Marcha blanca por la niña francesa violada y asesinada
Indignación por la identidad del homicida, un reincidente
El silencio de los participantes y la entereza de la familia de la víctima caracterizaron ayer la marcha blanca en la localidad norteña francesa de Wambrechies, cerca de Lille, en homenaje de la niña de 13 años Angélique Six, violada y asesinada la semana pasada por un antiguo vecino, David Ramault, de 45 años, que ya había sido condenado de joven por la violación de una menor.
La manifestación, en la que participaron unas 3.300 personas, fue, obviamente, a la vez en honor y recuerdo de la adolescente asesinada y también para expresar la indignación ciudadana por un sistema que no permitió evitar que un reincidente pudiera cometer un nuevo crimen. “Nuestros corazones están rotos, nuestras cabezas están llenas de preguntas y atravesaremos pruebas difíciles, pero nos batiremos por Angélique”, dijo, micrófono en mano, una de las hermanas de la víctima cuando el cortejo llegó a la plaza donde Angélique encontró el miércoles pasado a su asesino, al que conocía porque había vivido en el mismo edificio años atrás. Luego se lanzaron al cielo globos blancos. “Siento odio –admitió una de las manifestantes, Cécilia, de 28 años, en declaraciones a AFP–. Conocemos a la familia (del asesino). Es repugnante. No se comprende cómo podía estar libre después de todo lo que había hecho”.
El fiscal de Lille, Thierry Pocquet du Haut-Jussé, dio el lunes una explicación muy pormenorizada, sin evitar los detalles más sórdidos, sobre cómo se produjo el crimen. Angélique murió por “asfixia traumática” provocada por el asesino al estrangularla con su propio pantalón.
El cuerpo de la víctima fue hallado en la madrugada del pasado domingo en una zona boscosa. En cuanto lo detuvieron, Ramault se hundió y confesó de inmediato los hechos. El asesino explicó a los investigadores que el día de autos se hallaba sólo en casa porque su familia –el hombre está casado y tiene dos hijos– estaba pasando las vacaciones escolares en el sur del país. Decidió ir a un sex-shop a comprar pastillas para la erección y también adquirió unas cervezas.
Luego se quedó adormilado frente a la televisión. Al salir a pasear, se encontró con Angélique en unos jardines, donde esperaba a unas amigas. Fue entonces cuando sufrió un impulso irrefrenable. “Fue más fuerte que yo, perdí la cabeza”, declaró durante los interrogatorios. Con la treta de que tenía en casa un paquete para los padres de la niña, se la llevó a su domicilio.
Siempre según las explicaciones del fiscal, que fueron luego duramente criticadas por el abogado defensor debido a su excesivo detalle y crudeza, Ramault hizo hablar a la muchacha y la asedió con preguntas cada vez más íntimas. Ella se dio cuenta de que estaba en peligro e intentó huir. Al impedírselo su agresor, Angélique se puso a chillar.
En pocos minutos, los hechos trágicos se encadenaron. El hombre la desnudó, la obligó a entrar en el baño y cerró la puerta con llave. La niña seguía resistiéndose. Ramault le dio una bofetada y forzó a la niña a hacerle una felación y la penetró con los dedos. Después la estranguló.
Ramault ha sido ya acusado formalmente de secuestro de una menor, violación y asesinato. Según su abogado, su cliente está “completamente hundido” y ha enviado una carta a su familia pidiendo perdón y admitiendo que tenía problemas en su vida.
El violador había sido vecino de la víctima y antes de actuar compró pastillas para la erección y cervezas