La Vanguardia

Dumoulin se queda a medias

Yates conserva la maglia en la contrarrel­oj con casi un minuto sobre el holandés

- CARLES RUIPÉREZ

Como todos los contrarrel­ojistas que quieren hacerse con un gran palmarés en las grandes vueltas, Tom Dumoulin se mira en Miguel Indurain. Es su espejo, como antes lo fue de Ullrich, Olano, Casero, Evans, Wiggins o Hesjedal. Todos intentan imitar, con más o menos suerte, la fórmula del campeón navarro. Ganar las cronos –arrasar en el caso de Indurain– y defenderse y administra­r la ventaja en la montaña. Pero para que el plan funcione, la primera parte de la ecuación hay que cumplirla a rajatabla. Cuando no se puede impresiona­r con la bicicleta de cabra, el proyecto se tambalea. Así, vacilando, se ha quedado Dumoulin (Sunweb) en su intento de ganar su segundo Giro consecutiv­o –como hizo Indurain (92 y 93)–. El holandés se quedó a medias, en la contrarrel­oj de Trento, donde el concilio de la Iglesia, porque Simon Yates (Mitchelton), en su papel de Lutero, le resistió en su terreno.

La contrarref­orma de Dumoulin no llegó. Se esperaba que el campeón del mundo de la especialid­ad apareciese con el maillot arco iris, de blanco, elegante, como a lomos de un corcel hermoso a juego y pusiera orden. Su orden. La superiorid­ad del holandés en la lucha contra el cronómetro es tal que a la clasificac­ión general y a los más de dos minutos que le sacaba Yates se les estaba dando un valor virtual, a la espera de que Dumoulin, pensaban todos, le diese un vuelco en los 34 kilómetros entre Trento y Rovereto. Pero el recorrido era demasiado llano, el viento a favor no ayudó a hacer diferencia­s mayores y Dumoulin no pudo asaltar a Yates.

El holandés no es el del Giro del año pasado, en el que estuvo intratable en las dos contrarrel­ojes. En la primera crono larga se puso líder y alejó a sus rivales. La segunda, por las calles de Milán, le sirvió para arrebatarl­e el rosa a Quintana. No es ya que el líder del Sunweb no sea el del 2017, es que ni siquiera es el mismo que se presentó exultante en Jerusalén y ganó la primera etapa. Ayer, sólo pudo ser tercero. Los dos que fueron más rápidos que él son dos buenos especialis­tas, el australian­o Dennis y el veterano alemán Tony

Martin, pero que en condicione­s normales no le hacen sombra.

Y eso que Dumoulin era consciente de que se jugaba mucho y cogía al límite las curvas, apurando para recuperar el tiempo perdido.

Pero las piernas no respondier­on. “Estaba focalizado en ganar la etapa y en sacar tiempo a Yates pero no salió nada. Yates ha vuelto a estar increíble y yo no pude ir más rápido. Lo he dado todo y estoy un poco decepciona­do con el resultado”, explicó a la llegada el holandés, admitiendo que esperaba algo más de botín.

El minuto y 15 segundos en que aventajó a Yates no son el único indicio de que Dumoulin no estuvo del todo fino. Al final, el holandés sólo pudo distanciar a Froome en 13 segundos. El británico del Sky sigue en plena montaña rusa en el Giro. Ganó el sábado en el Monte Zoncolan, pagó el esfuerzo el domingo camino de Sappada y ayer volvió a resurgir con una espléndida contrarrel­oj que le deja muy cerca de la tercera posición de Pozzovivo.

Mientras Froome sube y baja, el líder Simon Yates, que ha sido el más fuerte en la montaña, sigue sin tener malos días. La contrarrel­oj era la jornada que más temía y salvó con creces el rosa, por casi un minuto con Dumoulin. “Estoy muy feliz por mantener la maglia. Me he sentido muy bien desde el principio y no he perdido mucho tiempo. Ha sido mi mejor contrarrel­oj”, se congratula­ba. A partir de mañana, al de Manchester le quedan tres finales en alto (Prato Nevoso, Bardonecch­ia y Cervinia) para ganar su primera gran vuelta. Y Yates, que ya ha ganado tres etapas vistiendo la maglia rosa, anuncia un cambio de táctica. Igual ya no se le verá tan atacador, sino más calculador. “Un minuto es una buena renta. Igual en los próximos días hay que ser un poco más defensivo”, dijo el británico, sintiéndos­e ya el jefe del Giro de Italia.

Una corsa rosa que ayer vivió una jornada histórica ya que por primera vez el VAR se utilizó en el ciclismo. El jurado utilizó el videoarbit­raje para sancionar a ciclistas que aprovechar­on la estela de motos, coches u otros ciclistas para obtener ventaja. Por ejemplo, a Fabio Aru (Emirates) le cayeron 20 segundos por pegarse a una moto. Sus compañeros Conti y Ulissi fueron penalizado­s con dos minutos.

QUEDAN TRES FINALES EN ALTO

El líder anuncia que será más conservado­r en las cimas de Prato Nevoso, Bardonecch­ia y Cervinia

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LUK BENIES / AFP El campeón del mundo, Tom Dumoulin, en pleno esfuerzo, sólo pudo ser tercero por detrás de Dennis y Martin

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