Gareth Bale se quiere quedar
El Madrid golea con facilidad al Celta en una exhibición del extremo galés y de Isco
Nada que ver con el Pizjuán. La primera versión del Madrid, sin Cristiano ni Ramos, despachó al Celta en un buen partido que le servirá a Zidane para preparar la final de Kiev del día 26. Bale fue el hombre del partido. En unos días en que el galés siente que su futuro en el club está más amenazado que nunca, Bale respondió como el jugador que el madridismo hubiera esperado ver estos cuatro años pero que pocas veces ha visto. Tuvo velocidad, desborde, precisión y potencia en el remate. Fue una pesadilla para los gallegos. Tumbó al equipo de Unzue con dos goles antes de la primera media hora.
El Celta se quedó en nada muy pronto. De entrada ya fue poco Celta porque Aspas, renqueante de su lesión, guardó banquillo y sin el de Moaña pierde mucho potencial. Además, tuvo mala suerte arbitral. Tras el 1-0, el Celta empató enseguida en una jugada confusa anulada por el árbitro no se sabe muy bien por qué. Primero hubo penalti en un empujón de Casemiro a Brais y luego la acción acabó en gol que González Fuertes dio, pero luego anuló cuando el juez de línea le indicó que había fuera de juego de Wass.
El Madrid no se inmutó demasiado por lo sucedido. Sin la trascendencia de los puntos, los de Zidane se gustaron y gustaron. Lo mejor para los blancos fue la vuelta de Isco, ausente desde que se lesionara en la ida contra el Bayern. El malagueño compitió con Bale por el premio al mejor gol. El 2-0 fue del galés, que recortó a Jonny y clavó el balón en la escuadra de Sergio desde el pico del área. En el 3-0 fue Isco el que envió el balón a la otra escuadra desde muy lejos.
La segunda parte se inició con otro golazo, esta vez una galopada de Achraf que culminó el lateral marroquí. Mediado el segundo tiempo Zidane refrescó al equipo con Mayoral por Benzema y Asensio por Isco. Luego, con Lucas por Bale, que se llevó la ovación de la noche. El quinto fue un autogol de Sergi Gómez al intentar despejar un centro de Asensio y el sexto de Kroos. Un 6-0 para despedir una muy mala liga en el Bernabeu.