Trump rinde pleitesía al lobby de las armas y le pide su apoyo electoral
El presidente de EE.UU. renueva sus votos con la NRA después de algunos titubeos
Apenas un par de meses después de sentarse a escuchar en la Casa Blanca a víctimas de tiroteos escolares y de decir a los republicanos que no deben tener miedo de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y que de vez en cuando hay que hacer cosas que les gustan, Donald Trump viajó ayer hasta Dallas (Texas) para rendir pleitesía al poderoso lobby y reclamar su apoyo de cara a las elecciones legislativas de otoño.
“Vosotros sois los verdaderos patriotas”, afirmó al subir al escenario de la convención anual de la NRA. “Sois gente que nunca ha dado por garantizada nuestra libertad, que nunca ha dejado de luchar por nuestra amada Constitución y el derecho a la autodefensa concedido por Dios”, glosó al auditorio, entregado a sus proclamas. El presidente estadounidense abrazó sus argumentos y defendió que prohibir las armas porque haya un tiroteo sería tan absurdo como prohibir los cuchillos o los coches, ahora que se usan para matar. Los más de cien muertos en las calles de París en el 2015 se podrían haber evitado “si hubiera habido algún patriota armado en la sala”, defendió, ridiculizando las leyes de armas en Europa.
“La segunda enmienda nunca estará en peligro mientras yo sea presidente”, les prometió para a reglón seguido reclamarles que no caigan en la autocomplacencia y se movilicen para ganar las elecciones legislativas de noviembre. “Tenemos que ganar esas elecciones”, insistió antes de desgranar un mensaje en clave nacionalista y populista, agitando los miedos de la sociedad hacia la delincuencia o la inmigración. “Te queremos”, respondió en varias ocasiones el público.
Trump se dio un baño de masas pero sobre todo renovó sus votos con una asociación capaz de dirigir una parte importante del voto en las elecciones de noviembre, que se quedó descolocada con algunas de sus iniciativas después de la matanza escolar de Parkland (Florida), aunque finalmente no las llevara a cabo. El presidente planteó elevar de 18 a 21 años la edad mínima para adquirir ciertas armas y abogó por, en caso de duda, retirarlas a ciertas personas. Un par de cenas con los ejecutivos de la NRA le hicieron cambiar de opinión. Cuando mejor le va al lobby de las armas es cuando se atisba peligro (léase, alguna medida de control de armas) y en las semanas que los estudiantes llenaron
“Vosotros sois los verdaderos patriotas”, proclama el mandatario ante la convención anual de la NRA
las calles con sus protestas, las donaciones se dispararon.
Era la cuarta vez que Trump intervenía ante una convención de la NRA y la segunda como presidente. La asociación invirtió unos 30 millones de dólares en las presidenciales del 2016, 11 en impulsar al republicano y 19 en hundir a Hillary Clinton. Son cantidades modestas en el contexto americano pero su poder va más allá del dinero. Su baza son sus cinco millones de socios, muy movilizados, con tirón suficiente para ensalzar candidatos afines a sus tesis y marcar a los herejes. Como los tejanos que defendieron en su día su estado de los invasores, “los americanos no nos rendiremos. Nunca renunciaremos a nuestras libertades. Nacimos libres, vivimos libres y moriremos libres”, proclamó Trump a modo de cierre con el auditorio en pie. “USA, USA”, coreaban.