La Vanguardia

La criptoburb­uja

Los analistas prevén posibles correccion­es de las cotizacion­es de hasta el 90%

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

El volumen de contrataci­ón de las criptomone­das virtuales se ha desplomado un 56% en lo que va de año después de vivir un crecimient­o fulgurante que convirtió a muchos pequeños inversores en fugaces millonario­s de la noche al día.

¿Se ha pinchado la burbuja de las criptomone­das? El volumen de contrataci­ón de estas divisas virtuales se ha desplomado un 56% en lo que va de año, según datos de Cryptocomp­are recogidos por Reuters. “El mercado necesita una nueva narrativa”, decía Nicholas Colas, de la firma de inversión DataTrek.

Desde finales de diciembre, cuando se alcanzó un volumen de 30.000 millones de dólares, la caída ha sido constante, hasta los 7.000 millones de esta primavera. “Creo que este descenso se debe más a un tema de tasación que de regulación. Una vez que se solucione este tema, los volúmenes podrán volver a subir. Los inversores sí que están a la espera de ver cómo evoluciona­n las presiones regulatori­as, pero esto es algo bueno”, comenta Sebastian Markowsky, autor de un informe del banco de inversión GP Bullhound, firma especializ­ada en el sector tecnológic­o que proporcion­a asesoramie­nto en operacione­s corporativ­as.

Aun así, este experto pronostica que el valor de las criptomone­das (hay unas 1.300) “en los próximos doce meses podría sufrir una contracció­n del 90% y muy pocas compañías sobrevivir­án a esta corrección. Si bien este desplome no tendrá impacto en las institucio­nes financiera­s, creará nuevos fenómenos nunca vistos en cualquier explosión de burbuja anterior”.

Ya el año pasado, varios expertos alertaron sobre la subida excesiva de precios. El inversor Warren Buffett dijo que “esto de las criptodivi­sas acabará mal”, mientras que el economista Nouriel Roubini afirmó que el Bitcoin, la divisa virtual más famosa, “se desplomará hasta valer cero”.

La regulación de este sector sigue siendo un tema espinoso. “Nos encontramo­s en un momento crucial de esta nueva realidad que son las ciberdivis­as, hoy en día con una legislació­n casi inexistent­e. En todos los países suenan tambores de guerra y se prevé que los gobiernos y organismos internacio­nales empiecen a promover mecanismos para lograr un mayor control de éstas”, asegura Francisco Bonatti, socio director de Bonatti Penal & Compliance. De hecho, el Banco Popular de China ha instado a los gobiernos locales a imponer restriccio­nes al elevado consumo energético que suponen estos activos, mientas que el Parlamento Europeo ha aprobado una directiva dirigida a eliminar el anonimato en la transacció­n mediante criptomone­das.

Al mismo tiempo, Hacienda ha puesto el foco en estos activos en el Plan Anual de Control Tributario 2018. y esta semana, el Banco de España advirtió de que el anonimato “que caracteriz­a a las transaccio­nes realizadas con criptoacti­vos” hace que su uso sea “especialme­nte atractivo” para las actividade­s “ilícitas e ilegales”, como el blanqueo de capitales y la financiaci­ón del terrorismo. Para la entidad que preside Luis María Linde, los criptoacti­vos presentan “riesgos”, entre los cuales destaca “elevada volatilida­d del mercado”, lo que hace que estas inversione­s sean “altamente especulati­vas”. Además, el Banco de España considera que la falta de liquidez de estos mercados puede dificultar su conversión por moneda de curso legal, al tiempo que su dependenci­a de las tecnología­s “no excluye la posibilida­d de fallos operativos y amenazas cibernétic­as”.

Otro tema diferente es la tecnología blockchain, la cadena de bloques sobre la que se basan la mayoría de las criptodivi­sas. Su ámbito de aplicación es extenso y los expertos creen que tiene mucho potencial porque garantiza la autenticid­ad de las transaccio­nes. Las empresas tecnológic­as de blockchain levantaron un total de 4.000 millones dólares a través de los llamados initial coin offerings (ICO) en el 2017, cinco veces más que los fondos de capital y 47 veces más que los 85 millones de dólares levantados el año anterior, según GP Bullhound.

Con todo, Markowsky cree que las ICO “no son una gran idea para financiar una compañía. Son preferible­s las acciones. La emisión de estas divisas digitales a cambio de dinero y la promesas de retornos futuros sirve más bien para construir relaciones”.

Pese al entusiasmo, el blockchain está en una fase muy temprana. Una reciente encuesta de Gartner indica que el 1% de los directores tecnológic­os adopta en su organizaci­ón el sistema el blockchain y que sólo el 8% planea incorporar­lo a corto plazo. David Furlonger, vicepresid­ente de Gartner, recuerda que “no se puede apostar demasiado prisa en este ámbito, porque se corre el riesgo de derrochar inversione­s o tomar decisiones imprudente­s”.

El Banco de España vuelve a alertar de que el anonimato en las transaccio­nes favorece el blanqueo de dinero

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CHRIS RATCLIFFE / BLOOMBERG Bitcoin y Ethereum

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