El Madrid no hará el pasillo de campeón al Barça en el encuentro de hoy.
Homenajear al campeón se convierte en motivo de polémica cuando por medio se cruzan las principales rivalidades
El domingo pasado el Deportivo le hizo el pasillo al Barcelona como campeón de Copa pero esta noche el Madrid no le imitará para homenajear al rey de la Liga. Zidane ya avisó en su momento de su negativa y recordó que el Barça tampoco formó para aplaudir a los blancos después del Mundial de Clubs. El conjunto blaugrana se justificó entonces diciendo que no era partidario de estos gestos si no participaba en la competición. En puridad se trata de una acción de reconocimiento y deportividad pero cuando blancos y blaugrana están por medio todo se contamina y envenena. Se pasa de la elegancia a la humillación y viceversa, como advirtió Ernesto Valverde. Pero, ¿desde cuándo se hace el pasillo en España? ¿Quiénes fueron sus protagonistas iniciales? Cuentan las crónicas que la primera vez que un equipo rindió pleitesía de esta manera a otro fue el 17 de mayo de 1970 en el estadio Manzanares. El Atlético de Madrid acababa de ganar la Liga y recibía al Athletic Club, subcampeón en el torneo de la regularidad, en una eliminatoria de la Copa del Generalísimo. Los jugadores del conjunto vasco, dirigidos por el inglés Ronnie Allen, formaron haciendo pasillo y aplaudiendo a sus colegas colchoneros. Entre los vizcaínos personajes tan conocidos como Iribar, Rojo o un jovencísimo Javier Clemente. Entre los colchoneros auténticos mitos de la entidad como Luis Aragonés, Gárate o Adelardo.
“Tuvo lugar el acto deportivo más bello del encuentro y, probablemente, de la temporada”, se aplaudía en el diario La Gaceta del Norte. “Los del Atlético de allá se colocaron en doble fila para aplaudir a los del Atlético de acá. Por el título, claro. Todo muy deportivo”, se especificaba en la crónica de La Vanguardia. “La verdad es que no recuerdo por qué lo hicimos, aunque sí recuerdo que habíamos quedado segundos en el campeonato”, le explica a este diario Clemente.
Mejor lo evoca el legendario Iribar en conversación telefónica. “No sabía que fue el primero pero sí recuerdo que nos pareció lo adecuado y lo correcto. El Atlético se lo merecía y es un gesto que nos honra a ellos y a nosotros. Estuvimos peleando por la Liga hasta el final con ellos y fue una bonita lucha. No lo sé con certeza pero es muy posible que para que hiciéramos el pasillo tuviera mucho que ver nuestro entrenador, el señor Allen, una persona muy educada y respetuosa y que venía de una muy buena escuela”. Sobre el hecho de sí hay que hacer siempre el pasillo o no el exportero afirma: “Son cosas que se han de afrontar con naturalidad. En la mayoría de deportes se enaltece al vencedor y me parece bien”. Aunque Iribar huye de cualquier polémica. “Con respecto a este clásico (el de esta noche) hay que aceptar todas las decisiones, lo democrático es aceptar tanto cuando se hace como cuando no”.
Desde aquel de 1970 ha habido pasillos muy recordados por haberse hecho y también otros por lo contrario. Entre los primeros los tres que se han producido entre el Barcelona y el Madrid. Dos tuvieron protagonismo blaugrana y uno madridista. En 1988 en el Camp Nou el Barça se rindió a la Quinta del Buitre. Tres años más tarde, en el Bernabeu, fueron los blancos los que aplaudieron la primera Liga del dream team de
Cruyff. Otro holandés, Frank Rijkaard, estaba en el banquillo barcelonista en el 2008 cuando el Barça tuvo este gesto con el Madrid en el Bernabeu.
Son momentos que están cargados de morbo si son entre archirivales o vecinos. Así, cuando Javier Clemente dirigía al Espanyol, se negó a que su equipo le hiciera el pasillo al Barcelona, que venía de imponerse en la final de la Copa de Europa de 1992 en Wembley. El equipo blaugrana acabó paseándose por 0-4. “Eso es algo que no tiene importancia. Entre el pasillo y ganar por 0-6, prefiero ganar por 0-6. Pero es una cuestión de educación”, había declarado antes del partido Johan Cruyff. “Cruyff no se merece ni pasillo, ni escalones, ni felpudo. Es un maleducado. Esto es lo que opino de él como persona”, afirmó Clemente tras el encuentro. No hacer el pasillo disgustó al directivo españolista Ferran Martorell, que abandonó su localidad. Tampoco tuvo demasiado éxito muchos años antes, el 19 de abril de 1964, una iniciativa de Kubala, por aquel entonces jugador del Espanyol. Al final del encuentro, el mito barcelonista pidió a sus compañeros blanquiazules que hicieran una especie de precuela de pasillo al Barça, que les acababa de meter un 5-0. Algunos jugadores pericos se negaron.
Esta costumbre tan radicada en España, ¿se sigue en otros países? En Inglaterra, por ejemplo, sí. Hace unos días el West Ham rindió pasillo al Manchester City y en otras temporadas el Manchester United y el Chelsea se han intercambiado el homenaje. En Italia, en cambio, no existe esta tradición. Hace cinco años se intentó poner en práctica y se realizó algunas veces pero no se ha vuelto a repetir y quedó como una moda pasajera.
En España, es diferente.