Yates lo aprovecha todo
Nueva victoria del líder, Froome no se recupera y Dumoulin amenaza
“Ahora ya tengo una buena renta sobre Froome, pero me hace falta más ventaja con Dumoulin”, reconocía el líder Simon Yates, ganador ayer, una vez superada la prueba del final empinado de Osimo, una llegada espectacular que aceleró el pulso de todos los competidores. Con Froome perdido como si hubiera acabado en las cuevas subterráneas de la ciudad, una red espectacular de calles y rincones bajo tierra que permitían vías de huida numerosas a sus habitantes, el
Giro parece concentrarse en dos aspirantes fundamentales: Yates y Dumoulin. A pesar de que todavía es pronto para reducir tanto la carrera, aunque no se puede dar por vencido, ni de lejos, a gente como Pinot, lo cierto es que ahora mismo la carrera italiana tiene un líder indiscutible y un adversario muy duro de pelar que sabe que juega con un as en la manga, la contrarreloj de la tercera semana.
“He podido ganar tiempo de nuevo”, explicaba con satisfacción el jefe de filas del Mitchelton, pero lo decía también con la convicción de que Dumoulin acababa de exhibir una capacidad de resistencia en terreno adverso quizás inesperada. “He visto a Dumoulin mejor que en otras llegadas en alto, parece que va mejorando y eso no es una buena noticia para mí”, decía Yates.
El británico hizo unos 1.500 metros finales con el corazón fuera del pecho, con toda la determinación que tenía para tratar de dejar atrás a todo el mundo. Se puso por delante e hizo la ascensión final sin ver nunca ningún dorsal enemigo. Pero Dumoulin no se tambaleó y entró en la meta muy cerca, en segunda posición. Con la cuenta de las bonificaciones sólo perdió 6 segundos y su comodín de la contrarreloj puede valer minutos. “Ha sido mi mejor día desde Jerusalén”, explicó.
Por su parte, Chris Froome llegó a 40 segundos del vencedor del día y por primera vez reconoció que la caída del primer día del Giro “me ha afectado, no puedo mentir. Y en este deporte si no estás bien lo pagas”.
Hoy una etapa más sencilla, con 214 kilómetros hasta el autódromo de Imola.