La andaluza que triunfa con sus trajes de fiesta en Europa
Lo primero que sorprende es que firme Carla Ruiz cuando todos saben que la creadora de estos delicados vestidos de ceremonia a precios razonables (cuestan entre 250 y 300 euros ) se llama Rocío. Pero todo tiene una explicación. En el momento en que surgió la firma (hace diez años y en plena crisis), esta diseñadora consideró que su nombre no era suficientemente pegadizo para lanzar el proyecto que confiaba que lo levantaría todo. Por eso apostó por el que su hermano, que es quien lleva los números de esta empresa familiar internacionalizada como pocas, le puso a su primera hija.
“Comencé trabajando en esto a los diecisiete y hace ya veinte años...”, explica con gracia Rocío Ruiz, que no solo lleva las riendas creativas de la firma que desfiló (y gustó como pocas) en la reciente Bridal Week de Barcelona sino también las de Arggido, el prêt-àporter masculino con que arrancó la fábrica fundada por su padre en Málaga en 1991. Una engranaje monumental capaz de producir hasta ¡300.000 prendas al año!
Así es como Carla Ruiz, que comenzó con una colección muy breve que ha crecido hasta alcanzar una red de 600 países, se ha instalado en un tiempo récord entre las marcas que cuentan. Su secreto es la enorme implicación (casi personal) que Rocío Ruiz ha conseguido con sus clientas gracias a la fuerza de las redes sociales. “Buscamos y damos la máxima personalización: pensamos en todas las tallas, de la 36 a la 54 con diseños que se adaptan perfectamente incluso a las medidas más difíciles porque ponemos muchísima atención al patronaje, y también en todos los países. Así, para Irlanda e Inglaterra hacemos propuestas en tonos más pasteles. En Italia sabemos que triunfan los binomios de blanco y negro, marino y negro, marino y crudo y negro con crudo. Y para los países nórdicos intentamos sorprender con las ideas más nuevas porque es un mercado que confía ciegamente en nuestras propuestas”, describe Rocío.
¿El secreto de su éxito sin precedentes? Esa atención máxima, y un duro trabajo que no cesa (da igual si es fiesta o puente, o fin de semana... los hermanos Ruiz están siempre pendientes de lo que sucede en la fábrica) y que desde el comienzo ha hecho muchísimo hincapié en la comunicación. Por ello ficharon a Chiquín Figueroa, ex directora de comunicación de Lorenzo Caprile, para tomar las riendas del asunto. Ella entendió como nadie y a la primera la intención de esta firma que crece sin cesar y, por su estilo y su amplio bagaje, se ha convertido en parte fundamental del equipo.
De esta última colección de vestidos de fiesta para el 2019 presentada hace una semana escasa en Barcelona, la diseñadora explica que “evoca las profundidades del mar, sus colores y texturas “. La considera una de sus apuestas más importantes puesto que responde a su necesidad de homenajear a los océanos que le rondaba desde hace años y que, tras valorarlo con Chiquín Figueroa, se producirá en edición limitada. Siempre bajo pedido y a medida. Un paso más para el que con toda seguridad la diseñadora andaluza pronto tendrá lista de espera.