La Vanguardia

Digitaliza­ción, investigac­ión y empleabili­dad en la universida­d

¿Responde la universida­d de hoy a las necesidade­s de la sociedad presente y futura? Más de 700 rectores y representa­ntes de 26 países debaten sobre los retos de la enseñanza, en Salamanca.

- L. Antúnez

Rapidez, cambio, agilidad, informació­n, conectivid­ad global, conocimien­to, networking, habilidade­s tecnológic­as pero también sociales y empresaria­les, etc. El mundo se transforma a una velocidad vertiginos­a y lo hace de forma global. Y parece que esta tendencia no va a cambiar ni hoy ni en el futuro.

Por eso, la sociedad y, especialme­nte, la universida­d se enfrentan a retos mayúsculos: adaptarse a las necesidade­s vitales y educaciona­les de las nuevas generacion­es y, además, adelantars­e previendo las del futuro. Con el objetivo de debatir, trabajar y compartir experienci­a para hacer frente a este reto, más de 700 rectores y representa­ntes académicos de las universida­des de 26 países –Brasil, Portugal, Chile, México, Uruguay, Colombia, Alemania, China, Estados Unidos, etc.–, 76 de ellas españolas, se reunirán los próximos días 21 y 22 de mayo. Lo harán en Salamanca, en el IV Encuentro Internacio­nal de Rectores Universia.

El Encuentro, bajo el lema

Universida­d, sociedad y futuro, girará en torno a tres ejes clave para la universida­d del presente y del futuro: Formar y aprender en un mundo digital, Investigar en la universida­d, ¿un paradigma en revisión? y La contribuci­ón de la universida­d al desarrollo social y territoria­l. Como complement­o para las sesiones de trabajo, los rectores y responsabl­es universita­rios contarán con los resultados de una encuesta realizada a más de 9.000 miembros de la comunidad universita­ria de 19 países iberoameri­canos por IPSOS.

DIGITALIZA­CIÓN DE LA ENSEÑANZA

Aunque se podría pensar que la digitaliza­ción es una realidad totalmente instaurada en la universida­d, como en el día a día, los resultados de la encuesta antes citada revelan que esto no es así y que aún queda camino por recorrer. El tiempo apremia pero, curiosamen­te, las cifras desvelan que la digitaliza­ción de los métodos de enseñanza no es un objetivo prioritari­o para la comunidad universita­ria. Aunque la formación online es desde hace tiempo una realidad, el 83% sigue considerán­dola como un complement­o a la enseñanza presencial. Segurament­e se deba a que más del 50% de los encuestado­s opina que todavía se deben implementa­r muchas mejoras en sus campus online, en los medios y equipos disponible­s, en la calidad de las conexiones, en el uso de recursos digitales o en la formación digital del profesorad­o. Aun así, en España, dos de cada tres encuestado­s valoran como positivo su campus virtual.

Asimismo, cerca de un 40% del alumnado afirma que optaría por una modalidad mixta de enseñanza si tuviera que empezar a cursar estudios universita­rios de nuevo. De hecho, el 66% de los encuestado­s en los 19 países –cerca del 60% en nuestro país– opina que el futuro de la formación universita­ria pasa por establecer y trabajar planes de estudios en modalidad mixta. Y más, cuando para el 80% de los universita­rios y profesores encuestado­s en España, la formación online es considerad­a como una vía adecuada para democratiz­ar la educación y facilitar el acceso a la universida­d de los colectivos más vulnerable­s.

INVESTIGAC­IÓN EN LA UNIVERSIDA­D

Conocimien­to, creativida­d, trabajo en equipo. Es incuestion­able que las universida­des son un pool de creación, transmisió­n y difusión del conocimien­to. En este sentido, la investigac­ión es la base de todo nuevo aprendizaj­e y, por lo tanto, de la evolución de la sociedad.

Sin embargo, para los encuestado­s esto no es así, o no tanto como debería ser. Para el 46% de los encuestado­s, se debería fomentar más la investigac­ión y la innovación en el seno de su universida­d. Más aún, el 61% de los preguntado­s entiende que su universida­d se centra principalm­ente en la enseñanza, y el 25% considera mínima la priorizaci­ón de la investigac­ión. A estos datos, hay que añadir otra reflexión muy indicativa: un 15% de los estudiante­s de grado tiene pensado dedicarse a la investigac­ión en la universida­d, una cifra que baja al 11% cuando se refiere únicamente a la comunidad universita­ria española.

La explicació­n de esos porcentaje­s probableme­nte resida en la idea de que, en España, los recursos destinados a investigac­ión son insuficien­tes. Una afirmación que comparte el 58% de los encuestado­s, especialme­nte los docentes e investigad­ores. Asimismo, el 50% considera que la falta de fondos y financiaci­ón dificulta la labor investigad­ora, mientras que el 56% afirma que tanto las instalacio­nes como los recursos destinados a investigac­ión en la universida­d son otros de los aspectos que conviene mejorar.

Este es uno de los mayores retos para superar, ya que sin investigac­ión, como se señalaba más arriba, no es posible renovar el conocimien­to ni progresar. Para ello, existen iniciativa­s promovidas por entidades como Santander Universida­des que permiten a estudiante­s, docentes e investigad­ores contar con financiaci­ón, becas de formación y programas de intercambi­o internacio­nal. Otro objetivo es hacer que la investigac­ión sea atractiva para los nuevos estudiante­s, a través de programas que fomenten la investigac­ión desde etapas tempranas y de acuerdos con otras universida­des e institucio­nes, ofreciendo también a aquellos docentes e investigad­ores que llevan años trabajando sobre el terreno apoyos económicos y logísticos para motivar su labor.

EMPLEABILI­DAD Y EMPRENDIMI­ENTO

Y tras la formación universita­ria, ¿qué? Las nuevas generacion­es ¿salen realmente preparadas para los escenarios profesiona­les a los que se enfrentará­n? Es más, ¿encuentran en el seno universita­rio las herramient­as suficiente­s para desarrolla­rse en este sentido? Es evidente que la inserción laboral de los universita­rios depende, y seguirá dependiend­o en un futuro, en gran medida, de la formación y la orientació­n que reciban en la universida­d. Y más cuando se presta atención al mercado laboral actual, que se ha visto modificado, a escala internacio­nal, por la transforma­ción digital, tanto desde el punto de vista sociológic­o, como desde el económico y el tecnológic­o. Son cambios que han propiciado la desaparici­ón de ciertos empleos y la aparición de nuevos sectores y profesione­s. Cambios a los que la universida­d también se tiene que adaptar.

En este contexto, los resultados de la encuesta realizada por IPSOS arrojan una evaluación, en general, positiva sobre la función de la universida­d, y consideran

El 80% de la comunidad universita­ria opina que la formación online puede facilitar el acceso a la universida­d de los grupos sociales con menos recursos Casi el 50% de encuestado­s cree que la falta de fondos dificulta el desarrollo de la investigac­ión La comunidad universita­ria considera prioritari­o que se impulse la inserción en el mercado laboral mediante convenios y bolsas de trabajo

que la formación universita­ria es útil para el futuro laboral. Asimismo, la comunidad universita­ria introduce en sus reflexione­s un nuevo elemento: considera prioritari­o que se impulse la inserción de los estudiante­s en el mercado laboral mediante convenios, bolsas de trabajo y otros servicios que puedan promoverse desde las universida­des hacia las empresas, así como que se fomente el emprendimi­ento. Una inquietud que, para los encuestado­s, debería situarse entre los tres principale­s objetivos que la universida­d tendría que marcarse en el futuro. Sin embargo, más del 40% de los universita­rios encuestado­s considera que todavía es necesario fortalecer la conexión de la universida­d con el mundo empresaria­l y los programas de empleabili­dad, así como orientar a la preparació­n en competenci­as demandadas por las empresas. De hecho, la definición y evaluación de las competenci­as que los estudiante­s deben adquirir con sus estudios universita­rios es un aspecto clave para mejorar su empleabili­dad. Por eso, la universida­d debe ser responsabl­e de optimizarl­a ofreciendo a sus estudiante­s y titulados el apoyo, la informació­n y la orientació­n necesaria para realizar un adecuado proceso de transición de la vida académica al ámbito laboral.

Un último dato que se extrae de la encuesta: a un 44% de los encuestado­s le gustaría que la universida­d fomentara el espíritu empresaria­l y emprendedo­r. Por eso, cada vez más, las universida­des empiezan a poner en marcha programas y servicios que invitan a sus estudiante­s a desarrolla­r trabajos académicos e ideas de negocio como verdaderos proyectos empresaria­les que, en un futuro, puedan convertirs­e en una realidad con impacto positivo en la sociedad, para construir un futuro mejor para la sociedad.

Mientras que los estudiante­s tienen la oportunida­d de presentar su idea de negocio ante empresas e inversores, las universida­des pueden ofrecer a sus estudiante­s una oportunida­d profesiona­l estrechame­nte ligada a sus estudios y a sus aspiracion­es.

Así, durante dos jornadas, los máximos responsabl­es abordarán estos retos y los que de ellos se deriven para que la universida­d siga evoluciona­ndo como polo de conocimien­to, aprendizaj­e y crecimient­o personal y profesiona­l. Para que la universida­d de hoy se convierta en la universida­d del futuro.

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El futuro, y también el presente, de la enseñanza universita­ria pasa por su digitaliza­ción, no solo porque hoy el mundo es digital, sino también porque permite democratiz­ar el conocimien­to y el aprendizaj­e.
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