El primer sorbo de Eurovisión
Amaia y Alfred ensayan por primera vez ‘Tu canción’ en el escenario de Lisboa que albergará la final del festival el próximo sábado
La semana grande de Eurovisión, esa que culminará congregando ante las pantallas a unos 200 millones de telespectadores, empieza mañana en Lisboa, adonde la ha llevado el triunfo el año pasado del portugués Salvador Sobral con Amar pelos dois. Por el trofeo del veterano certamen musical de las televisiones europeas competirán cantantes en representación de 43 países, casi todos pasando por sendas semifinales –el martes 8 y el jueves 10– para intentar alcanzar la gran final del sábado 12.
Amaia y Alfred con Tu canción irán directos a la final, por ser España uno de los big five (los cinco mayores contribuyentes a la Unión Europea de Radiodifusión, UER, de la que depende el certamen), y ayer por la tarde ensayaron por primera vez en el escenario definitivo. También el país anfitrión, en este caso Portugal, compite siempre en la final.
“Nos hemos sentido muy cómodos”, comentaron Amaia y Alfred después de su primer ensayo, según informó RTVE en un comunicado. El dúo tuvo 30 minutos para tomar las medidas –espaciales, acústicas, lumínicas y emotivas– al escenario del Altice Arena, el auditorio con aforo para 83.000 espectadores que acogerá todas las galas de esta 63.ª edición del festival de Eurovisión.
Amaia y Alfred entonarán Tu canción, una composición de Raúl Gómez y Sylvia Montoro, solos ante la audiencia, sin coros ni instrumentos musicales –que por otra parte, según las normas, no se pueden tocar en directo–, en una escenografía deliberadamente intimista y romántica.
El vestuario utilizado ayer era de prueba, para comprobar colores e iluminación. En todo caso, Amaia y Alfred vestirán moda española en la final del sábado, ella con una creación de Teresa Helbig “con un punto gamberro y canallita”, y él, un traje de Paco Varela “muy juvenil y elegante”, según informó RTVE. Ambos tendrán un segundo ensayo de 30 minutos mañana por la mañana, día de la inauguración.
El lema de este festival es “All aboard” (todos a bordo), para marcar el carácter marino de la sede portuguesa. Por eso, en la inauguración mañana por la tarde, la clásica alfombra roja será sustituida por una alfombra azul. Albergará esa fiesta de bienvenida el Museo de Arte, Arquitectura y Tecnología (MAAT), junto al río Tajo. Y comenzará así la semana decisiva.
De momento, las casas de apuestas dan como gran favorita para ganar el festival a la representante de Israel, Netta Barzilai, con su inclasificable canción Toy, una mezcla de pop, k-pop (música comercial surcoreana), hip-hop y sonidos medioorientales. Durante lo que queda de ensayos hasta la primera semifinal del martes, las preferencias pueden variar, pero ahora mismo el segundo en el ranking es el noruego Alexander Rybak con su violín y la alegre That’s how you write a song. Rybak fue el vencedor del festival en el 2009 y aspira a repetir victoria.
Pisándole los talones, en tercer lugar de las preferencias de los apostantes, figura Estonia con La forza, una pieza operística interpretada por Elina Nechayeva. Cierran el quinteto de favoritos Francia y Bulgaria. Francia (otro de los big five, que tiene así puesto seguro en la final) presenta una canción con mensaje, dedicada a los migrantes que cruzan el Mediterráneo rumbo a Europa: Mercy, del grupo Madame Monsieur. Bulgaria compite con el tema Bones, música soulful que interpreta un grupo formado ex profeso para el festival, Equinox.
Cuando comenzaron los ensayos el pasado domingo, el número dos de los favoritos era el checo Mikolas Josef con Lie to me, pero sufrió un accidente haciendo una pirueta en el escenario, ha estado varios días en el hospital, y la ausencia le hizo descender en los pronósticos. Ha regresado ya a los ensayos, y ahora figura en la sexta posición; aún puede volver a subir. Por lo pronto, Alfred y Amaia están en el puesto número 11 de las preferencias.
Portugal no había ganado nunca Eurovisión, así que, como todo país que se estrena en estas lides, la radiotelevisión pública portuguesa, RTP, se lo ha tomado como un asunto de Estado. Al tiempo, se jacta de organizar el festival eurovisivo más barato del último decenio: 20 millones de euros, el mínimo que el grupo supervisor de la UER juzga necesario para las exigencias técnicas y de seguridad del certamen. Pese a lo abultado de la cifra, queda lejos de los 33 millones que han costado de media las últimas ediciones del eurofestival. Se han acreditado para cubrirlo 1.500 periodistas.
Compiten 43 países, en una semana de galas que se inaugura con una alfombra azul mañana junto al Tajo