Sólo Gerard y nada más
El goleador perico salva un empate para el Espanyol ante un Las Palmas descendido y entregado
El goleador perico, Gerard Moreno, salva un empate para el Espanyol ante un Las Palmas descendido y entregado. El tanto supone su 15.º en la temporada en Liga. Desde hace más de una década, con Raúl Tamudo, nadie había marcado tantos goles en una misma temporada para el Espanyol.
Un puntito, una buena imagen y la salvación casi matemática en el bolsillo, ya que sólo un extrañísimo triple empate final a 40 puntos entre Espanyol, Leganés y Deportivo perjudicaría a los blanquiazules. Esa fue la cosecha –pobre– que deparó la matinal de ayer para el españolismo en el estreno de David Gallego en el banquillo de Cornellà. La satisfacción frustrada de los tres puntos ante un rival ya descendido se compensó, al menos, con dos sucedáneos nada desdeñables: el 15.º gol de Gerard –desde lo registros de Tamudo de hace más de un década el equipo no contaba con un goleador así– y la coincidencia en el campo de hasta ocho canteranos.
Aunque apuntó que mantendría el equipo que doblegó al Girona en Montilivi, Gallego sí que realizó cambios. De jugadores y de sistema. Recuperó el habitual 4-4-2 de Sánchez Flores con Hermoso , sancionado aquel día, de nuevo en la medular por Naldo y Dídac en el lateral izquierdo por Aarón. En las bandas reaparecieron Granero y Melendo. Jurado y Carlos Sánchez fueron los sacrificados. También se presentó con cambios, más de la mitad del equipo, el Las Palmas tras la triste goleada con la que se despidió hace una semana de Primera.
Que los visitantes llegaban sin complejos ni nada ya que perder era un peligro del que ya había advertido el técnico blanquiazul. Aunque, después de lo poco que ha demostrado esta campaña, tampoco debía de ser un equipo frente al que el Espanyol tuviera que batirse el cobre. Y el partido, de hecho, empezó a antojarse fácil para el Espanyol, que empezó dominando y reteniendo el balón, la duda que albergaba el técnico local. Incluso acercándose con cierto peligro a la meta que ayer, en ese carrusel de cambios de Jémez, defendía Chichizola.
Pero al Espanyol le duró ese dominio inicial lo que le duraron las ideas y, como en Girona, trató de proponer hasta que se vio impelido a defenderse de un rival que también decidió jugar, impulsado por las ansias de reivindicarse de sus ju- gadores. Y el partido, más que en ese prometido duelo entre dos equipos vistosos y atrevidos, se convirtió en un pulso de impotencias. Una suma nula que se empezó a decantar a favor de los canarios desde el punto de penalti. No se cumplía la media hora de juego cuando David López atajó un centro de Ezekiel con un brazo desde dentro del área después de un regalo de Hermoso al nigeriano. El colegiado, a instancias de su asistente, pitó penalti y Calleri no desaprovechó la ocasión para abrir el marcador.
Sin capacidad de reacción, el Espanyol embocó el camino de vestuarios con esa conocida sensación de incapacidad mientras algunos sectores de la grada exigían la dimisión de Àlvar Mallafré, director de seguridad del club, por una nueva jornada con la grada de animación vacía. Apelando a la legalidad, el club impide que sus integrantes accedan al gol de Cornellà si no ceden sus datos a un fichero policial.
Una primera acción de peligro de los canarios al inicio del segundo período hizo que esas tímidas protestas del público se convirtiesen ya en abucheos a su equipo. Pero el Espanyol, esta vez, sí reapareció. Con ganas, con empuje y con alternativas: las que sirvieron Marc Roca, a quien Gallego volvió a hacer jugar media liga después, y Baptistão.
Y ese Espanyol hecho en la cantera fue el que se exprimió para dar la vuelta al resultado. Lo consiguió sólo a medias, aunque no fue ni por intensidad ni por ocasiones, ya que tanto Gerard Moreno, que envió un balón al larguero, como Sergio García tuvieron sobradas opciones para marcar hasta que el gol llegó en una gran combinación entre ambos. Con el partido más que madurado, Dídac consiguió sacar un centro desde la línea de fondo que Sergio García peinó desde el primer palo para que el goleador perico apareciese en el área pequeña.
Con un cuarto de hora largo por delante, el Espanyol puso el fútbol y las ganas para conseguir la remontada. Sólo le faltó otro gol. Aunque pocas veces un empate había dejado tan buenas sensaciones en Cornellà esta campaña.
REGISTROS DE OTRA ÉPOCA Moreno anotó su 15.º gol; desde hace más de una década, con Tamudo, nadie había marcado tantos
LA CALCULADORA
Sólo un extrañísimo triple empate con Deportivo y Leganés hace que la salvación no esté cerrada