de Urkullu.
Con respecto a la ausencia de su Ejecutivo en el acto de Cambo, tras el que se espera un comunicado de la banda certificando su disolución definitiva, Erkoreka destacó que su papel no está en la “escenificación” del adiós de la organización, sino “gestionando de verdad que esto pueda llevarse en los términos en los que el Gobierno cree que tiene que llevarse”. Las exigencias de la lehendakaritza para ese último paso son firmes: oficializar la desaparición de ETA de forma “clara e inequívoca” y hacer una “consideración igualitaria para todas las víctimas”.