La razón de ‘enraonar’
En la ciudad de Ljouwert, en el norte de los Países Bajos, está el Pabellón de las Lenguas (Talepaviljoen), que es el eje central del proyecto Tierra de Lenguas (Lân fan Taal), en el marco de la Capital Europea de la Cultura 2018. Los neerlandeses son gente seria, que respetan las lenguas minoritarias, como la suya, que es de tamaño medio (24 millones de hablantes), pero que hablan el inglés con todo el mundo sin complejos. Como las lenguas se alimentan unas de otras, del neerlandés hemos tomado prestado algunas palabras marítimas, como babor y estribor.
El caso es que en el pabellón hay una representación de la lengua y la cultura de las pequeñas comunidades lingüísticas europeas, y en el exterior del edificio han montado el Jardín de las Lenguas, donde se exponen las diez palabras más bonitas de idiomas varios. Y, claro, había que escoger las diez del catalán. La dirección general de Política Lingüística abrió las votaciones en Twitter y más de diez mil personas propusieron su vocablo.
Las diez palabras del catalán son: xiuxiuejar, aixopluc, caliu, tendresa, llibertat, moixaina, amanyagar, enraonar, ginesta y atzavara . A mí me gusta enraonar: hablar para llegar a la razón. Como el orden no es alfabético, quizá responde al número de votos de mayor a menor. A primera vista es curiosa la alta presencia de la letra x, que también aparece en otras palabras de las 25 seleccionadas para la final: xaragall, aixafaguitarres, xubec, xerric.
Pero al principio han salido las palabras prestadas. Resulta que de las diez palabras escogidas, siete son patrimoniales, es decir, son herencia directa del latín por vía oral. Hay dos de origen expresivo. Una es moixaina, derivada de moix, que es como llaman al gato en las Baleares y que se asocia a alguna de las características de este felino. Y la otra es xiuxiuejar, que deriva de la onomatopeya xiu-xiu.
Finalmente, quizá la menos votada de las diez, está la única palabra tomada de fuera del ámbito latino: atzavara, que se adoptó hacia el año 1500 del árabe magrebí y que hace referencia al jugo del aloe.
De la selección de estas diez palabras se pueden sacar algunos apuntes. El primero es que no hay cultismos ni neologismos; conclusión: a los hablantes los enamora lo viejo. El segundo hace referencia a la sonoridad: hay muchas fricativas y africadas y, en cambio, pocas oclusivas. Y un tercer apunte demuestra que, a pesar de la alta presencia de palabras germánicas llegadas durante la edad media, los hablantes, de manera consciente o inconsciente, han preferido escoger diez palabras de sonoridades mediterráneas.
En la elección de las palabras catalanas más bonitas han ganado las de sonoridad mediterránea