El programa del Gobierno italiano se enfrenta a la UE y carga contra la inmigración
Los ‘grillini’ y la Liga quieren frenar las sanciones a Rusia, obligar a los imanes a predicar en italiano y limitar ayudas a los extranjeros
Un desafío directo a Europa. El “contrato de gobierno” que estaban a punto de cerrar anoche el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga no prevé la salida del euro, como decía un borrador del lunes, pero mantiene otras propuestas que confrontan sin pudor a Italia con la Unión Europea. Entre ellas, acabar “inmediatamente” con las sanciones a Rusia, renegociar el tratado de Dublín o señalar el Parlamento Europeo como la “única institución legítima” en Bruselas.
Después de días de negociaciones, los líderes de ambas formaciones, Luigi di Maio y Matteo Salvini, se reunieron ayer de nuevo en Roma para salvar los puntos marcados en rojo que les quedaban para aprobar su ya conocido como “contrato para el gobierno del cambio”. “Pienso que durante la tarde lo cerraremos, estamos llegando a los últimos detalles que debemos fijar”, dijo Di Maio ante la prensa.
El documento, de cuarenta páginas y 29 puntos, es un cúmulo de propuestas con un tono marcadamente nacionalista que dan un giro de noventa grados a la dirección del gobierno anterior de Paolo Gentiloni. En Exteriores, Putin estará contento. Pese a que señalan que EE.UU. y la OTAN seguirán siendo la principal alianza de Italia, si nace, este próximo gobierno italiano populista querrá ver a Moscú como un “socio comercial y económico”, por lo que quieren acabar de forma inmediata con la batería de sanciones comerciales. Esto, hoy por hoy, es irrealizable porque es la UE y no Italia en solitario quien ha impuesto estas sanciones.
El último borrador ya no hacía referencia a la salida del euro ni a las revisiones de los actuales objetivos de déficit y deuda de Italia –algo que hizo saltar todas las alarmas el miércoles–, pero seguía diciendo que debe evaluar su contribución al presupuesto de la UE para “hacerlo compatible” con los planes de gobierno. Los ministerios de Exteriores y Defensa se guiarán exclusivamente por los intereses de Roma. Es decir, acabarán con misiones en el extranjero que están “lejos del interés nacional”. Italia mantiene tropas en países como Níger, Túnez, Libia, Irak o Afganistán.
En inmigración, Salvini, que tuitea sin parar en cada suceso protagonizado por musulmanes en Italia, quiere tener las manos libres con las más de 500.000 personas en situación irregular que han llegado en los últimos cinco años. Ayer, el líder de la Liga volvió a insistir que el Viminale (Ministerio del Interior) tiene que ser para él u otra persona del partido. Entre sus propuestas está renegociar el tratado de Dublín que firmó su hasta ahora aliado Silvio Berlusconi para que los demandantes de asilo sean repartidos de forma “obligatoria y automática” en toda la UE y no tengan que esperar los trámites en el primer país donde ponen un pie. Algo, de nuevo, que no está a su alcance, y que será previsiblemente rechazado.
Salvini también ha conseguido poner por escrito la apertura de más centros de detención del Estado para que los migrantes en situación irregular permanezcan allí hasta 18 meses; así como acelerar las deportaciones, otra cosa que precisará de acuerdos bilaterales. Luego, el borrador final del contrato quiere que el Estado, en busca de la “transparencia” y de evitar que se infiltren militantes yihadistas, lleve a cabo un registro de todos los imanes en el país, cierre todas las mezquitas radicales y que los religiosos lleven a cabo las plegarias exclusivamente en italiano.
En Justicia, proponen construir más prisiones, contratar más policías y suavizar las restricciones para justificarse con la “legítima defensa”, así como aumentar las ayu-
PROPUESTAS PARA EUROPA... Renegociar la contribución italiana al presupuesto europeo y el tratado de Dublín
...E INMIGRACIÓN Elaborar una lista de todos los imanes, que deberán realizar las plegarias en italiano
das para las guarderías, pero “sólo para las familias italianas”.
A nivel económico, el contrato combina los caballos de batalla de ambos partidos. Es decir, la flat tax (o el impuesto fijo para empresas y familias) de la Liga al 15% o 20%, y una ayuda de 780 euros al mes durante dos años para los parados y los ancianos pobres que costará 17.000 millones, propuesta por el M5E. Según el Corriere, este plan endeudaría todavía más a las arcas italianas, con un coste mínimo de 70.000 millones. Sería muy razonable que el jefe del Estado, Sergio Mattarella, les cuestionara sobre la cobertura económica que van a necesitar.
El gobierno liguista-grillini también querría llevar a cabo una amplia reformar constitucional, como intentó Matteo Renzi, para reducir la magnitud de la esfera política. Es decir, que de 600 parlamentarios pasarían a 400, y de 315 senadores a 200. En infraestructuras, la voluntad nacionalista de esta extraña unión quiere también salvar a la compañía aérea Alitalia, pese a que los expertos recomiendan dejar caer una aerolínea en crisis que ya ha sido ayudada con 900 millones públicos en el 2017. También replantear –aunque no suspender– el proyecto de la línea de alta velocidad entre Turín y Lyon. Francia ya ha avisado que se puede plantear pedir una compensación económica.
Los acuerdos alcanzados en todos estos puntos no significan necesariamente que el M5E y la Liga vayan a formar gobierno inmediatamente. Todavía podrían dar otra sorpresa. Les falta ponerse de acuerdo sobre el primer ministro que lo llevará a cabo y que tanto los militantes grillini como los liguistas lo ratifiquen en sendas votaciones. Si Salvini dijo el lunes que instalarían puntos de votación informales en las plazas del país para conocer la opinión de sus votantes, Di Maio anunció ayer que hoy “probablemente” los afiliados al movimiento podrán votar en su plataforma online, Rousseau, si aprueban o no el pacto alcanzado con la Liga.
Se entiende que el premier será una figura política, probablemente del M5E, por lo que la Liga sería compensada con Economía e Interior. En cualquier caso, el jefe del Ejecutivo estaría atado de manos con el programa y tendría escaso margen de actuación. Si tienen la luz verde, el lunes se presentarán por última vez en el Quirinal a la espera de la aprobación de Mattarella.
“El lunes, o se cierra o hemos hecho un gran trabajo en poquísimo tiempo, que habrá gustado a alguien, y lo hemos intentado hasta el final. La palabra volverá al presidente”, dijo Salvini. “Esperamos que no hayan intervenciones negativas del exterior ni de dentro del país”, advirtió. Europa ya tiembla.