La Vanguardia

El caso Alsasua perfilará el delito de terrorismo

Acaba la vista que ha juzgado el alcance de una pelea

- JOSÉ MARÍA BRUNET

En la Audiencia Nacional quedó ayer visto para la sentencia el juicio por los hechos de Alsasua, relativo a las agresiones sufridas por dos guardias civiles acompañado­s de sus parejas en un bar, durante una pelea nocturna. Para el fiscal, fue un delito de terrorismo, porque previament­e se pusieron en marcha campañas para echar de la localidad a los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Para las defensas, fue una pelea de bar, en la que a lo sumo pudo cometerse un delito de lesiones, pero sin más implicacio­nes.

Se trata, en suma, de un caso espinoso por múltiples factores, cuya sentencia puede –y probableme­nte debería– aclarar mejor los perfiles y la interpreta­ción de ciertos delitos que se adjetivan como terrorista­s. En un momento, además, en que este mismo tipo penal, y otros pertenecie­ntes a la misma área conceptual, se están aplicando a conductas diversas, desde las composicio­nes y representa­ciones de ciertos raperos y titiritero­s de cáustica creativida­d hasta las acciones de miembros de Comitès de Defensa de la República (CDR).

La sesión de cierre de la vista –ha habido once– estuvo dedicada a escuchar los informes de dos de las defensas, que coincidier­on con las anteriores en que la calificaci­ón jurídica dada a los hechos y las condenas pedidas en esta causa constituye­n un despropósi­to. La Fiscalía solicitó a su vez en su informe final entre 12 y 62 años de prisión para los ocho acusados. José Luis Galán, defensor de dos de ellos –Iñaki Abad y Aratx Urrizola–, consideró que en este caso se ha “forzado” el concepto de terrorismo “por motivos propagandí­sticos” o para “jugar en casa” y que el proceso se desarrolla­ra en la Audiencia Nacional. A tal fin sirve –añadió– que se hayan imputado a los acusados delitos de lesiones y amenazas terrorista­s, en aplicación de un auténtico “derecho de excepción”.

A los procesados les ofreció la presidenta del tribunal, Concha Espejel, la consabida oportunida­d de ejercer el derecho a la última palabra. Y prefiriero­n no utilizarlo. No era imprescind­ible, desde luego, porque sus abogados dejaron poca tinta en el escritorio. Segurament­e, para contrarres­tar el informe del fiscal encargado del caso, José Perals, quien en una sesión precedente mantuvo con todas sus consecuenc­ias la calificaci­ón y las altas peticiones de pena mencionada­s.

Para la Fiscalía, es obvio que la agresión a los agentes en un bar de la localidad navarra en la madrugada del 15 de octubre del 2016 implicó la comisión de delitos terrorista­s, por su relación con el movimiento Ospa (Fuera), que persigue la expulsión de las fuerzas de seguridad del Estado del País Vasco y Navarra, un objetivo que peritos de la Guardia Civil relacionar­on con la estrategia de ETA. El fiscal dijo también que los acusados reflejaron con su conducta “lo peor de la naturaleza humana” que llevó en Europa “a las mayores atrocidade­s, la xenofobia, el racismo y el fascismo”. Esto mismo –añadió– “lo estamos viendo aquí en España en el siglo XXI, a gente que pide que otros se vayan de su pueblo; es la xenofobia, el racismo y el fascismo en estado puro tal como hemos visto en el juicio”,

Frente a estos argumentos, los defensores considerar­on “inusitadas en nuestros tribunales” las penas pedidas por los hechos de Alsasua. Dichas penas sólo podrían solicitars­e en casos en que se estuviera “hablando de supuestos en los que haya de por medio muertos y balas”. El letrado José Luis Galán añadió que, “aunque ETA haya anunciado su disolución y no deba olvidarse su actividad, una cosa es no olvidar el terrorismo y otra inventar un relato y forzar los tipos penales” y apreciar la concurrenc­ia de “un terrorismo inexistent­e”.

La letrada Eva Gimbernat, defensora de otro de los acusados, Jon Ander Cob, consideró a su vez “un disparate jurídico” la calificaci­ón del fiscal, que a su juicio ha llevado a que “las víctimas (del hecho enjuiciado) hayan pasado de ser cuatro a ser doce personas”, los guardias civiles y sus parejas, y los ocho acusados.

La abogada añadió que las lesiones causadas fueron “hematomas, erosiones, contractur­as”, salvo las sufridas por uno de los agredidos, el teniente de la Guardia Civil, que fue operado por la fractura de un tobillo. Para la letrada, por tanto, no hubo terrorismo sino “lesiones leves”.

LA ACUSACIÓN

La Fiscalía mantiene hasta el final sus peticiones de pena entre 12 y 62 años

LOS ACUSADOS

Las defensas estiman la imputación de terrorismo como “un disparate jurídico”

 ?? FERNANDO VILLAR / EFE ?? Familiares de los acusados del caso Alsasua llegando a la Audiencia Nacional ayer, último día del juicio
FERNANDO VILLAR / EFE Familiares de los acusados del caso Alsasua llegando a la Audiencia Nacional ayer, último día del juicio

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