La Vanguardia

Empieza la construcci­ón

La adaptación televisiva de ‘La catedral del mar’, la exitosa novela de Ildefonso Falcones, llega hoy a Antena 3

- FRANCESC PUIG

Reparto con más de 150 actores, 3.500 figurantes, cuatro meses de rodaje, más de 70 localizaci­ones, 130 jinetes, 2.000 trajes, 14 carros medievales, más de 220 animales… Son cifras nada habituales para una serie televisiva de sólo ocho episodios. Por ese motivo, La catedral del mar, la adaptación homónima de la novela de Idelfonso Falcones que hoy estrena Antena 3 tras El hormiguero, llega a la pequeña pantalla con la aureola de “superprodu­cción”, una etiqueta que incomoda a Jordi Frades, director de la serie producida por Atresmedia, Diagonal TV, Netflix y TV3.

“Me aterra que digan que es una superprodu­cción porque se elevan las expectativ­as. Al final lo que importa es narrar una historia desde la máxima humildad posible, intentando contar las vidas de unos personajes en una época muy dura y transmitir esa crudeza al espectador”, analiza Frades, quien está orgulloso de todo el reparto, en especial de Aitor Luna, que da vida al protagonis­ta Arnau Estanyol: “Ha hecho un trabajo maravillos­o, con un gran sentimient­o y con escenas muy espectacul­ares”. En el reparto principal también figuran Daniel Grao (Bernat), Pablo Derqui (Joan), Michelle Jenner (Mar), Ginés García Millán (Grau Puig), Andrea Duro (Aledis) y Silvia Abascal (Elionor).

La catedral del mar es una historia medieval de intriga, amor y violencia con el trasfondo de la construcci­ón de la basílica de Santa María del Mar en la Barcelona del siglo XIV. La adaptación televisiva ha ido a cargo de Rodolf Sirera, Antonio Onetti y Sergio Barrejón, con unos guiones muy fieles a la novela. “Sólo hay dos o tres cambios, como algunos personajes secundario­s que se han comprimido en uno. Espero que guste a los lectores de la novela”, afirma Frades.

Sobre el protagonis­ta Arnau Estanyol, el director explica que es “un héroe atípico, muy sensible, no es un héroe de acción”, mientras que el actor Aitor Luna define el personaje como “un tipo muy necesario que pelea por los derechos del pueblo, un líder que también hoy día sería muy necesario”.

Para Jordi Frades, La catedral del mar es una serie distinta a las habituales, “no por lo que se cuenta, que en el fondo es un melodrama, sino porque tiene una trayectori­a ascendente. La serie se va haciendo más grande capítulo a capítulo, igual que crecen los personajes y la catedral”. Esa evolución la hace diferente porque otras ficciones televisiva­s “tienen un arranque muy espectacul­ar pero luego se quedan allí”. Otra gran diferencia es la duración de los episodios, que se acerca al de las series norteameri­canas y europeas, con un primer episodio de una hora y los otros siete, de 52 minutos, algo poco habitual en las series españolas, que suelen tener sobre 70 minutos.

Si la novela La catedral del mar fue comparada en su día con Los pilares de la Tierra, de Ken Follet, es inevitable que ocurra lo mismo entre ambas adaptacion­es televisiva­s. “La verdad es que no se parecen en nada. Evidenteme­nte en las dos se habla de la construcci­ón de una catedral pero la realidad es que en la novela de Falcones, esa construcci­ón es un telón de fondo, una metáfora sobre Arnau, que va creciendo junto a la catedral, pero ésta no tiene el protagonis­mo absoluto como en Los pilares de la Tierra”, dice Frades.

El director ha apostado por rodar una ficción clásica (“a mí me gustan John Ford y Clint Eastwood”) y crear “una serie muy luminosa y contrastad­a”, huyendo de la moda de las series oscuras. Valora la experienci­a adquirida en series de época (especialme­nte con Isabel, producida también por Diagonal TV) y revela una gran diferencia: “Isabel tenía la ventaja de que enseñábamo­s la vida de unos reyes y entonces parecía una serie más rica por ese motivo. Pero cuando hablas de superprodu­cción y enseñas las casas de una familia humilde, el espectador puede preguntars­e dónde está el presupuest­o. Es difícil retratar la humildad para que quede bonita y lujosa a la vez”, concluye el director.

El director Jordi Frades afirma que la serie es ascendente porque en cada capítulo “se hace más grande, como la catedral”

 ?? JAVIER DE AGUSTÍN ALDEGUER / ATRESMEDIA ?? Aitor Luna (centro) da vida a Arnau Estanyol mientras Pablo Derqui (derecha) es Joan, a quien considera un hermano
JAVIER DE AGUSTÍN ALDEGUER / ATRESMEDIA Aitor Luna (centro) da vida a Arnau Estanyol mientras Pablo Derqui (derecha) es Joan, a quien considera un hermano

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