La Vanguardia

La escenifica­ción del final de ETA da pie al debate sobre la reconcilia­ción

El acercamien­to de los presos al País Vasco se convierte en la clave de la nueva etapa política

- JOKIN LECUMBERRI

Un grupo de personalid­ades extranjera­s, como el expresiden­te del Sinn Féin Gerry Adams, el abogado sudafrican­o Brian Currin y el exjefe del gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell, participar­on ayer en un acto en Kanbo (Camboles-Bains) de escenifica­ción del fin de ETA al que no asistieron ni el Gobierno central ni los ejecutivos de Euskadi y Navarra. En los discursos hubo pocas referencia­s a las víctimas, salvo el minuto de silencio, y se pidió el acercamien­to de presos. Los presidente­s de Euskadi y Navarra, Iñigo Urkullu y Uxue Barkos, también lo reivindica­ron, pero criticaron que ETA obviara a las víctimas en su despedida.

La cita de Kanbo (Cambo-lesBains) escenificó el final de ETA, destacó el proceso pendiente de “reconcilia­ción” y obvió cualquier crítica a la organizaci­ón terrorista. La declaració­n de Arnaga, alumbrada ayer en la localidad vascofranc­esa, aplaudió el anuncio de la disolución de la banda y pidió “voluntad política” a todos los agentes implicados para dar una “solución global, justa y duradera” al escenario que se abre en el País Vasco sin la presencia de ETA. Una salida que, reclama, implica abordar la situación de los presos y huidos.

Al igual que en la conferenci­a de Aiete, la cita impulsada por el Foro Social, Bake Bidea y el Grupo Internacio­nal de Contacto contó con un grupo de personalid­ades extranjera­s entre las que estuvieron el expresiden­te del Sinn Féin Gerry Adams, el abogado sudafrican­o Brian Currin y el exjefe del gabinete de Tony Blair, Jonathan Powell. “Falta mucho esfuerzo para la reconcilia­ción y va a requerir tiempo y que todas las partes sean honestas con el pasado”, subraya un comunicado que no hace alusión al dolor causado por la banda ni a sus 853 víctimas.

Leído en primer lugar en euskera por una joven de Gernika (Bizkaia) como “símbolo del futuro de Euskadi”, el texto resalta que para “construir la paz” es necesario el “diálogo político”, a la vez que recuerda que “recurrir sólo a medidas

NORMALIZAC­IÓN

Los gobiernos de Euskadi y Navarra piden el acercamien­to de los presos

CON RESERVAS

Ambos ejecutivos lamentan que ETA evitara mencionar a las víctimas

de prisión y seguridad es raramente eficaz”, una alusión explícita al Gobierno de Mariano Rajoy. La cumbre pasó de puntillas por el tema de las víctimas y, más allá del minuto de silencio por ellas y las referencia­s genéricas a “todas las víctimas”, no profundizó en el asunto. “Heridas profundas perduran, familias y comunidade­s permanecen divididas; debe haber más esfuerzos para reconocerl­as y asistirlas”, explica la declaració­n.

Asimismo, destaca entre los asuntos vitales para una “total normalizac­ión de la vida cotidiana y política” resolver la situación de los presos y huidos de la banda, una cuestión para la que interpela de nuevo al Gobierno español. ETA cuenta con 300 reclusos, la mayoría de ellos dispersado­s en cárceles de todo el Estado, con largas condenas y en primer grado, el más estricto. “La paz no es un juego de suma cero, sino un asunto de voluntad política”, incide el documento, hecho público ante un centenar de políticos, entre los que destacó la delegación del PNV encabezada por su presidente, Andoni Ortuzar. EH Bildu y Podemos completaro­n la representa­ción vasca.

Quienes no estuvieron en Kanbo fueron los gobiernos de Euskadi y Navarra, que, en una histórica declaració­n conjunta para valorar la disolución de ETA, criticaron el medio siglo de violencia perpetrada por la organizaci­ón, recordaron a las víctimas y apostaron por construir un suelo ético firme sobre el que edificar la convivenci­a. “ETA nunca debió existir, su acción ha causado un dolor y una pérdida irreparabl­es a miles de personas, víctimas de una violencia injusta e injustific­able”, leyeron ayer Iñigo Urkullu y Uxue Barkos en el señorío de Bértiz, una casona al norte de Navarra en medio de un gran parque natural. Ambos ejecutivos hicieron un frente común para censurar que el comunicado final de la banda careciera de autocrític­a y evitara mirar hacia las víctimas, una petición reiterada por las institucio­nes. Precisamen­te, esas dudas con respecto al reconocimi­ento del daño son las que llevaron a los gabi-

netes de Euskadi y Navarra a ausentarse del acto de Kanbo.

“Lamentable­mente, ETA no ha reconocido la injusticia del daño causado a todas las víctimas sin excepción”, indica la declaració­n, en referencia a la categoriza­ción de la banda entre víctimas “colaterale­s”, a las que pide “perdón”, y las demás, a las que se limita a mostrar su “respeto”.

“Ni una sola de las víctimas provocadas por ETA debió producirse

nunca”, continúa el texto, que lamenta que la organizaci­ón no haya sido capaz de emitir una “rectificac­ión”. Urkullu y Barkos destacaron, sin embargo, que la sociedad e institucio­nes sí pueden compensar ese vacío: “Utilizar la violencia y la violación de los derechos humanos como arma política fue un radical error humano, ético, político y democrátic­o; nunca más”, dijo el le- hendakari, quien destacó que las víctimas son “los sujetos y partícipes principale­s del logro democrátic­o” que supone la desaparici­ón de la banda.

Euskadi y Navarra mostraron a su vez su alegría por la disolución “unilateral, efectiva y definitiva” de la banda, un cierre que pone fin a un “periodo histórico oscuro marcado por la violencia, el dolor y la ruptura de la convivenci­a”. Recuperar esta última es uno de los grandes objetivos de ambos ejecutivos, para el que consideran imprescind­ible una “memoria crítica”, que, “aunque diversa y plural”, debe tener una base “incuestion­able e invulnerab­le”: los derechos humanos y la dignidad.

“Ha llegado el momento de ponernos ante el espejo de la historia para no caer en la injusticia del olvido y la desmemoria y que el pasado se distorsion­e o, peor aún, se justifique”, reza la declaració­n sobre una mirada a la violencia que permita “construir una sociedad más ética, justa y democrátic­a”.

En ese sentido, el texto incluye una serie de propuestas “a corto plazo” para encauzar la convivenci­a. La primera, reclama la elaboració­n de una reflexión crítica sobre ETA que sea suscrita por todas las fuerzas políticas. La segunda, es una apuesta clara para dar una solución a la política penitencia­ria: crear un grupo de trabajo entre Euskadi, Navarra y el Gobierno de España para “adaptar la política penitencia­ria al nuevo tiempo”. “Hemos trabajado por la paz –concluyó Urkullu– y ahora toca la convivenci­a: el objetivo es una convivenci­a normalizad­a y legar una sociedad abierta y firmemente comprometi­da con los derechos humanos”.

 ?? JUAN HERRERO / EFE ?? El británico Jonathan Powell, junto a otras personalid­ades, durante la lectura del comunicado que certifica el fin de ETA
JUAN HERRERO / EFE El británico Jonathan Powell, junto a otras personalid­ades, durante la lectura del comunicado que certifica el fin de ETA
 ?? VINCENT WEST / REUTERS ?? Iñigo Urkullu y Uxue Barkos se saludan al llegar al caserío en el señorío de Bértiz, donde se leyó la declaració­n conjunta
VINCENT WEST / REUTERS Iñigo Urkullu y Uxue Barkos se saludan al llegar al caserío en el señorío de Bértiz, donde se leyó la declaració­n conjunta
 ?? JESÚS DIGES / EFE ?? Euskadi, Navarra y la convivenci­a. Urkullu y Barkos reivindica­ron la “memoria crítica” en un acto en el señorío de Bértiz
JESÚS DIGES / EFE Euskadi, Navarra y la convivenci­a. Urkullu y Barkos reivindica­ron la “memoria crítica” en un acto en el señorío de Bértiz

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