Vida sin guardaespaldas
Italianada de Garrone: ‘Dogman’ narra la tragedia de un peluquero de perros
El festival de Cannes presenta el documental de Kevin Macdonald sobre Whitney Houston, la mayor estrella femenina afroamericana en los ochenta, que murió a los 48 años en una habitación de hotel a causa de una sobredosis.
Fue la mayor estrella femenina afroamericana en los ochenta. Cantante de sonrisa luminosa y voz poderosa, de un encanto arrebatador. Pero diez, veinte años después ya sólo era el pálido recuerdo de lo que había sido. Whitney Houston murió en el 2012 en una habitación de hotel, al parecer a causa de una sobredosis de cocaína.
Tenía 48 años.
¿Qué la mató? ¿Cuál fue el golpe definitivo? ¿Tuvo la fama la culpa, como el boogie tiene la culpa de que Michael Jackson –otro– no pudiera dejar de bailar? ¿De dónde vino la grieta misteriosa por la que Whitney Houston se vació?
El documental Whitney, proyectado ayer en Cannes, encuentra la razón de la caída y muerte de la cantante en las desavenencias con su marido, Bobby Brown, en la desafección de su propia hija, Kristina, en los conciertos fracasados, en la recaída en las drogas, en esas desgracias que marcarían el tramo final de su vida...
Pero la causa principal, según Kevin Macdonald, el realizador del documental, se encuentra en su infancia. Esa sería la pieza necesaria para entender una tragedia americana como la de Whitney Houston, sin segundos actos en su existencia.
Como ocurría en el documental Amy, su más clara referencia, Whitney sigue el periplo vital de la cantante, con el triunfo que representa el estreno de El guardaespaldas, junto a Kevin Costner, que la convirtió a principio de los noventa en una estrella global. Para acercarse a su vida, McDonald ha contado con un elemento que otros intentos de aproximación a la figura de Whitney Houston no habían tenido hasta ahora: la colaboración de la familia de la cantante, incluido Bobby Brown.
La bomba llega cuando la tía de la cantante, Mary Jones, la que encontró el cadáver de la estrella en el hotel Hilton de Beverly Hills, asegura que su sobrina, en la infancia, sufrió abusos sexuales por parte de su otra tía, Dee Dee Warwick, hermana de la famosa cantante Dionne Warwick.
La madre, Cissy Houston, cantante como su hija, también aparece en la película, aunque brevemente. El lugar de la filmación es la misma iglesia donde tuvo lugar el entierro de su hija. Cissy se muestra autoritaria, distante de su hija, pero preocupada por su bienestar. El padre no sale mejor parado. Como en el caso de Amy Whinehouse, su progenitor se encarga de las finanzas familiares, estafando lo más que puede. Totalmente ajeno a la suerte de su hija, y sus problemas con la droga. Y cuando Whitney lo despide, llega a demandarla por 100 millones de dólares.
Lo cierto es que la ascensión y caída de Whitney Houston no se puede explicar por una sola razón. Las drogas son el agente catalizador. Las conflictivas relaciones con su marido no tienen menor responsabilidad. Y una sexualidad problemática, sugiere el documental de McDonald, sin clara definición, ayudan al desconcierto de la cantante. Pero la vida de Whitney Houston, como cualquier otra vida, en realidad, no se puede explicar por un factor único. Ni siquiera a la suma de una serie de factores concatenados. Igual la grieta estaba dentro, creciendo poco a poco y el misterio permanece. Como permanece la memoria de Whitney Houston y su música.
Matteo Garrone, con Dogman , se acerca también, a su manera, al misterio de la existencia. El italiano, que ha ganado dos veces el Gran Premio del Jurado, primero con Gomorra (2008) y con Reality (2012), se acerca aquí a la tragedia de un hombre ridículo, un peluquero de perros que busca venganza en un amigo, un gigante sin entrañas, que lo ha enviado a la cárcel.
El drama transcurre en una población costera, cercana a Roma, un lugar miserable y mágico a la vez. Y la tragedia tiene algo de realismo italiano, como en Gomorra, de miseria acumulada. Pero también mucho de cuento, como en El cuento de los cuentos (2015). El protagonista es un hombre pequeño; su oponente un gigante. El gigante acaba en una jaula. Los perros ladran, y Garrone sigue contando su historia de terror y de venganza.
‘Dogman’ se mueve entre el realismo de ‘Gomorra’ y la leyenda mágica de ‘El cuento de los cuentos’