Melanie Smith bucea en las contradicciones de la modernidad
La artista Melanie Smith ha realizado el camino inverso al de muchos artistas. Nació en el Reino Unido en 1965, pero en 1989 se instaló en México, dejando atrás las políticas regresivas de Margaret Thatcher. Pasó de la cultura eurocéntrica a la latinoamericana y desde entonces no ha dejado de abordar temas vinculados a los efectos de la industrialización, el colonialismo y el impacto del crecimiento en la naturaleza. Unas temáticas que afloran en las 120 obras que presenta en la exposición Melanie Smith. Farsa y artificio que mañana se abre en el Macba (se mantendrá hasta el 7 de octubre, cuando viajará a México).
La exposición más exhaustiva de Melanie Smith en Europa reúne obras de los años 90 hasta hoy y presenta por primera vez su nueva película María Elena (2018), rodada en la región chilena de Atacama, en una ciudad minera, para mostrar la degradación medioambiental. Esta obra, acompañada de una serie de pinturas, más intimistas y menos efectistas, forma parte de uno de los siete ámbitos que forman la exposición, el dedicado a la naturaleza, como contrapunto al contexto urbano. En este mismo apartado se incluye la película A Xilitla: Desmantelado 1 (2010) –expuesta en la Capella del Macba– que evoca el jardín del coleccionista Edward James en plena selva mexicana (en 1935 este mecenas del surrealismo acompañó a Dalí en su último encuentro con Federico García Lorca en Barcelona). Y también se presenta el film Fordlandia (2014) donde se percibe cómo la selva amazónica se adueña del asentamiento industrial creado hace un siglo por Henry Ford para fabricar neumáticos y posteriormente abandonado.
Los otros ámbitos de la exposición se dedican a la arqueología, el color, el cuerpo, la abstracción, lo urbano y la escala. En esta última la autora se mueve desde las macro vistas de Ciudad de México o el desierto de Atacama a los detalles de los mercados callejeros, las construcciones de hormigón o la maquinaria envejecida. Cada obra es una yuxtaposición de elementos e imágenes, y a menudo se construye en distintas fases y materiales (esculturas, pinturas, instalaciones, obras en video, fotografías, collages...). Smith las define como “un palimpsesto”, donde coexisten distintos niveles de significados a la búsqueda de una exploración crítica de la modernidad. Una de sus piezas más conocidas es la película Estadio Azteca. Proeza maleable (2010), una reflexión sobre el imaginario mexicano, entre lo ancestral y lo moderno.