El método Lopetegui
Discreto y trabajador, el seleccionador ha convertido a ‘la roja’ en un club más
Julen Lopetegui no tiene la empatía de Vicente del Bosque ni el carisma de Luis Aragonés. Es otro tipo de perfil. Todos los que le tratan utilizan una serie de adjetivos para describirle: trabajador, metódico, discreto, obsesionado con su trabajo... También le definen como buena gente, muy de los suyos. Un dato explica ese sentimiento que despierta. A los pocos minutos de dar la lista de los 23 convocados para el Mundial de Rusia, varios de los descartados utilizaron las redes sociales para mostrarle su apoyo. El más significado fue el de Álvaro Morata: “Muchísima suerte en el Mundial!! Desde ya estaré apoyando y animando hasta el final como siempre!!”.
Lopetegui se lo agradeció ayer en la rueda de prensa que dio junto a Luis Rubiales para anunciar su renovación: “Agradezco el gesto de Álvaro. Es un gran chaval, igual que el resto de los que se han quedado fuera, son gestos que se hacen desde el corazón”. Es otra de sus características. Educación. Buenos modales. Nunca se le va a ver un mal gesto. No es de esos entrenadores que hacen un show cada vez que dirigen desde la zona técnica.
Lopetegui no es el primero que llega a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, pero suele faltar poco. En un despacho austero pasa horas y horas con sus colaboradores. Para él, su trabajo como seleccionador no se distingue del de cualquier entrenador de club. Su salario está en la gama alta de los seleccionadores (2,9 millones de euros brutos al año), pero muy alejado del de los técnicos estrella tipo Guardiola o Mourinho.
Hablar de Julen Lopetegui es hablar de alguien cuya pasión es diseccionar los partidos. Estudia al rival con un rigor casi compulsivo. Para ello se vale de los análisis de Albert Celades, el andorrano exjugador de Barça y Madrid, y ahora seleccionador de la sub-21.
Lopetegui explicó su método en una conferencia con entrenadores catalanes en su primer año al mando de la selección: “Lo que quiero es que seamos un equipo. Nos basamos en tres conceptos: cohesión, emoción y compromiso. Nuestro tiempo de intervención es mínimo, y eso nos obliga a darles píldoras a los jugadores con ejercicios de mucha calidad para que quede claro lo que queremos de ellos en el partido. A veces los entrenadores queremos hablar de 50 cosas, pero tenemos que ser efectivos”.
Si algo diferencia a esta selección respecto a la de Del Bosque es que, sin renunciar a su estilo, el toque, dispone de muchos más sistemas para aplicar en función de las características del rival. Esta España no tiene ya futbolistas tan carismáticos como Iker Casillas, Xavi Hernández, Carles Puyol, Xabi Alonso o Villa, claves para ganar el Mundial, pero es bastante menos previsible.
Otro factor que ayuda mucho a Lopetegui es su condición de exfutbolista de Real Madrid y Barcelona. Nacido en Asteasu (Guipuzcoa), siguiendo la estela de grandes porteros vascos, fue fichado por el Castilla en 1985. Conoció a fondo La Fábrica, pero, aunque debutó en el primer equipo del Madrid en un derbi, no se pudo consagrar en el Bernabeu y emigró a Logroño. Allí ofreció tan buenas actuaciones que le abrieron la puerta del Camp Nou, club en el que estuvo tres temporadas compitiendo por el puesto con Carlos Busquets, el padre de Sergio.
La carrera de entrenador de Lopetegui no es demasiado larga. Tras unos escarceos en el Rayo y el Castilla llegó a la Federación Española de Fútbol, donde como seleccionador de las categorías inferiores logró grandes triunfos, el mayor el Europeo sub-21 en Israel en el 2013. Ese grupo de jugadores ha sido la cantera de la actual lista para el Mundial: Koke, Isco, De Gea, Thiago y Carvajal estuvieron en aquel campeonato.
Aquella victoria le catapultó al Oporto, donde en año y medio no ganó nada y tuvo que soportar una fuerte presión social. La llamada de la Federación en el verano del 2016 le pilló cuando se había comprometido con el Wolverhampton, de la segunda división inglesa. Rompió el acuerdo y se vino para Las Rozas, donde, con su método flexible y discreto, la roja no para de ganar.
MÁS FLEXIBLE
La actual España es menos reconocible que la de Del Bosque porque aplica diferentes sistemas
LA FÁBRICA Y LA MASIA
El seleccionador conoce a fondo la idiosincrasia del Barcelona y del Madrid porque jugó en los dos