Suspiros de Francia
Oír de fondo los murmullos eróticos de Jane Birkin en Je t’aime, moi non plus en el idioma del amor se convirtió en manzana prohibida a finales de los sesenta. Acababa de conocer a Serge Gainsbourg, autor de la canción. La modelo, actriz y cantante se había divorciado en Londres y aterrizaba en París para erigirse en símbolo de emancipación con sus minifaldas, la voz infantil, el flequillo corto, los ojos hinchados de recién levantada, los dientes de conejito graciosamente separados... todo al servicio de un cuerpo casi masculino si no fuera por su discretísimo pecho.
Birkin tiene 71 años y sigue al pie del cañón. El último trabajo, del 2011, recoge las composiciones de Gainsbourg en un formato sinfónico, obra del músico japonés Nobuyuki Nakajima, colaborador de Ryuichi Sakamoto. Recientemente cantó en Manhattan y en verano tiene previsto actuar en Canadá y Francia. En otoño actuará en Pontevedra y en Andorra. La artista nunca tuvo reparos en confesar que Gainsbourg –casi veinte años mayor– la instruyó en música, pintura y sexo. Vivieron diez años juntos. Él tuvo problemas con el alcohol, por lo que se separaron en 1980, y murió de un infarto en marzo de 1991. Al cabo de tres días moría David Birkin, padre de la cantante.
David Birkin fue comandante de la Royal Navy británica. En la Segunda Guerra Mundial ayudó a la resistencia francesa transportando combatientes de noche entre Bretaña e Inglaterra. Salvó a François Mitterrand. La madre, Judy Campbell, fue actriz de teatro, musa del dramaturgo Noël Coward. Jane Birkin nació en Londres, en diciembre de 1946. Tiene una hermana menor, Linda, y un hermano mayor, Andrew, guionista y actor de cine. De pequeña era reservada. En el internado de la escuela era conocida por el número de su habitación, la 99.
A los diecisiete años conoció a John Barry, el autor de las bandas sonoras de James Bond. Así participó en un musical, obra del compositor. Se casaron al cabo de dos años y tuvo a su primera hija, Kate, que se suicidó en el 2013. En el mismo año de la boda apareció en un polémico desnudo en Blow up, de Michelangelo Antonioni, aunque había debutado un año antes con Richard Lester. Vivir en un pequeño apartamento en Saint-Germain-des-Prés, en París, aparecer en la portada de Vogue y seguir con sus películas rupturistas fue fruto del encuentro con Gainsbourg que acababa de romper con Brigitte Bardot. Tuvieron una niña, Charlotte, y aunque no siguieron juntos, nunca dejaron de colaborar profesionalmente.
La canción Je t’aime, moi non plus, de 1968, fue prohibida en la mayoría de países europeos, incluso en la BBC, por los gemidos explícitos que simulaban un orgasmo femenino en directo. En 1976 dio pie a una película de ellos dos. Birkin trabajó con Roger Vadim en Si don Juan fuese mujer (1973) y en Muerte en el Nilo (1978), junto a Bette Davis, entre otros títulos. Ha compartido reparto con Gerard Depardieu, Christopher Lee, Joan Collins, Michel Piccoli... En el teatro ha encarnado a Electra y a la Reina Gertrudis en un Hamlet, aunque su carrera ha discurrido sobre todo por los caminos de la canción.
Destacan entre sus álbumes Baby alone in Babylone, Lolita go home, Arabesque –con acento exótico–, y Rendez vous, en el que intervienen Caetano Veloso, Manu Chao y Paolo Conte entre otros. Su última relación fue con el cineasta Jacques Doillon, de la que en 1982 nació Lou. Se separaron en los noventa. Hoy vive sola y disfruta de los cinco nietos que tiene de sus tres hijas. El recuerdo de su Pigmalión no se desvanece. Poco antes de morir, ya separados, Gainsbourg regaló un diamante a su princesa magnética, que tanto posaba para Yves Saint Laureant como dejaba poner su nombre a un bolso de Hermès, aunque después retiró el apoyo a la marca por la forma de obtener las pieles de los animales. Jane Birkin sigue siendo una mujer tímida y seductora, es decir, perenne.
En verano tiene previsto actuar en Canadá y Francia, y en otoño cantará en Pontevedra y Andorra