GRACIAS, ARI
Mayo no ha podido comenzar mejor. Un puente generoso, una primavera al fin, asentada y un premio inolvidable. El imponente Teatro Real fue el lugar elegido para celebrar el cumpleaños más especial de la Asociación de Editores de Revistas, una unión que con motivo de su cuadragésimo aniversario, otorgó seis premios en la categoría de diseño, moda, motor, gastronomía, interpretación y cultura.
Aun me siento profundamente agradecida de haber sido la elegida para recibir el premio en una categoría que ha sido, es, y será, el motor de mi vida: la moda. Aquella que desde hace veinticinco años no me ha regalado nada, y me lo ha enseñado todo. Sentí que este galardón tenía una emocionalidad mágica, y en ella tuvieron mucho que ver las personas que me acompañaron. Mi gente, aquella que ha hecho que las caídas por la pasarela hayan sido menos dolorosas y que los noes sean ahora anécdotas divertidas. Tampoco faltaron mis padres, mi tándem ganador, dos seres humanos en peligro de extinción, a través de los cuales he aprendido que la constancia es la verdadera suerte y la exigencia tu mejor aliado.
En el escenario me acompañó mi queridísimo Juanjo Oliva, mi inspiración en incontables momentos. La persona que me viste sólo con mirarme y me hace sentir musa siempre. Él me hizo entrega de este galardón de peso, no sólo porque te dejabas las cervicales cogiéndolo, sino por su significado. Una auténtica inyección de autoestima y cariño que jamás olvidaré.
Joan Roca abrió boca con su galardón en la categoría gastronómica. Referente inexcusable de la cocina tradicional y de vanguardia, aludió al trabajo impecable de sus hermanos y demostró que con humildad, se puede levantar un verdadero altar culinario. Ágatha Ruiz de la Prada, fue el plato fuerte de la velada. Atrevida, pícara, jovial y muy divertida, subió al escenario decidida para recibir el premio a su siempre ascendente carrera como diseñadora.
Paz Vega enamoró con su dulzura y sus palabras de amor a su hija que seguía atenta las palabras de su homenajeada madre. Mujer camaleónica, agradeció el apoyo de la prensa a lo largo de
“La moda ha sido el motor de mi vida; desde hace 25 años no me ha regalado nada y me lo ha enseñado todo”
su carrera como actriz. El acto tomó velocidad cuando el piloto Carlos Sáinz se dirigió al público para compartir su merecido triunfo. Un deportista de élite con incansables ganas de más y dispuesto a seguir haciendo del automovilismo una filosofía de vida. Por último, la baronesa Thyssen fue galardonada por su infatigable labor por el arte. Su trabajo la ha catapultado como una de las mujeres más influyentes de la cultura, unido a su innegable carisma.
Enhorabuena a mis compañeros y gracias a mi familia y amigos por formar parte de mi felicidad.