Tragedia en La Habana.
Tres supervivientes y más de cien muertos al caer un avión en el despegue
Un Boeing 737 operando un vuelo de Cubana de Aviación se estrelló ayer a mediodía poco después de despegar desde el aeropuerto José Martí de La Habana. Únicamente sobrevivieron tres personas del total de 110, tripulación incluida, que viajaban a bordo.
Un cuarto superviviente, un hombre, falleció al llegar al hospital Calixto García. Las tres supervivientes, al parecer mujeres, se encontraban anoche en estado crítico en el hospital y una de ellas estaba siendo intervenida. Entre los pasajeros había cinco niños, incluido un bebé. La nacionalidad de los pasajeros no había trascendido pero según la prensa de México toda la tripulación es mexicana.
El avión, con destino a Holguín, a 670 kilómetros al este de la capital cubana, llegó a despegar pero cuando estaba en el aire comenzó a descender en picado hasta caer en un campo de boniatos. Se produjo una gran explosión, que testigos describieron como “una bola de fuego”.
Después de visitar el lugar del siniestro, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, habló de un “lamentable accidente” en la televisión estatal y dijo que “las noticias no son halagüeñas” y había un “alto número de víctimas. El presidente subrayó que el avión cayó sobre un campo de cultivo por lo que “no se dañó ninguna instalación ni ninguna vivienda”.
“Oímos una explosión y luego vimos levantarse una nube negra de humo”, relató Gilberto Menéndez, que tiene un restaurante cerca del lugar del accidente, situado en la zona agrícola de Boyeros.
El avión era un veterano 737 de la serie 200, una de las más antiguas generaciones del fabricante estadounidense, que este verano hubiera cumplido 30 años volando con un largo historial de compañías operadoras previas en Japón, Kazajistán, Kenia, Suazilandia, Indonesia y México, donde estaba matriculado desde el 2009. Era propiedad de Global Air, una discreta compañía azteca que se dedica al alquiler de sus veteranos Boeing a compañías en Asia, África o el Caribe, como es el caso del avión que tenía volando para la aerolínea nacional de Cuba.
Esta circunstancia comercial no es excepcional en el país presidido desde hace pocas semanas por Díaz-Canel tras el largo periodo castrista, sobre el que han pesado décadas de embargos por parte de
PRECARIEDAD
El avión era mexicano y había sido alquilado por Cubana, que tiene una flota reducida
“UNA BOLA DE FUEGO”
El Boeing 737 se estrelló sobre un campo tras descender en picado
EE.UU., que han afectado de manera severa la economía del país y se ha notado especialmente en el sector aeronáutico, sobre todo desde la caída de la Unión Soviética, que desde los años 60 y hasta finales de los 80 fue la proveedora casi exclusiva de los nuevos aviones.
La escasez de flota, la falta de recambios y la imposibilidad de cubrir las programaciones de la compañía han hecho que desde hace años Cubana tenga que recurrir al mercado de aviones de otros países para poder volar durante temporadas más o menos cortas, pues los contratos acaban rompiéndose frecuentemente por la falta de divisas del Gobierno de Cuba.
Actualmente Cubana tiene contratos con compañías chilenas, cubanas y lituanas para cubrir parte de su producción, pues su flota propia se ha reducido al mínimo con el paso del tiempo: sólo tiene operativos ocho aviones: cuatro Tupolev 204 y otros tantos Ilyushin IL-96. Entre estos últimos está el que usaban los hermanos Castro como avión VIP para realizar sus viajes al extranjero y el que también ha utilizado en varias ocasiones el presidente venezolano, Nicolás Maduro, en desplazamientos intercontinentales.
El jueves, el vicepresidente primero Salvador Valdés Mesa se había reunido con directivos de Cubana para abordar las quejas sobre su servicio, según informaron los medios estatales. La compañía ha sufrido varias cancelaciones de vuelos interiores en el último año y retrasos que la compañía atribuyó a problemas técnicos con sus aviones. A principios de mes, se ordenó a Cubana suspender los vuelos con sus seis AN-158 rusos, muchos de los cuales ya no volaban.
El de ayer se suma a una larga lista de accidentes e incidentes que se remonta a 1934, de los que 26 han tenido muertes. El peor fue en 1989, en una situación similar al de ayer: un Ilyushin IL-62 que tenía programado un vuelo charter desde La Habana a Milán se estrelló cerca del aeropuerto José Martí a los pocos segundos de despegar. Fallecieron los 126 ocupantes y también 24 personas en tierra sobre las que cayó el aparato. El informe oficial concluyó que los fuertes vientos, incluido un fenómeno llamado cizalladura, afectaron gravemente al avión durante el despegue, uno de los momentos más delicados del vuelo, y que el comandante fue excesivamente confiado al no retrasar el despegue, aun conociendo la mala situación meteorológica.
Hacía diez años que Cubana no sufría ningún accidente y casi 20 sin fallecidos. Esta vez un veterano avión mexicano ha vuelto a traer a la actualidad la precariedad de la aviación comercial de este país.