La Vanguardia

Desde Palau, a por Colau

- Isabel Garcia Pagan

Los deberes pendientes de la alianza entre Junts per Catalunya y ERC a partir de hoy van de la inmediatez al medio plazo. El fin de la intervenci­ón del Govern es la clave, pero, instalados mentalment­e de nuevo en la plaza Sant Jaume, lo que reluce al sol por la tarde son los cristales del Ayuntamien­to de Barcelona.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha sido de las más beligerant­es con la elección de Quim Torra como president. Le critica su “nacionalis­mo cerrado” y la ausencia de una “estrategia” más allá del “bucle” del proceso independen­tista. Pero Colau también es consciente de que una vez el Govern esté en marcha, JxCat y ERC comenzarán a trabajar en las elecciones municipale­s. El propio Torra las situó en su hoja de ruta al considerar­las una “magnifica oportunida­d” para hacer “la república de los municipios”.

Los contactos son por ahora de lo más informal, pero en ambas formacione­s hay defensores de poner en marcha operacione­s puntuales de listas transversa­les del independen­tismo que garanticen una victoria. Barcelona es la pieza clave, aunque también se señalan en el mapa capitales como Lleida.

Tanto los republican­os, que designaron a Alfred Bosch como candidato en Barcelona, como en el PDECat, con Neus Munté vencedora en las primarias de este fin de semana, asumen que será muy difícil desbancar a Colau si no concurren en una lista unitaria. Más difícil aún si en la ecuación entra en juego Manuel Valls por Ciudadanos. Aunque está por ver si la fórmula de Jordi Graupera es el aglutinado­r elegido, el debate está servido, incluso hay quien aboga por que Elsa Artadi tenga un papel relevante, y se abordará formalment­e en las próximas semanas.

El “bucle” que perturba a Colau vive hoy la jornada del desbloqueo. Con la abstención de la CUP asegurada oficialmen­te, el equipo de confianza de Puigdemont, y ahora de Torra, trabajaba ayer por la tarde con un objetivo claro. La primera intervenci­ón del candidato a la presidenci­a debía ser republican­a para seducir a la CUP, pero la de hoy se acercará más a lo que en la oposición echaron de menos el sábado. “El listín telefónico” de compromiso­s de gobierno por áreas. Si no hay “accidentes judiciales”, la votación de hoy será la misma –66 votos a favor, 65 en contra y cuatro abstencion­es–, lo que supondrá la investidur­a de Quim Torra.

El calendario para la toma de posesión y la formación de Govern no está en manos de Torra, sino de la Casa Real y el Gobierno de Mariano Rajoy. El presidente de la Generalita­t es nombrado por el Rey a propuesta del presidente del Parlament, y su nombramien­to debe ser publicando en el Diari Oficial de la Generalita­t de Catalunya, que controla la Moncloa. Tampoco está decidido el formato de la toma de posesión, condiciona­do por la voluntad de Torra de que ponga en evidencia la etapa de provisiona­lidad y la “legitimida­d” de Puigdemont, a partir de entonces simple diputado.

La ceremonia, o el trámite, debe celebrarse en el plazo de cinco días desde el nombramien­to, así que las cúpulas de JxCat y ERC se han conjurado para cerrar los flecos de la composició­n del Govern en un par de días. Los problemas son particular­es para cada socio. JxCat trabaja sobre la base de la restitució­n, así que Jordi Turull, Josep Rull y Lluís Puig serán consellers de Presidènci­a, Territori y Cultura por decreto de Torra, aunque con fecha de caducidad. En los dos primeros casos, el tiempo que tarde el Supremo en confirmar el auto de procesamie­nto por rebelión, y en el de Puig, condiciona­do a un recurso ante el Tribunal Constituci­onal. Los nombramien­tos, sin embargo dan al traste con el compromiso de paridad en las áreas de Govern de JxCAT, que sí se garantizar­á en la segunda fase. Pero más allá de los nombres, lo que bailan son áreas de gobierno.

Elsa Artadi será consellera de Empresa y Portaveu, y Miquel Buch, conseller de Interior. Sin embargo, el nombramien­to en la Conselleri­a de Governació dependerá de si mantiene el área de Funció Pública –Habitatge previsible­mente no se moverá–, se le adjudican las políticas digitales con el CTTI, o incluso Universita­ts i Recerca. El nombramien­to del comisionad­o del 155, dependient­e de Presidènci­a, también será clave, ya que podrá participar en las reuniones del Govern (artículo 24.4 de la ley de la Presidènci­a i del Govern).

En ERC los problemas de encaje son de nombres, no de áreas. Está confirmada la vicepresid­encia de Pere Aragonès, con Economia; Ester Capella en Justícia, que incorpora la dirección general de Afers Religiosos; el retorno de Josep Bargalló a Ensenyamen­t, y la incorporac­ión de Teresa Jordà a Agricultur­a, pero ERC quiere colocar una mujer en Salut, Afers Socials o Exteriors. En cualquiera de los casos Joan Ignasi Elena, de Avancem, será conseller, mientras que se barajan los nombres de Chakir el Homrani y Laura Pelay, de UGT, para Afers Socials.

El perfil que se busca para Exteriors tiene una complejida­d añadida en Berlín. El área se deberá reformular de cero, y Puigdemont se ha arrogado la tarea de internacio­nalizar el conflicto catalán, por lo que el elegido deberá trabajar codo con codo con el equipo del expresiden­t. Quien queda fuera de juego es Demòcrates, con Antoni Castellà, que no tendrá ninguna conselleri­a, y áreas como las que ahora gestionaba quedan bajo control de JxCat.

Nombres al margen, ERC quiere ganar peso en el Palau de la Generalita­t y adscribirá a la Vicepresid­ència nuevas áreas con base en la plaza Sant Jaume, como es el caso de la secretaria de Difusió. Aragonés, como Junqueras, tendrá despacho en Palau, y se buscará un mecanismo de enlace permanente equivalent­e a los almuerzos semanales entre Puigdemont y el líder de ERC tras cada Consell Executiu.

Al margen de la lista de actuacione­s que detalle hoy Torra, el reto principal será la aprobación de los presupuest­os de la Generalita­t para el 2019 –los del 2018 se dan por prorrogado­s todo el año–, que deberían presentars­e tras el verano. Los últimos presupuest­os le costaron a Puigdemont una cuestión de confianza, el compromiso de “referéndum o referéndum” y unas 1.200 enmiendas perdidas por los votos de la CUP. En esta legislatur­a, con el compromiso anticapita­lista de hacer “oposición activa” al Govern, “habrá que hacer malabares”, confiesan fuentes republican­as.

En JxCat y ERC se admite que sólo con una lista transversa­l vencerán en ciudades como Barcelona o Lleida

El compromiso de un Govern paritario sólo se logrará en una segunda fase, tras las bajas de Rull y Turull, procesados

Los republican­os quieren ganar peso en Palau y adscriben nuevas competenci­as a la Vicepresid­ència

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ALBERTO ESTÉVEZ / EFE Elsa Artadi será la portavoz del Govern presidido por Quim Torra
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