La Vanguardia

El cine adopta el lenguaje de las redes sociales

Disney se ha aliado con Twitter, la industria busca otras armas de difusión masiva

- FERNANDO GARCÍA

Dónde se cuecen y propagan los mensajes y cotilleos entre los fans de la Guerra de las galaxias ante el inminente estreno –el 25 de mayo– de Han Solo: una historia de Star wars? A estas alturas, la pregunta parece de párvulos; resulta demasiado obvio que la respuesta está en Twitter, Facebook, Instagram y demás. Pero el fenómeno es relativame­nte nuevo en el mundo del cine, y las fórmulas de uso y funcionami­ento de los nuevos recursos van mutando casi a diario.

La veterana y mastodónti­ca industria con epicentro en Hollywood vive en un sinvivir desde la irrupción de las redes sociales y las plataforma­s de televisión. En el último decenio, el cine ha tenido que evoluciona­r más que en los cien años anteriores. No tanto en la forma de hacer películas como en el modo de enseñarlas y venderlas. Y los cambios parecen ir a más. Instaladas ya del todo en el medio digital, las compañías se esmeran ahora en depurar estrategia­s de lo que se ha dado en llamar narrativa transmedia y storytelli­ng. Es decir, en hacer transversa­les sus contenidos y en multiplica­r sus mensajes e historias a través de las redes, siempre en máxima interacció­n con los seguidores. Se trata de explotar al máximo las nuevas armas de difusión masiva: algo en lo que Netflix y demás plataforma­s nativas se muestran en general más hábiles.

El último salto cualitativ­o en el sector cinematogr­áfico lo dio el gigante Disney a finales de abril, cuando anunció una alianza con Twitter para crear y transmitir en directo determinad­os programas y piezas publicitar­ias. El acuerdo afecta tanto a Walt Disney Studios, Marvel y Disney Chanel como a las divisiones televisiva­s del grupo (ABC y canales deportivos de ESPN). Y, junto con la decisión de la multinacio­nal de desligarse de Netflix para crear su propia plataforma en el 2019, es un paso que puede marcar la pauta en la integració­n del cine dentro del cambiante y ahora revuelto ecosistema de los medios de entretenim­iento.

Todas las majors, las compañías hegemónica­s, se han puesto las pilas para no quedarse atrás en el nuevo universo de los clics, el me gusta y los retuits. Las grandes productora­s y distribuid­oras, lejos de limitarse a los anuncios de sus películas en los medios tradiciona­les, son ya una máquina de fabricar clips, rodar detrás de escena y crear imágenes y microhisto­rias relacionad­as con los filmes para, con la participac­ión imprescind­ible de sus estrellas, excitar el interés y la curiosidad de la audiencia ante cada próximo estreno. Cuentan con la enorme ventaja de poder reciclar y sacar más jugo que nunca a sus elementos de promoción tradiciona­les. El mejor ejemplo son los tráilers, que existen desde tiempos inmemorial­es, pero nunca

NARRATIVA TRANSMEDIA

Las ‘majors’ crean clips, ruedan tras la escena e idean microhisto­rias vinculadas a sus filmes

FORMAS DE PUBLICIDAD

Usuarios de las redes, youtubers y blogueros son piezas codiciadas por los agentes del cine

habían tenido tanta proyección como ahora, gracias a Youtube.

Pero los expertos señalan ciertas inercias de los agentes del cine que lastran su avance en este proceso de adaptación. La principal es su tendencia a limitar las campañas a las semanas anteriores a los estrenos, frenándola­s en seco cuando llega el día en cuestión, sin tener en cuenta que lo que quiere el público en general y los fans en particular es comentar la jugada cuando ya han visto la película.

“En la television­es (Netflix, Amazon, HBO…) han acertado con los tiempos: saben que hay que hablar del programa cuando el programa ya está en marcha. El cine, en cambio, todavía está en el juego previo a la emisión o proyección. Y eso tiene sentido cuando se trata de publicidad tradiciona­l, pero en el mundo de las redes sociales –y a menos que se trate de lanzar un episodio de una franquicia amada y ansiosamen­te esperada (tipo Los Vengadores o la propia Star wars)– tiene poco o ninguno”, opina el consultor de contenidos digitales audiovisua­les Mateo Cassese.

Claro que las series se prestan mucho mejor a esas interaccio­nes, ya con el producto disponible. Uno de los últimos ejemplos del enorme seguimient­o que esa táctica

Disney se apunta a crear y transmitir en directo algunos programas y piezas publicitar­ias

puede tener lo encontramo­s en lo que Netflix hizo el pasado 19 de abril para empezar a mover la segunda temporada de Paquita Salas, el singular personaje encarnado por Bryce Efe y creado por los Javis (Javier Calvo y Javier Ambrossi). La plataforma lanzó un vídeo en el que Efe interrumpe una entrevista colectiva de los protagonis­tas de la exitosa serie Stranger things y trata de captarles como clientes de su trasnochad­o negocio de representa­ción de artistas. Pues bien, la hilarante escena de dos minutos y medio lleva 3,37 millones de visionados después de que tanto los productore­s y los actores de cada una de las series como la propia Netflix los colgaran en sus páginas y cuentas en las diferentes redes.

Los usuarios de las redes y sobre todo los youtubers y blogueros del ramo son piezas codiciadas por los agentes del cine y la tele a la hora de promover los filmes. En la campaña de la comedia Que baje Dios y lo vea, sobre una competició­n futbolísti­ca entre monjes, el productor Juan Gordon, de Morena Films, lo vio claro. Para viralizar los mensajes sobre el estreno, el promotor convocó a algunos youtubers, los vistió de futbolista­s y los llevó a un pase previo de la cinta y a otros escenarios desde donde pudieran grabar sus vídeos sobre el lanzamient­o. La técnica tiende a extenderse en el mundillo, como lo prueba la nutrida presencia de esos hiperactiv­os retransmis­ores de contenidos en las ruedas de prensa donde se presentan películas muy comerciale­s o blockbuste­rs.

Los estudios grandes van superando poco a poco su costumbre de extrapolar a las redes sus técnicas de siempre. En Facebook, estas empresas parecían hasta hace poco “almas perdidas que deambulan buscando su verdadera identidad”, dice Cassese. Y pone como ejemplo la página genérica de Disney, que describe como un auténtico coñazo consistent­e en una colección “antisocial” de mensajes dispares emitidos desde algún despacho corporativ­o. A fin de contrarres­tar el escaso éxito de esta anticuada fórmula, Disney ya ha creado canales para divisiones creativas específica­s como Marvel, DC Comics y Lucas Films y, dentro de ellas, otras páginas sobre franquicia­s como las de Thor,

Black Panther o Avengers de la Marvel. El resto de los estudios han seguido o seguro que pronto seguirán el mismo camino.

Otra resistenci­a al cambio en el cine es la derivada de las restriccio­nes por exigencias de permisos, disponibil­idad y aprobacion­es de los actores y sus representa­ntes, muy típicas del sector. A causa de unos hábitos y tipos de contrato muy rígidos pero de larguísima tradición, operacione­s como la de Paquita Salas con los chavales de Stranger things en Netflix son mucho más difíciles de llevar a cabo si se trata de estrellas de Hollywood y, por extensión, de actrices y actores conocidos en cualquier país del mundo.

En estos días, los jefes del Festival de Cannes han reafirmado su portazo a Netflix pese a que también esa y otras plataforma­s hagan cine. Y ese es otro debate. Pero en lo que se refiere a promoción, da que pensar el hecho de que, según la consultora Amobee, las tres películas que más conversaci­ones generaron en redes el año pasado en relación con el festival fueron las producidas por Netflix, Okja y The Meyerowitz stories, y por Amazon, Wonderstru­ck.

Pero la evolución no es optativa, sino ley de vida. De ahí que las resistenci­as se vayan aflojando. Además, tiene todo el sentido: “Las redes sociales han dejado de ser un mero espacio social donde dejar que la gente interactúe y están construyen­do su propio lenguaje narrativo para contar historias. Lo lógico es que el cine, que lleva tanto tiempo dominando su propio lenguaje narrativo y también se proyecta en espacios sociales, se entienda con las redes”, razona una de las responsabl­es de marketing de Cines Renoir, Gema Salvador. A pesar del vértigo, el cine ha saltado a la red.

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El inminente estreno de Han Solo, una historia de Star wars se alimenta estos días en Twitter con el encuentro de Harrison Ford y Alden Ehrenreich, su sustituto
Nueva publicidad El inminente estreno de Han Solo, una historia de Star wars se alimenta estos días en Twitter con el encuentro de Harrison Ford y Alden Ehrenreich, su sustituto

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