El Barça Lassa se bebe Oporto
El portero Aitor Egurrola entra en la historia con un récord difícil de igualar: 11 Champions
Barça Lassa: Egurrola, Pascual, Panadero, Bargalló (2), Álvarez (1); Barroso, Alabart y Ordóñez
Entrenador: Edu Castro
FC Porto: Carles Grau, Rafa Costa, Reinaldo García, Helder Nunes (1), Gonçalo Alves (1); Ton Baliu, Jorge Silva y Telmo Pinto
Entrenador: Guillem Cabestany
Campo: Dragão Caixa Porto
Goles: 1-0 Ordóñez (minuto 12), 2-0 Álvarez (27), 3-0 Pau Bargalló (32), 3-1 Gonçalo Alves (33), 3-2 Hélder Nunes (36) y 4-2 Bargalló (38)
Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera. Lev Tolstói lo sabía muy bien, aunque quizá desconocía la expresión portuguesa saudade. Los portugueses son únicos a la hora de mostrar su tristeza. Sólo un grande europeo como el FC Porto, que tiene una sección –prepárense, no es broma– de billar, puede asumir con tanta naturalidad las carambolas de la fortuna y la derrota en su casa en la final de la Copa de Europa de hockey patines ante el Barça Lassa.
Un día toca perder, como les pasó ayer a ellos. Y otro toca ganar, ganar, ganar, ganar y gan..., como le volvió a pasar a los blaugrana, que ya han alzado 22 Copas de Europa. Sin duda, y por muchos motivos, la sección de hockey va sobre ruedas. La temporada ha sido inmejorable: Liga, Copa y Copa de Europa. El Barça no obtenía un triplete así desde hace once temporadas, lo que en este equipo es una eternidad.
Edu Castro no ha podido tener mejor debut como entrenador del primer equipo. Pero si el conejito Duracell del club tiene un rostro, ese es el del portero Aitor Egurrola, que con la de ayer ha ganado once Copas de Europa, la mitad de las de su club, al que llegó cuando era un crío. ¡Once Copas! Una más de las que ostentaba hasta ahora otro mito blaugrana, Sergi Centell, que reinó en los años setenta y ochenta.
A este paso, la sala de trofeos del Museu del Barça deberá tener un anexo Egurrola. Nacido en Barcelona, cumplirá 38 años en junio. Lleva veinte en el Barça, más de media vida. Sobrecoge pensar qué se diría de él si hubiera optado por otro depor- te más popular (menos de 100 culés presenciaron el partido en las gradas del pabellón Dragão Caixa Porto). Los portugueses trataron de atacar desde el principio, pero esta vez les tocó a ellos sufrir una defensa como la de las Torres Vedras ante Napoleón. Los rivales fueron siempre por delante en el marcador, aunque vivieron muchos momentos de apuro, sobre todo en la segunda parte, a la que se llegó con un 1-0.
A otros deportes hermanos, como el hockey hielo de Estados Unidos y Canadá, que parecen haber hecho de la exhibición de la violencia su ADN, deberían aplicarles la terapia de La naranja mecánica y hacerles ver una y otra vez el vídeo de la final y las semifinales de Oporto, en la que el Barça Lassa apeó al Reus Deportiu con el mismo marcador que ayer (2-4, esta vez los azulgrana jugaban como visitantes). Ni un mal gesto. Algunos empiezan a creer que el rugby ya no es el único deporte para brutos que juegan caballeros. Y eso que el FC Porto podría haberse quejado con razón.
Los árbitros italianos Alessandro Eccelsi y Filippo Fronte se tragaron un gol, que podría haber sido el 3-3 a falta de unos minutos para el final. La suerte se alió con los blaugrana. Egurrola y sus compañeros estuvieron sublimes. Pau Bargalló, que ya fue uno de los destacados la víspera, anotó dos tantos. El segundo supuso el definitivo 4-2, que los locales aceptaron con lágrimas y deportividad, a tono con el lema de su patrocinador, la empresa Fidelidade (“A companhia de seguros que mais marca Portugal”).
EL TRIPLETE
El club firma un año ideal, como no hacía desde el 2007, con la Liga, la Copa y la Copa de Europa