El Ayuntamiento ultima otro plan de ‘rescate’ de la Ciutadella
El reto es mejorar los accesos y el verde, romper el aislamiento y dar vida a equipamientos cerrados
El parque de la Ciutadella espera ansioso un plan –y sobre todo su ejecución– que lo saque del abandono al que se ha visto sometido durante mucho tiempo. El reto del actual gobierno municipal es mejorar sus accesos –ahora muy precarios y condicionados por la propia configuración del perímetro que rodea el primer gran parque público de la la ciudad–, potenciar la condición de gran pulmón verde, ahogado por el uso cada vez más intensivo que de él hacen los barceloneses, y sobre todo dignificar el patrimonio formado por el conjunto de edificios históricos que atesora y que, clausurados desde hace mucho tiempo, languidecen peligrosamente.
La intención formal de rescatar el parque de la Ciutadella no es nueva. Ha figurado en la hoja de ruta de los alcaldes que han ido sucediéndose a lo largo de los últimos decenios, desde los socialistas Joan Clos y Jordi Hereu hasta Ada Colau pasando por el convergente Xavier Trias. En los próximos días, el Ayuntamiento quiere dar a conocer un nuevo plan director que incorpore soluciones para resolver los males que aquejan a este recinto singular y recuperar la gran zona verde como espacio consagrado al estudio de la ciencia y a la naturaleza.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, admite que es urgente plantear una definición de usos para equipamientos que llevan demasiados años cerrados al público y en los que son muy visibles el paso de los años y la inactividad. Se trata del conjunto formado por el Hivernacle, el Umbracle, el Museu Martorell de Geologia (parcialmente clausurado) y el Castell dels Tres Dragons, que funciona como pequeña sede científica, centro de documentación y lael
boratorio del Museu de Ciències Naturals de Barcelona. Este último edificio, concebido por Lluís Domènech i Montaner como caférestaurante de la Exposición Universal de 1888, está cubierto por unas mallas de protección desde el año 2010. Todas estas construcciones están calificadas como equipamientos, si bien durante unos años Hivernacle alojó un restaurante.
“Disponemos de muchos espacios que forman parte del patrimonio de la ciudad y que debemos recuperar, por lo que se ha iniciado un proceso para determinar qué futuros usos pueden tener”, apunta la concejal. En este sentido, Janet Sanz señala, a modo de ejemplo, que el Hivernacle, cerrado desde 2006, es el lugar ideal para ubicar un mariposario, por su proximidad con el zoo y por la vinculación con la ciencia y la naturaleza que se quiere aportar a la Ciutadella.
Al margen de estas intervenciones en el patrimonio del parque, el futuro plan se fijará como objetivo mejorar los actuales accesos. En la última comisión de Urbanismo, el pasado día 18, y a partir de una pregunta del concejal socialista Daniel Mòdol, se instó al equipo de gobierno a presentar en un plazo de dos meses un plan para la Ciutadella y a facilitar una solución para la conexión de la zona verde con la calle Wellington. Esta es una antigua reclamación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) que se encuentra ubicada en esta calle. En la actualidad, un enorme muro impide el acceso al parque a una comunidad universitaria de unos 8.000 estudiantes. Hay que tener en cuenta que muy cerca se encuentran la estación de metro de Vila Olímpica y la conexión con el Trambesòs.
El equipo de gobierno coincide en la necesidad de habilitar un acceso desde la calle Wellington y piensa incorporarlo al nuevo proyecto. Hace unos años, el gobierno de Xavier Trias ideó un paseo que, partiendo de la calle Wellington, discurriría por el interior del zoo y permitiría llegar hasta el paseo Picasso y la avenida Marquès de l’Argentera. La apertura de este vial peatonal hubiera provocado la pérdida de una hectárea de superficie del Zoo y la división de esta instalación en dos partes, una segregación que se superaría gracias a una pasarela diseñada por el estudio del arquitecto Enric Ruiz Geli y Cloud 9. Aquel proyecto, finalmente, no se llevó a cabo por el rechazo de algunos vecinos de la zona que no vieron con buenos ojos el trazado del paseo. Ahora, Janet Sanz explica que se recuperará la idea pero con un diseño adaptado a las necesidades del parque y, especialmente, del zoo, para el que se ha diseñado una importante reforma. “No será tan agresivo como la propuesta anterior”, precisa la concejal de Urbanismo.
Tampoco es descartable que el Ayuntamiento acabe recuperando otro antiguo proyecto, el de abrir el parque al litoral de la Barceloneta a
EDIFICIOS CERRADOS
El Hivernacle es candidato a acoger un mariposario vinculado al zoológico
NUEVO EJE
Un acceso por la calle Wellington mejoraría la conexión de la gran zona verde
través de una pasarela, como ya dibujó el equipo de arquitectos Batlle i Roig en el anterior plan director de la Ciutadella. Se trazaría así un eje de montaña a mar que conectaría el paseo Lluís Companys con el parque de la Barceloneta.
El paseo de Circumval·lació, la zona de vías de la estación de França y la ronda Litoral son una barrera física infranqueable que deja al parque de la Ciutadella de espaldas al mar. Janet Sanz es consciente de la oportunidad de unir la Ciutadella con la playa, tal y como reconoció en la pasada comisión de Urbanismo. Pero esta conexión requeriría una profunda reordenación de las instalaciones del zoológico. Sería necesario crear un nuevo paseo a través del zoo que condujera hasta la pasarela que permitiría salvar las infraestructuras situadas en la zona del parque más próxima a la costa.
Durante años la reforma de la Ciutadella estuvo ligada a la construcción de la Biblioteca Provincial en unos terrenos próximos a la estación de França y a la marcha del zoo a la gran plataforma marina construida junto al Fòrum. Este era el escenario sobre el que se diseñó el anterior plan director de la Ciutadella, que data del 2001. Sin embargo, estos dos proyectos que permitían ganar terreno a un parque constreñido –el hecho de tratarse de un recinto cerrado y con pocos accesos, lo convierte en un espacio poco permeable– no salieron adelante.
La biblioteca, una de las grandes asignaturas pendientes de Barcelona en materia de equipamientos culturales, no tiene visos de materializarse –el proyecto duerme un sueño profundo en algún cajón del Ministerio de Cultura– y el zoológico, finalmente, se quedará dentro del parque tras una actuación de renovación que pasará por reducir algunas especies y potenciar las autóctonas. Tampoco existe consenso en torno a la largamente prometida desaparición de las vías del tren que se interponen entre el parque y la ronda Litoral.
La suma de todos estos factores reduce muy considerablemente el potencial de transformación del parque. Cabe recordar que el anterior plan director incluso preveía la ampliación del Parlament, una opción que, en el actual momento político, parece del todo irrealizable.
La renovación de la Ciutadella también pasa por una mejora de la vegetación. Los barceloneses hacen un uso muy intensivo del parque todos los días de la semana, pero es los sábados y festivos cuando el número de usuarios se dispara, así como las actividades que se desarrollan en su interior.
Para concretar la futura transformación, el Ayuntamiento de Barcelona inició conversaciones con las instituciones que están presentes en el parque o en sus inmediaciones, como la Universitat Pompeu Fabra, el Parc de Recerca Biomèdica o el hospital del Mar, entre otras. Estas entidades estarían llamadas a tener un papel protagonista en la transformación de la Ciutadella en el parque de la ciencia. El concejal socialista, Jaume Collboni, ya lanzó esta propuesta hace un año, cuando el PSC todavía estaba en el gobierno municipal, con la intención de reaprovechar los equipamientos vacíos y trasladar a Barcelona una idea que ya funciona con éxito en otras ciudades europeas como Ámsterdam, Marsella o Copenhague.