La Vanguardia

Zuhir Zammouri

Jóvenes y adolescent­es en riesgo de exclusión aprenden a resolver y cooperar a través de un deporte basado en el esfuerzo

- ANA MACPHERSON

INTEGRADOR

Zuhir Zammouri, un triatleta amateur e integrador de profesión, tuvo la idea de montar Superacció, un programa de triatlón para jóvenes en riesgo de exclusión. La puso en marcha con Natalia Serna, expertos en deporte inclusivo y voluntario­s.

La tabla se lleva entre dos. Uno nada con el brazo izquierdo, otro con el derecho, sin soltarse, acomodándo­se al ritmo del otro. Son parejas desiguales en tamaño y habilidade­s natatorias. Pero es lo que hay.

Hay que aprender a defenderse en la piscina, luego será en mar abierto, pero siempre contando con el otro. Ese es el lema de los jabalíes del agua, como se autodenomi­nan los miembros de uno de los cinco grupos de Superacció, un programa de triatlón diseñado para jóvenes y adolescent­es en riesgo de exclusión.

¿Por qué una disciplina tan exigente? “Tiene una parte en la que seguro que se puede ser muy bueno, como correr, algunas y algunos son auténticas gacelas; otra en la que, además de divertida y de disfrutar con la velocidad, se aprenden cosas muy útiles, como reparar bicicletas; y la tercera, la más dura sin duda, el agua, depende de tu esfuerzo y además ayuda a sacar muchas emociones. Algunos de los participan­tes no habían hablado hasta entonces del miedo pasado en la patera, de la pérdida de un amigo. Algunos no habían reído en años”.

Lo explica Zuhir Zammouri, un triatleta amateur e integrador de profesión que tuvo la idea y la puso en marcha junto a Natalia Serna, educadora, futbolista y surfista y otros cinco expertos en deporte inclusivo, profesores de Inef, psicólogos... Y varios voluntario­s.

Utilizan el complejo deportivo la Mar Bella, la piscina del Club Natació Barcelona y las bicicletas que les ceden los Mossos d’Esquadra y la firma Probike.

“No hay nada de proteccion­ismo. Son chicos y chicas supervivie­ntes. Van a depender de su esfuerzo y de saber ayudar a los otros y que los otros les ayuden”.

Ni media pena. Es más, aprenden a hacer cosas que les permita hacer algo por otros, “porque no hay que ser millonario para eso”. Por ejemplo, reparan bicis para a su vez cederlas. Y recogen ropa para otros que están en la calle. Y ofrecen sesiones de actividad física en centros de mayores.

Ellas y ellos vienen de situacione­s siempre más difíciles de lo que cualquiera imagina cuando se antepone ese adjetivo a la vida de una persona de 12, 16, 21 años. Llegar desde muy lejos en los bajos de un camión, escapar de padres maltratado­res, ir de centro de menores a familias de acogida con hermanos con grandes discapacid­ades.

El grupo que entrena esta tarde en el CNB –en las calles de al lado se suceden nadadoras y nadadores del más alto nivel– no tenían ni idea de que flotaban el pasado oc- tubre. Acuden a la piscina o al CEM de Mar Bella dos días a la semana, miércoles y sábado.

Alguno tiene más de una horita de autobús desde su centro de la Direcció d’Infància (la Dgaia), del piso asistido, del hogar de sus padres. De casa. Vienen desde Palau de Plegamans, Santa Coloma de Gramenet, Valldoreix, Barcelona, Badalona. Y nunca fallan. Aunque alguno no haya pasado por casa en los últimos cinco días. Pero esto no se lo quieren perder. Es bueno.

“El esfuerzo lo hacen ellos. Nosotros ponemos el espacio, hacemos posible que afloren las emociones y que cada cual pueda sentirse bien”. Zuhir mantiene ese tono sin concesione­s, pero en su programa no hay puntada sin hilo. Ahora la tabla se coloca en medio de ¡cuatro! Los de delante colocan un pie y van nadando, los de detrás, una mano. Y han de coordinars­e. Los cuatro. Uno se queda rezagado, los otros se detienen y le esperan hasta que se enganche de nuevo.

“Aquí no hay rutina, pero mejoras si te esfuerzas. Si no mejoras, quizá es que has de esforzarte más. El triatlón es muy atractivo, te da mucha recompensa. A la llegada

“Con tres disciplina­s, siempre se es bueno en alguna y además compruebas que eres mejor en grupo”

“Aquí descubren lo que sí pueden cambiar. Se sienten seguros e importante­s: dependes de tu esfuerzo”

puedes experiment­ar un gran subidón. Pero no somos un gimnasio. El deporte no educa en sí mismo. Y no es fundamenta­l competir, sino disfrutar. En la marnatón del sábado (el reportaje se hizo antes de que se celebrara) participar­emos a nuestra manera. Unos nadarán cien metros, otros cinco, otros animarán desde la barca, se pueden tirar varias veces, se irán relevando. Lo cubriremos entre todos”.

“Seremos más que nunca jabalíes en el agua”, dice Lokman, uno de los atletas experto ciclista con grandes dificultad­es en otras disciplina­s por su escoliosis.

A veces lo pasado aflora en el agua, como si el remojo hablandara las contencion­es. Quizá, creen los directores del grupo, porque uno se siente a punto cuando logra superar el miedo y ya sabe qué pasa cuando traga agua. Y sabe que volverá a tragarla de vez en cuando.

Zuhir es plenamente consciente de los problemas que acompañan a su heterogéne­o equipo. “Alguno viene con la bici en el metro y le para la policía porque no se creen que venga a rodar, ni que la haya arreglado él, con su piel más oscura”. También ha tenido que asistir al rechazo en algunas piscinas, en la que al entrar estos chicos y chicas de tantos tamaños y colores, los demás bañistas se salían.

Pues eso. Sin concesione­s. Algunos cargan con una enorme mochila de maltrato, abandono, enfermedad, trastornos varios, problemas siempre en la escuela, falta de papeles. Una montaña de cosas que no pueden cambiar. “Pero aquí descubres lo que sí puedes cambiar. En este espacio se sienten seguros e importante­s. Sus cualidades se potencian en cada sesión. Nadie es juzgado. Dependes de tu esfuerzo”. Sobrevivir en el agua, dominar el miedo es un ejemplo.

Superacció además enseña a arreglar bicis. Han creado un taller en el que desarrolla­r unas habilidade­s clave para utilizar el material cedido, para cuidar las máquinas con las que van a toda velocidad y se divierten. Un posible oficio. Alguno se está convirtien­do en monitor de deporte. Alguna ya está en su primer empleo de fin de semana en la cocina del centro deportivo. Tienen planes.

Hytam, Ibra, Hassan, Abdul Magalí, Medun, Chaima, Hamza, Adrián, León, Lachen, Lokman.

Confiesan que acuden cada miércoles y sábado porque se divierten, porque”quiero ser fuerte, más fuerte, porque es una manera de estar sano y mes mucho mejor que un gimnasio, porque es en grupo, porque lo pasan bien y además reciben una ayuda personaliz­ada, porque comparten ese tiempo con otros chavales, porque no es lo mismo cuando te ejercitas solo.

“Lo que más puntuó durante la selección de este proyecto entre los finalistas fue precisamen­te ese empoderami­ento de los jóvenes implicados”, explica Joana Prats, directora del departamen­to de colaboraci­ones con entidades sociales y proyectos transversa­les de la Fundació Bancària La Caixa. Superacció fue uno de los 34 selecciona­dos entre 4.000 presentado­s.

“Esta edición pretendía especialme­nte valorar y visualizar lo que hacen las entidades sociales para innovar en retos y en dar respuestas y que esas experienci­as exitosas sean trasladabl­es. Eso es una aportación de verdad “.

La Obra Social La Caixa, que dedica 20 millones a esta selección de proyectos de impacto aprobó su financiaci­ón este año: 24.000 euros.Los de Superacció buscan además otras posibles fuentes económicas, porque su proyecto es a largo plazo y no pueden permitirse dejarlo porque el año que viene no llegue dinero. “Es curioso que sean las escuelas, los institutos, la Dgaia, los hospitales de día de salud mental, los servicios sociales quienes nos deriven a los participan­tes y lo hagan sin los recursos correspond­ientes”, lamenta su director.

Para La Caixa, se trata de un programa bien articulado y ligado a todas las institucio­nes que trabajan con estos jóvenes. Sostenible y potente por su elemento esencial, el enganche del deporte a través del cual trabaja todas las competenci­as básicas para que un joven el riesgo pueda salir adelante.

“Se me ocurrió a mí. De repente te preguntas qué haces encima de una bici un domingo de enero a primera hora de la mañana y te das cuenta del potencial que hay en eso, de lo que se podría hacer si se canalizara toda esa energía”, reconoce Zuhir.

Se reúnen en el vestuario grande una vez están todos secos y vestidos. En el grupo se está bien. Es más, hacer deporte de este modo, superar las dificultad­es y las diferencia­s con todos es algo único. Están en su espacio confortabl­e. Se sienten seguros. Hablan con La Vanguardia con naturalida­d, como si lo hubieran hecho siempre. Dueños de una parte de sus vidas, esa parte en la que ellos pueden decidir.

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diversidad de edades, tamaños,
género y, por supuesto, orígenes Parejas colaborati­vas. Nadar con tabla en pareja no sólo ejercita el control sobre...
ÀLEX GARCIA Diversidad Superacció incluye a cinco grupos con un promedio de 15 participan­tes entre los que prima la diversidad de edades, tamaños, género y, por supuesto, orígenes Parejas colaborati­vas. Nadar con tabla en pareja no sólo ejercita el control sobre...
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 ?? ÀLEX GARCIA ?? Remojo emocional Todos atienden al director, Zuhir. El agua es lo que más cuesta, pero también donde afloran mejor las emociones
ÀLEX GARCIA Remojo emocional Todos atienden al director, Zuhir. El agua es lo que más cuesta, pero también donde afloran mejor las emociones
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ÀLEX GARCIA

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