CRÍTICA DE TV A la trinchera
QUIM TORRA. Un sábado más, la historia se retransmite en directo por televisión. Ayer, desde el Parlament: el señor Quim Torra anuncia que será mi presidente de la Generalitat –desde un despacho contiguo y con un consejo de la república– para cavar más y más en la trinchera que Puigdemont dejó a medias, con el dinero de mis impuestos y contra mi voluntad de catalán extravagante. Cave usted, president, pero no a lo ancho, cave a lo hondo.
AMAIA I ALFRED. No sé en qué posición han quedado anoche Amaia y Alfred en el Festival de Eurovisión, pero lo relevante es que hayan llegado vivos al escenario lisboeta, visto el terrorífico fuego mediático por el que han atravesado. Con sus tiernísimos 19 y 22 años han sorteado las dentelladas de periodistas de colmillo tan hostil y retorcido como Isabel San Sebastián: “¿Estáis orgullosos de representar a España?”, les ha preguntado con mala intención (La 1). “Queremos a nuestro país a nuestra manera, por eso estamos aquí, pues no hay una sola manera de querer a un país”, le ha respondido la niña Amaia. Me enorgullezco de esta parejita: el día en que todos seamos como ellos, España enviará a Eurovisión una canción en aranés, catalán, gallego o euskera con la sonrisa de todos los españoles. Y él le regalará a ella una novelita titulada Catalunya de merda, y sonreiremos todos sin trasnochadas embolias patrioteras. ¡Quiero esa España, esa Catalunya quiero!
TVE. “Si a la gente no le gusta TVE, ¡que cambie de cadena!”, clama Cristóbal Montoro –deslenguado ministro de Hacienda del Gobierno del Reino de España– en el Congreso de los Diputados. Es una salida cínica y displicente ante una acusación tan grave como bien fundada: los informativos de TVE son partidistas y velan más por los intereses del Gobierno de Rajoy que por los de la sociedad plural a la que tienen el mandato constitucional de servir. Esta acusación contra TVE proviene de grupos de periodistas de la propia empresa pública, humillados por las sevicias contra su dignidad profesional por parte de sus jefes, cargos designados a dedo por el gobierno de turno. De los 62 años de la historia de TVE, el único periodo de verdadera imparcialidad política, pluralismo social y criterio periodístico fue el septenato zapaterista (2004-2011): la mejor prueba es que sectores del PSOE acusaban a Zapatero de entregar TVE al enemigo. ¡Ojalá TVE vuelva a des gubernamental izarse algún día ..!
Los profesionales de TVE y de TV3 critican el partidismo de sus medios públicos, con razón
TV3. Puigdemont anunció que TV3 (y los medios de comunicación públicos dependientes de la Generalitat) seguirían el mismo modelo pervertido de TVE: reparto de cargos por dedazo gubernamental, sacrificando el criterio periodístico al interés partidista. Los profesionales de TV3 –ahora– critican este mercadeo y reclaman consenso y respeto, con razón. Ahora. ¡Ay!
TONI SOLER. Por eso he disfrutado esta semana con Toni Soler, que ha ido por libre en su Està passant (TV3), satirizando el trilerismo de Puigdemont al jugar con el futuro del autogobierno de Catalunya.