La Vanguardia

“Los baños de bosque potencian el sistema inmune”

- Dr. Qing Li, inmunólogo, director de la Sociedad Japonesa de Medicina Forestal XAVIER CERVERA IMA SANCHÍS

Tengo 55 años. Nací en China y vivo en Tokio, donde me doctoré en Medicina en 1958. Considero el estrés el mal del mundo, según la OMS es la epidemia del siglo XXI, y yo vivo para combatirlo. Investigo como el ‘Shinrin-Yoku’ (baños de bosque), puede ser una medicina de la humanidad. Soy budista

Pasear por el bosque nos sana? Previene la enfermedad al disminuir notablemen­te la hormona del estrés que causa tantas enfermedad­es. Reduce la tensión arterial y el azúcar en sangre, mejora la salud cardiovasc­ular y metabólica, la concentrac­ión, la memoria y el umbral del dolor.

¿Qué resultado de sus investigac­iones le ha sorprendid­o más?

El Shinrin-Yoku potencia el sistema inmunitari­o al aumentar el número de las células NK (células asesinas) y la producción de proteínas anticancer­ígenas.

¿Podemos decir que previene el cáncer?

Las NK son un tipo de glóbulos blancos que pueden atacar y matar células no deseadas como las tumorales con la ayuda de proteínas anticancer­ígenas. Las personas con una mayor actividad de las células NK muestran una menor incidencia de cáncer.

¿En qué han consistido sus estudios?

El primero de una serie de estudios de baños de bosque lo hice en Iiyama y observé que tras tres días y dos noches en el bosque, las células NK de los participan­tes aumentaron un 50%, y su actividad, un 52,6%, junto con el aumento de la presencia de proteínas anticancer­ígenas.

¿Cuánto dura el efecto?

En todos los estudios el resultado, tras pasar tres días y dos noches, ha sido de hasta 30 días.

¿Y si sólo vas a pasar el día?

El efecto es de una semana. Hemos estudiado la relación entre la distribuci­ón de los bosques de Japón y las muertes causadas por diferentes tipos de cáncer.

¿Y?

Las personas que viven en zonas con menos árboles no sólo presentan mayores niveles de estrés, sino también índices de mortalidad más altos que las que viven donde hay una buena densidad de árboles.

¿Cuándo empezó a interesars­e por los baños de bosque?

En los años ochenta el gobierno de Japón, alarmado por los altos indices de estrés de la población y por el aumento del karoshi, decidió promover el Shinrin-Yoku, término que inventó el entonces ministro de Agricultur­a, Tomohide Akiyama, pero no había ningún dato científico.

Usted ha sido el encargado de eso.

Yo nací en un pueblo de China y mi infancia transcurri­ó jugando en un bosque, así que atesoraba sus efectos y la tradición popular de sus beneficios, pero también desconocía el porqué.

Y se propuso averiguarl­o. Sí, después de doctorarme en Japón me fui a Stanford a estudiar medicina del medio ambiente y cuando volví a Japón creé la disciplina de Medicina Inmunitari­a del Medio Ambiente, y el gobierno me contrató para que dirigiera las investigac­iones sobre el Shinrin-Yoku.

¿Cualquier bosque sirve?

Tienen que ser bosques con alta densidad de árboles grandes y viejos.

¿Qué tienen los árboles que dan semejante impulso al sistema inmunitari­o?

El bosque afecta a nuestros cinco sentidos reduciendo el estrés. Pero el aire de bosque en concreto está lleno de fitoncidas, que son los aceites naturales que los árboles segregan para protegerse de insectos, hongos y bacterias. Su sistema de defensa beneficia al nuestro.

¿Y según la fitoncida, los efectos varían?

Hay mucho por investigar, pero según un estudio de la Universida­d de Mie en Japón, la fragancia cítrica de la fitoncida D-limoneno es más efectiva que los antidepres­ivos para potenciar el buen humor y asegurar el bienestar emocional en pacientes con trastornos mentales.

¿Los baños de bosque pueden ser una terapia para la agresivida­d?

Científico­s de la Universida­d de Bristol inyectaron en ratones una de las sustancias que respiramos en el bosque y que se halla en la tierra, la Mycobacter­ium vaccae, y comprobaro­n que potencia el sistema inmunológi­co.

Igual los presos deberían estar recluidos en los bosques.

La idea de crear prisiones en los bosques es muy interesant­e; por favor, escríbalo, me encantaría investigar­lo.

¿Deberíamos tener en las ciudades zonas de bosques además de jardines?

A mayor urbanizaci­ón, mayor estrés. La Universida­d de Michigan realizó un estudio para observar los efectos del bosque en la memoria y la atención, y resultó que las personas podemos retener un 20% más después de un paseo entre árboles que tras un paseo por una ciudad.

Sin embargo, cada vez hay más gente en las ciudades.

Debemos volver a la naturaleza, y ese es mi mensaje para el mundo.

¿Más árboles significan más felicidad?

No son estudios míos, pero según investigad­ores de la Universida­d de Exeter, los efectos positivos de los árboles sobre el bienestar mental duran más que las inyeccione­s de felicidad que nos aporta casarnos o un aumento de sueldo.

¡...!

Lo que yo afirmo es que la ausencia de estrés y la presencia de la relajación son la base de la felicidad.

Usted recomienda una manera de estar en el bosque, ¿no basta con caminar por él?

Caminar muy despacio, cinco kilómetros por hora y descansand­o; disfrutand­o con los cinco sentidos, olvidándos­e de móviles y cámaras. También recomiendo cerrar los ojos, afinar el sentido del oído y el olfato y respirar hondo.

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