La Vanguardia

La Academia suspende el Nobel de Literatura tras el escándalo

La medida implica que en el 2019 habrá dos ganadores como compensaci­ón

- XAVI AYÉN

La agria polémica tras las acusacione­s de acoso sexual y violación contra un dramaturgo y fotógrafo casado con una miembro de la Academia Sueca del Nobel ha llevado a la institució­n a suspender el premio de Literatura de este año.

Bomba atómica en Estocolmo. La Academia Sueca anunció en la mañana de ayer que este año no concederá, por primera vez en los últimos 75 años, el premio Nobel de Literatura, el único cuyo jurado está compuesto precisamen­te por los miembros de esta institució­n, ya que para las otras categorías (Economía, Medicina, etcétera) se reclutan expertos de cada materia, por lo que no se ven afectados por la suspensión.

La decisión se ha tomado tras la feroz polémica que han generado los vínculos de la Academia con Jean-Claude Arnault, dramaturgo y fotógrafo francés casado con una de las académicas, que acumula cerca de una veintena de denuncias por acoso sexual y violación.

La suspensión, acordada en una reunión ayer, implica que, en la edición del 2019, se proclamará­n dos ganadores, en vez de uno.

Como establecen los estatutos, si un año el premio no se falla,

“el importe será reservado para el año siguiente”, con lo que cada uno de los ganadores recibirá los algo más de 900.000 euros que trae consigo la distinción.

El premio Nobel de Literatura es el más prestigios­o del mundo y se falla desde 1901. Hasta ahora solo se ha dejado de conceder en seis ocasiones: los años

1914, 1935, 1940,

1941, 1942 y 1943, mientras que se ha pospuesto en otras siete (1915, 1919, 1925, 1926, 1927, 1936 y 1949); en estos últimos casos el galardón acabó concediénd­ose con retraso. Con estos antecedent­es, la actual crisis se equipara a las convulsion­es provocadas por las guerras mundiales.

Arnault, casado con la académica y poeta Katarina Frostenson, creó con ella una fundación que había firmado convenios con la Academia Sueca. Además de las denuncias por abusos (algunos, presuntame­nte cometidos en dependenci­as de la institució­n), se señala a Arnault por haber filtrado antes de tiempo, en siete ocasiones, el nombre del ganador. Y se especula con que el así acusado pudo enriquecer­se al apostar sobre seguro acerca del nombre del futuro premiado en las casas de juego británicas, ya que su esposa le habría adelantado el veredicto al que llegaban ella y sus colegas tras las deliberaci­ones.

Tras saltar a la luz pública todo el caso el pasado mes de noviembre, tres miembros de los dieciocho que componen el jurado del Nobel dimitieron en protesta por la no expulsión de Frostenson. A ellos se sumó, el pasado 12 de abril, la secretaria permanente de la institució­n, Sara Danius. Esta medida de fuerza trajo como consecuenc­ia, finalmente, la renuncia de Frostenson, baja a la que sumó la semana pasada la de Sara

Las acusacione­s de violación al esposo de una académica llevaron a dimitir a seis jueces APLAZAMIEN­TO, NO ANULACIÓN

La suspensión implica que en la edición del 2019 habrá dos ganadores y no uno

Stridsberg. El problema es que, tras semejante escabechin­a (un total de seis dimisiones en un mes, sumadas a las dimisiones de dos miembros, hace años y por diferentes razones), no se alcanzaba el quórum necesario para la toma de decisiones, pues solo quedaban 10 miembros activos de los 18 que integran el jurado. Los puestos vacantes no pueden ser ocupados por otras personas, pues se trata de nombramien­tos vitalicios.

Con la suspensión oficial de la concesión del Nobel, los académicos evitan arriesgars­e a que el retorno de alguno de los dimitidos para recomponer el quórum degenerase en un vodevil con sucesivas reincorpor­aciones y reacciones imprevista­s. La Academia Sueca se da tiempo así de limpiar bien la casa con el fin de “restaurar su credibilid­ad”. La limpieza se materializ­ará a través de una serie de medidas, aún por conocer, que según fuentes de la institució­n supondrán “una mayor apertura al mundo exterior”.

El mismísimo rey Carlos Gustavo ha tomado cartas en el asunto y se ha propuesto poner fin a los nombramien­tos vitalicios sin posibilida­d de sustitutos, como establecen los estatutos de una entidad creada en 1786 por su antepasado Gustavo III.

La Fundación Nobel apoyó ayer la medida de la Academia, como no podía ser menos, y adujo que “la situación había llegado a ser tan seria que la decisión del premio no habría sido percibida como creíble”. Frente a esta argumentac­ión en pro de “salvaguard­ar la reputación del premio Nobel”, un grupo reducido de académicos creía, por el contrario, que habría sido mejor evitar el daño de imagen que supone no concederlo porque “eso da visibilida­d mundial al conflicto”. En cualquier caso, todos coinciden en que el tiempo y unos nuevos estatutos pueden obrar milagros. Y se conjuran para que cuanto antes amaine la tormenta.

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Bochorno. El boato y la elegancia que caracteriz­an las ceremonias de los Nobel –en la foto, académicos y público durante la última reunión anual en el edificio de la Bolsa– ha quedado por los suelos y dado paso a la vergüenza por el caso del...
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HENRIK MONTGOMERY / AFP Acusado y académica. La académica Katarina Frostenson con su esposo, el denunciado Jean-Claude Arnault

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