Cornellà dice adiós a la ilusión
El equipo gana, pero la grada se despide de Gerard y de una era de promesas frustradas
Tarde de frías despedidas en Cornellà. El escaso españolismo que aún se animó a asistir a la última tarde de fútbol de la temporada en el feudo blanquiazul pudo decir adiós a una era que se inició con la ilusión de un proyecto comandado por Quique Sánchez Flores y concluyó ayer con la frustración del anunciado adiós de quien se había convertido en el nuevo santo y seña del españolismo, Gerard Moreno.
Porque después de reconocer ayer mismo, en una entrevista para un especial de Tiempo de Espanyol, el nuevo director general corporativo, Roger Guasch, que efectivamente existía una oferta formal por el ariete, la visita de ayer del Málaga, de por sí un plato poco apetecible, quedaba en un segundo plano y se convertía en la despedida del último ídolo del españolismo. Esa oferta no es otra que la del Villarreal, el club que tiene la mitad de los derechos económicos del delantero.
En otras circunstancias, la afición españolista aún podría albergar la esperanza de que el jugador de Santa Perpètua, muy arraigado a la entidad, forzase su continuidad, como ya lo hizo la pasada pretemporada. Y, de hecho, en los últimos minutos del encuentro la grada se encontró en el grito tan unánime como vano de “Gerard, quédate” después de disfrutar de sus desbordes, asistencias y otro gol, cómo no.
Pero las cosas, aunque no hayan pasado más que unos meses, son muy diferentes en la entidad y el jugador no desaprovechará ahora la oportunidad de jugar en un equipo con plaza europea para quedarse en otro en el que pintan bastos. Esta misma semana el propio Gerard publicaba en su cuenta de Instagram una imagen suya con los brazos abiertos acompañada por diversos emoticonos de alabanza y felicidad que también se ha interpretado como una despedida. Ayer rehusó hablar en la zona mixta.
El Espanyol, también hay que de- cirlo, no desaprovechará la ocasión de embolsarse los 20 millones de euros que deberá abonar el club de la Plana para hacerse con el 100% de sus derechos económicos y federativos. En esa operación limpieza que está obligado a emprender el otro director general, Òscar Perarnau, máximo responsable del área deportiva, Gerard no será el único en irse. Finiquitado el proyecto con el que se presentó Chen Yansheng, ayer en el palco, el club está obligado a deshacerse de los jugadores con las fichas más altas que hipotecan el límite salarial, aunque cubrir la plaza de Gerard será sin duda la labor más complicada que le espera.
Más allá de la dificultad de encontrar iconos como él, el ariete se irá con unas grandes cifras: los 19
UN DESEO IMPOSIBLE
La afición aclamó a su último ídolo al grito tan unánime como vano de “Gerard, quédate”
POR LA PUERTA DE ATRÁS
La grada también despidió a Sergio García, en tanto que Pau y Sergio Sánchez se fueron sin hacer ruido
goles que lleva en lo que va de campaña –16 en la Liga y tres en la Copa– suponen la mitad de los que ha conseguido el equipo en toda la campaña. Desde los mejores años de Tamudo no tenía el Espanyol un jugador con esos registros, aunque ni el de Santa Coloma llegó a tener el peso específico sobre el equipo que ha tenido esta temporada Gerard. Lástima que la grada de animación, vacía desde hace jornadas por sus desavenencias con el club, no pudiese despedir al último ídolo blanquiazul con el cántico que le creó. El primero y último hasta ahora que ha tenido un jugador del Espanyol.
En una jornada de despedidas anunciadas, Cornellà despidió también como si jugase su último partido a Sergio García cuando abandonó el terreno de juego sustituido por Jurado. El delantero no ha cumplido los criterios para su renovación automática y es probable que también jugase ayer su último partido ante una afición que también lo ha idolatrado.
Quienes sí asistían a su último partido en Cornellà, desde el banquillo, eran Pau López y Sergio Sánchez, otros dos jugadores que han marcado una época en la entidad y que ayer también se tuvieron que despedir con más pena que gloria.