Gerard Batten
LÍDER DEL UKIP
El UKIP ha sido el gran perdedor de las municipales en el Reino Unido: se ha quedado con tres ediles, 123 menos que los que tuvo en el 2014. El partido antiinmigración y eurófobo no tiene razón de ser desde el voto a favor del Brexit.
Tras meter al país en la vía del Brexit, el UKIP prácticamente ha desaparecido del mapa (pasa de 126 a 3 concejales), quedando reducido a una presencia simbólica en un puñado de ayuntamientos. Conservadores y laboristas se han repartido sus concejales, con los primeros llevándose la mayor tajada. Por mucho que Jeremy Corbyn intente nadar entre dos aguas en el tema del Brexit, los ingleses que quieren la salida de Europa –al margen de su condición económica– se identifican con los tories. En el mundo de la globalización, el Labour ya no es el partido del proletariado, sino de los burgueses urbanos liberales eurófilos. Por eso ha ganado en Plymouth y en Trafford, un distrito de Manchester. Los liberales demócratas, el partido más abiertamente opuesto al Brexit, han recuperado parte del terreno perdido desde su calamitosa coalición con David Cameron –por la que todavía están pagando–, llevándose las circunscripciones londinenses de Richmond y Kingston. El Labour ha sido con diferencia el partido más votado en la capital, donde hay una amplia población de ciudadanos de otros países europeos, pero no ha logrado el objetivo de arrebatar a los tories bastiones como Wandsworth, Westminster, Kensington y Chelsea (escenario del calamitoso incendio de la torre Grenfell) o Barnet, con una amplia población judía, donde ha sido castigado por la tibia reacción de Corbyn al antisemitismo de un cierto sector del partido.