El Grec viaja a Asia
El festival reduce espectáculos para apostar por una mayor calidad
Grandes nombres, menos espectáculos –de los 120 de hace dos años se ha pasado a sólo 83 para apostar por la calidad– y un gran viaje: a la cultura, la historia y las artes escénicas de Asia. Incluso a su gastronomía. El nuevo festival Grec, el número 42, que tomará durante todo julio Barcelona, se presentó ayer cargado de propuestas para todos los gustos en un acto presidido esta vez, tras los bandazos del área cultural de la capital catalana durante estos últimos tres años, por Ada Colau, que reivindicó el papel de la cultura para abordar “de manera más creativa y empática los momentos de dificultad que atravesamos”. Y que se felicitó de que un 46% de las obras programadas tengan a una mujer como autora, directora o coreógrafa.
Junto a ella, el actual comisionado de Cultura, Joan Subirats, reivindicó la extensión del Grec a los barrios, su apuesta por el teatro comunitario y la participación en él de las comunidades asiáticas de la ciudad: en la plaza Margarida Xirgu, que se convertirá en una especie de plaza Mayor del Grec con eventos gratuitos todo julio, habrá desde un concierto de gamelan a un recital de poesía urdu o un picnic con comida asiática y música de Bollywood.
Será el complemento de una programación que se inaugura el 2 de julio con una gran apuesta del director del festival, Francesc Casadesús: El poema de Gilgamesh, rei d’Uruk, en el que Oriol Broggi lleva al enorme Teatre Grec este antiquísimo texto mesopotámico, el primero literario que se conserva y en el que ya se hablaba del diluvio. En ese mismo escenario de Montjuïc habrá una preinauguración del festival el 17 de junio con un concierto de Alva Noto y Ryuichi Sakamoto que cerrará los 25 años del festival Sónar.
Será parte de la programación dedicada a Asia en esta edición, en la que habrá grandes nombres de la danza como los taiwaneses Cloud Gate o como Akram Khan, que será un soldado en la Primera Guerra Mundial en Xenos .Yveremos a abuelas coreanas bailar en Dancing grandmothers. Ya enmuchos
tre los grandes nombres del teatro europeo destaca el debut en Barcelona de la británica Katie Mitchell dirigiendo a la Schaubühne berlinesa en Ombra (parla Euridice), donde Orfeo es un maltratador. Además regresa tras años Jan Fabre con Belgian rules, que se ríe de las peleas entre flamencos y valones en su país. Sin salir de él, el suizo Milo Rau presenta L’assaig. Històrie(s) del teatre, sobre el asesinato de un homosexual en Lieja.
Los grandes nombres del teatro catalán no faltarán. Pere Arquillué se lanza a dirigir con Audiència i Vernissatge, dos obras de Václav Havel. Sílvia Munt aborda las complejas relaciones humanas en La resposta, de Brian Friel. Mario Gas dirige Humans , de Stephen Karam, secretos y esperanzas de una familia de clase media-baja. Sergi Belbel lleva a escena Una gossa en un descampat , de Clàudia Cedó, una mirada a la muerte. El aclamado Vania de Àlex Rigola estará en la Muntaner con Ariadna Gil y Clara Segura regresará con Bodas de sangre.
En circo destacan el quebequés Cirque Alfonse con Tabarnak ;el francés Yoann Bourgeois y la condición humana de Minuit ;y Là , el regreso de Baró d’Evel tras la mágica Bèsties. En la creación más innovadora, la Agrupación Señor Serrano disecciona el capitalismo en Kingdom, La Veronal cuestiona el progreso actual en Pasionaria y El conde de Torrefiel doblega la física en La plaza. Albert Pla protagoniza un viaje multimedia al Miedo y, tras los primeros esbozos de Grito pelao en Girona, hay expectación por el cuerpo a cuerpo entre la bailaora Rocío Molina y Sílvia Pérez Cruz.