La UE blinda la inversión de sus empresas en Irán
Activa un escudo contra las sanciones norteamericanas
Europa activa el escudo para proteger de las sanciones norteamericanas a sus empresas presentes en Irán. Si el acuerdo político lo tomaron el miércoles en Sofía los jefes de Gobierno de los 28, de la puesta en marcha se encargó ayer la Comisión Europea. En palabras de su presidente, Jean-Claude Juncker, “tenemos el deber de hacer todo lo posible para proteger a las empresas europeas, especialmente a las pymes”. Es un paso para conseguir el gran objetivo europeo de salvar el acuerdo nuclear con Irán. Si se frena o desaparece la inversión económica, Irán pierde los alicientes, las garantías que ha reclamado para no abandonar el acuerdo. Si Irán se sale, se desactiva la supervisión actual sobre su industria nuclear para asegurarse que no conseguirá hacerse con la temida bomba. Se entra en otro escenario, mucho más inestable.
Para evitarlo, Bruselas arrancó el procedimiento del llamado “mecanismo de bloqueo” que ofrece garantías legales a las empresas europeas para que no tenga que responder a sanciones extraterritoriales. Tiene que estar activado antes del 6 de agosto, cuando entrarán en vigor las sanciones norteamericanas. En teoría, libra a las empresas de los efectos extraterritoriales de las sanciones, les permite recuperarse de posibles daños y anula los efectos de tribunales extranjeros. En la realidad, la protección será parcial en muchos casos. Una multinacional que opere también en Estados Unidos puede sufrir las represalias por aquel frente. Un caso significativo es el gigante energético francés Total, que ya ha anunciado que abandonará el mercado iraní si no obtiene una exención de Washington. Fuentes de la Comisión Europea afirmaban que esta regulación “tiene un gran valor, puede ser muy útil a las empresas pero en última instancia es una decisión empresarial que cada compañía debe tomar”.
Este “mecanismo de bloqueo” tiene un precedente. Se aplicó en 1996 frente a la ley Helms-Burton que represaliaba a las empresas que comerciaran con Cuba. En realidad, nunca se llegó a implementar porque se consiguió un acuerdo político entre Bruselas y Washington. Pero los tiempos han cambiado. Irán no es Cuba, y sobre todo, Trump no es Clinton.
Al escudo protector le acompañan tres medidas más: se habilita al BEI para que pueda invertir en Irán; se buscarán fórmulas para realizar transferencias puntuales al Banco Central de Irán; y se reforzará la cooperación en el sector energético. Precisamente, para asegurar esta colaboración el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete, viaja este fin de semana a Irán.
Europa intenta mantener el nivel de negocios con Teherán para preservar el acuerdo nuclear