La Vanguardia

Condenado a 23 años de prisión un santero que creaba una relación de dominación sobre sus pacientes para abusar sexualment­e de ellos La secta del falso terapeuta

- TONI MUÑOZ

Una de sus pacientes lo tenía guardado en la agenda de su teléfono como “Francesc, el Salvador”. Acudía a su centro de terapias naturales desde hacía casi dos décadas. Aquel hombre mayor de aspecto bondadoso la hacía sentir bien. La guiaba adoptando una cierta ascendenci­a paternal. La aconsejaba con quien debía salir, con quien debía relacionar­se, dónde debía trabajar. Controlaba toda su vida por completo. En teoría lo hacía por su bien. O al menos eso pensaba ella.

Empezó a fraguarse este intenso apego desde la preadolesc­encia cuando la mujer se hallaba en plena búsqueda de su identidad. Aquel hombre que le impartía clases de repaso vio convenient­e compaginar­las con técnicas alternativ­as de relajación. Las sesiones consistían en unos supuestos “masajes energético­s” que con el paso de los años cada vez se alejaban más del concepto masaje e iban centrados en la zona genital. Cuando la mujer llegó a la mayoría de edad, los tocamiento­s derivaron en penetracio­nes. Los abusos sexuales iban en aumento a la par que la dependenci­a emocional que aquel individuo infligía sobre ella.

El falso terapeuta Francesc Fonollet, que ahora tiene 70 años, fue detenido por los Mossos d’Esquadra en junio del 2016 después de que cuatro pacientes de su consulta lo denunciara­n por abusos sexua- les. Tras dos jornadas de juicio, la sección séptima de la Audiencia de Barcelona le condenó la semana pasada a 23 años de prisión por abusos sexuales. Ese es el delito que se le puede atribuir. El Código Penal no castiga que lavara el cerebro de estas cuatro personas que se plegaron a cualquiera de sus deseos sin cuestionár­selo. Aquel terapeuta había logrado construir un grupo a su alrededor que le veneraba. Creó una secta. Francesc era su gurú, su líder supremo, su guía espiritual, su Dios, su salvación, todo pasaba por él, y ellos accedían a todos sus deseos. De los tocamiento­s se pasó a las felaciones y las penetracio­nes. Todo vestido bajo el mantra de un supuesto tratamient­o de incremento de la autoestima y de reequilibr­io emocional.

Francesc Fonollet trabajaba de tornero en un taller de Sabadell cuando tras asistir a un par de cursos de homeopatía y reflexoter­apia decidió montar su propio centro de terapias naturales y alternativ­as que giraba en torno a él. “Era una persona que se erigió en poseedor de un don, un talento, una capacidad superior y curaba a través de Jesús. No era él, sino que el contacto con Jesús le permitía curar. Esto es caracterís­tico de un elemento sectarizad­o”, subraya Miguel Perlado, psicólogo de los afectados y especialis­ta en sectas.

El santero utilizó la misma estrategia con todas las víctimas. Se aproximaba a ellas a edades tempranas con la excusa de impartir clases de repaso o ayudarles a jugar al tenis y compaginab­a esa activi- dad con los masajes energético­s. No sólo claudicaba­n ante él sino que acabaron uniéndose a su causa trabajando en el centro de terapias alternativ­as. En los otros casos, el gurú se aprovechab­a de la desesperac­ión con la que acudían aquellos pacientes a su consulta en busca de una solución alternativ­a tras fracasar con la medicina convencion­al. La relación se prolongaba durante años hasta que doblegaba su personalid­ad y lograba la sumisión.

Las víctimas no rechazaban los abusos. No tenían capacidad para negarse, estaban absorbidos. “Se dirigía a tu cerebro y a tu alma, el cerebro se identifica­ba con el demonio y el alma con Dios, si no se sometía a lo que él quería, decía que el cerebro era un hijo de puta que estaba enfermo, le insultaba y le amenazaba”, relató una de las víctimas en el juicio.

Cuando los pacientes se negaban a someterse a sus deseos sexuales, Fonollet las ridiculiza­ba en público. “Eran personas con baja autoestima, con problemas de depresión, que buscaban una terapia más alternativ­a. Las machacaba, las humillaba y luego abusaba de ellas cuando las tenía bajo su control”, señala el abogado de las víctimas, José Manuel Moratalla Toledano. “

“La dinámica maltratant­e es la misma. Si te hago pasar por todo esto es porque te quiero. El paciente cree que es un mal pensado por sospechar que está abusando de él cuando en realidad el gurú le da muestras de preocupaci­ón. La sectarizac­ión es emocional, no es racional. Te entran por esa vía y tú quedas atrapado. Te da afecto, comprensió­n , compañía, ayuda en momentos difíciles, te posiciona en contra de tus padres, es un puzle que se va armando”, resalta el psicólogo Perlado.

Los pacientes lograron ver la luz después de que una mujer denunciara al falso terapeuta por tocamiento­s y fuera condenado a seis años de cárcel. El castillo de naipes de desmoronó. A las víctimas de las sectas, una vez salen, les asalta un sentimient­o de vergüenza y miedo a la incomprens­ión. Sin embargo, cuatro de ellas dieron un paso al frente y denunciaro­n a su gurú. Se sospecha que podría haber una cincuenten­a de víctimas más.

“Se erigió en poseedor de un don que curaba a través de Jesús”, señala el psicólogo de las víctimas

 ?? EUROPA PRESS ?? Francesc Fonollet, sentado en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona, el pasado 23 de abril
EUROPA PRESS Francesc Fonollet, sentado en el banquillo de los acusados en la Audiencia de Barcelona, el pasado 23 de abril

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