Independentismo en común
El poder de atracción de Barcelona es enorme. No hay más que ver cómo crece la lista de aspirantes a ocupar la alcaldía. Joana Ortega y Santi Vila confesaron hace tiempo que les hacía “ilusión” gobernar la Casa Gran, pero el proceso independentista y la lucha judicial contra este decapitó sus esperanzas. El ex primer ministro francés Manuel Valls se deja querer por Ciudadanos y el tertuliano y filósofo Jordi Graupera ha retado a los partidos soberanistas a concurrir bajo su manto. Neus Munté ya es candidata y Alfred Bosch hace tiempo que se ve sujetando la vara de mando. Ada Colau espera encadenar mandato... A todo esto, surge la propuesta de Ferran Mascarell, eterno aspirante a la alcaldía, exconcejal socialista en el Ayuntamiento, exconseller de Cultura con Artur Mas y exdelegado de la Generalitat en Madrid durante el breve gobierno de Carles Puigdemont. “Otra víctima del 155”, lo describían ayer.
El experimentado político presentó su proyecto anoche en el Ateneu Barcelonès, bajo la atenta mirada de Artur Mas, Neus Munté, Jaume Ciurana, Jordi Vilajoana, Albert Batlle o Jordi Clos. Ferran Mascarell también quiere ser alcalde de Barcelona. Se sumó a la propuesta de Graupera de conformar una candidatura que aúne al independentismo, surgida de un proceso de primarias, para asegurarse el control de la capital de Catalunya y ponerla al servicio del proyecto soberanista, pero sin que se note demasiado, al menos durante la campaña.
Mascarell insistió en la necesidad de dar forma a un proyecto claro y ambicioso para Barcelona, algo que, según su criterio, no ha logrado aportar la actual alcaldesa. ¡A la otrora activista de la PAH hasta le ha fallado la política de vivienda!, le recriminó el precandidato. Habló de la necesidad de sumar, de concebir un plan de ciudad para todos sus habitantes, sin distinciones, con un marcado acento social y con la proyección que la capital de un futuro estado necesita. De incluir a todo el mundo. El proyecto es más importante que los nombres, hay que enfrentarse al “populismo nacionalista de Estado que pretende aterrizar en Barcelona”, en referencia al proyecto Valls, y también a su “reverso”, el joven Graupera, insinuó. Un proyecto de ciudad para que la gente viva, que se ocupe de su día a día... Pero el objetivo de fondo no puede disimularse. Obtener una mayoría independentista en el Consistorio para construir república, como dice el flamante president Torra. “Necesitamos 21 concejales”. Si el soberanismo se presenta por separado puede sumar a posteriori, pero será “un gobierno débil”.
Porque, por mucha retórica que se aplique, todo el mundo es consciente de que las próximas municipales son menos locales que nunca, una continuación del conflicto territorial con Barcelona en el epicentro.
Mascarell se postula para liderar una candidatura unitaria independentista para gobernar Barcelona